Nuestra provincia (Salta) es una especie de oligarquía burocrática con ministerios, secretarías y dependencias donde se superponen funciones y en otros casos, como la Casa de Salta en la ciudad de Buenos Aires, donde ya no tiene espacio físico para la cantidad de “desocupados” designados últimamente.(1)
En el siglo XVIII el francés Jean Claude Marie Vicent propone la palabra bureaucratie para las actividades administrativas, del francés burea (oficina) y del griego kratia (poder). A fines del siglo XIX el sociólogo alemán Maximiliano Carl Emil Weber (1864-1920), formula la teoría clásica de la dominación burocrática o burocracia, que la conocemos en su obra póstuma Economía y Sociedad.
Pero, el modelo weberiano de eficacia, orden, calidad, efectividad, operatividad y gestión pública general, se ha transformado para la opinión popular en todo lo contrario: lenta, ineficiente, inhumana, antieconómica, en definitiva, en burocratismo.
En el caso concreto del Estado (Administración Pública), encontramos grupos de personas no idóneas para la función que deben cumplir, productos del clientelismo y/o favoritismo político, nombramientos a dedo sin previos concursos. Demasiados asesores, diputados, senadores (burócratas que deben eliminarse), administrativos, etc., etc. que deben ser reemplazados por más cantidad de maestros, profesores, médicos, técnicos y otras útiles profesiones.
Concretamente, para que la burocracia no degenere en burocratismo, debe funcionar con personal técnico idóneo, capacitado en permanente actualización, responsable y “mentalizado” para servir al ciudadano, a la comunidad, evitando así los problemas de la gestión pública, como la lentitud con que se realizan los trámites administrativos y demás actividades humanas.
Entiendo que no es fácil desarmar la burocracia atornillada desde muchos años, pero se deben corregir sus errores que permita la resolución de los problemas de la comunidad, superando la ignorancia y la insensibilidad de los burócratas de turno que atienden como si harían un favor personal que se debe agradecer, resultando otra deformación de la administración pública en perjuicio de los derechos del ciudadano.
Mientras no cambie el sistema, tendremos que seguir hablando de Burócratas sin-vergüenzas.
– El autor es Médico Forense
(1) Ver Boletines Oficiales y diarios locales del mes de enero 2016