El sábado 29 de septiembre, un humorista mendocino consagrado mediáticamente, se presentó en el Teatro del Huerto. Más de dos horas de risas y salidas desopilantes, tonada propia y un dialecto que marcó la comicidad de sus frases, arrancaron carcajadas que se iban acentuando con el correr de los minutos. No declina nunca… y eso que bajó un cambio. Es veloz en su tiempo pausado y astuto en su inocencia, ese es el encanto de su arte. El tipo es querible de pie a cabeza.
Garay dio un salto impresionante luego de instalarse con su particular estilo en Videomatch hace ya dieciocho años. Es un artista del humor de escenarios, pero lo es de la pulpería, de la verdulería y de cada sitio donde pueda expresarse, desde su pueblo hasta el norte o sur del país, hacia lo largo y lo ancho de Argentina.
Garay en “Bajé un cambio”, su nuevo espectáculo, te hace reír desde el alma, le brota la picardía. Es ese contraste de situaciones, esa dualidad, esa ambigüedad lo que lo mantiene vigente. Es un humor de binarismos en el que triunfa la ingenuidad y la suspicacia, una especie de humor minimalista. En el pasado, no había celulares ni redes sociales; su tierno mensaje es entonces “un niño quiere ser un celular para que le den toda la atención”. Ahora hay un chip de memoria, pero qué mejor que cantar y recordar épocas y momentos. Entonces canta al cierre de su espectáculo, temas que nadie olvidó y son de los de antes, cantantes como Los Iracundos…resurgen en las tablas. No se olvida de Facundo Cabral en «Garay esquina Cabral» (de allá por el 2007… y éxitos en varias temporadas) y le rinde homenaje con sus palabras. Te recuerda que antes se “chapaba” con los lentos, mientras que ahora bailan solos. Ese humor de oposiciones encanta a la gente.
O sus anécdotas con las tías que cuando un tío se casaba, le decían “seguís vos”. Entonces él para “defenderse”, toda vez que alguien moría, les decía a las “viejas” de la familia: “seguís vos”. De este modo, ya no lo perseguían con la idea del matrimonio… O las anécdotas con su esposa… Cuando llegaba después de cuatro días de juerga y la mujer le decía: “¿Por qué no viniste a dormir durante cuatro noches?” Y él, con esa pícara humorada, le contestó medio tambaleante de la borrachera: “porque no tenía sueño”.
El público estalla de risas con el maipucino. Le habla a la gente. Los hace participar. Bromea con los casados… “uh… vinieron a divertirse y les recuerdo que están casados…” O “hay matrimonios que terminan bien y otros que duran para siempre…” Muy divertido y con un dialecto descollante, con ese andar lento, es un groso.
Al escenario subió Bambi, la cantante Verónica Macías, y Los Cayetanos. La solista y el conjunto agregaron perlitas a la joyita que fue este espectáculo sumamente entretenido, para olvidar la rutina (“ruina” para el contador de chistes), los problemas en el trabajo, para desenchufarse, para estar híper alegre. Muy aplaudidos por el público los artistas. El grupo salteño (Cosquín 2014 y revelación Baradero 2017) brilló anoche.
Miguel Pavese, el tecladista, lo acompaña en el escenario con ocurrencias. Ambienta con melodías y mete bocadillos. El mendocino aprovecha «sus ausencias» para cuerearlo… y al inicio dice… «Hace 40 días que andamos de gira. Somos recor… recornudos».
El título “Bajé un cambio” presenta también ese juego de contrastes, ya que la gente, luego de por ejemplo “Correcaminos”, que también tiene esa dualidad, esta vez irónica ya que Garay apela a la lentitud justamente; se pregunta entonces “¿bajó un cambio?” Y de solo pensarlo se ríe, puesto que más lento aún ya sería impensable… La propuesta suma diversión. Quien conoce a Cacho sabe que se sentará en la butaca del teatro y que saldrá con la cara llena de risas, no sin antes emocionarse y disfrutar de la sana alegría y las reflexiones sabias de Cacho.
– Fotos tomadas por Salta 21
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