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domingo, septiembre 29, 2024

Camerata Lazarte estrena Integral de Buxtehude

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Sábado 30 y domingo 31 de marzo a las 20 hs. en el Salón Victoria del Teatro Provincial de Salta. Absolutamente gratuito.

En cumplimiento de su Temporada 2013 de conciertos de cámara auspiciada por el Ministerio de Cultura y Turismo, la afamada y activa Camerata Lazarte continuará su ciclo de presentaciones. En esta ocasión se realizará el “Ciclo Integral de Música de Cámara de Buxtehude” en estreno para la República Argentina.

El programa consistirá en el estreno de las catorce Sonatas Trío Opus 1 y 2 de Dietrix Buxtehude, la Sonata en Re Mayor para Viola da gamba y continuo BuxWV 268 y las Sonatas Trío en en Do Mayor BuxWV 266, en Re Mayor BuxWV 267, en Fa Mayor BuxWV 269 , Sol Mayor BuxWV 271 , en La Menor BuxWV 272 y en Si bemol Mayor BuxWV 273.

Participarán Gerardo Solórzano en violín, Isabela Lemos y Marina Jara en violas y el Maestro Julio Lazarte en Clave y Órgano.

Cabe recordar que la Camerata Lazarte es la única agrupación de música de cámara que realiza conciertos monográficos y versiones integrales en la República Argentina, con la singularidad que todas sus presentaciones son absolutamente gratuitas. Una de sus características principales es la renovación del repertorio de música clásica con presentaciones pedagógicas y formativas.

Dietrich Buxtehude

Fue uno de los organistas más célebres de la escuela alemana de órgano barroco influyendo enormemente a muchos compositores, incluido Johann Sebastian Bach.

Nació en 1637 y murió en 1707 y hoy en día es considerado el más destacado compositor alemán de su tiempo, entre Heinrich Schütz y Bach. Buxtehude debe su renombre a la obra compuesta para el órgano, la más considerable de Alemania septentrional, que anuncia a la de Johann Sebastian Bach y sobrepasa a toda la de sus contemporáneos. Siguió la línea inaugurada por Sweelinck, siendo el máximo exponente de la llamada “escuela organista del Norte”, caracterizada por su gusto a las grandes arquitecturas musicales, con riqueza y libertad de imaginación que se expresaban perfectamente a través de los recursos sonoros de los grandes instrumentos creados por los artesanos septentrionales.

La obra de Buxtehude se caracteriza por el aspecto complejo y grandioso de la arquitectura, la invención melódica y rítmica y la riqueza del contrapunto: sus obras no están divididas claramente en una parte dedicada al virtuosismo y otra al desarrollo contrapuntístico, sino que se suceden alternativamente episodios de los dos tipos de secciones. Buxtehude compuso música sacra en una época en que los compositores conocidos preferían cultivar las nuevas formas profanas: la ópera, el concierto y la sonata. Con este compositor se consigue una música sacra luterana capaz de igualar a la previa polifonía católica del siglo XVI, que había sido reprobada por la Reforma de Lutero. El grueso de su trabajo viene representado por música vocal, con una amplia variedad de estilos y además obras para órgano, que consisten básicamente en series de corales y otras formas variadas de gran tamaño. La música de cámara representa una parte muy pequeña de la producción de Buxtehude y durante su vida fueron precisamente las sonatas para violín, viola da gamba y clave u órgano, las que se publicaron. Se publicó el primer libro en 1694 y el segundo en 1696.

Buxtehude tenía casi sesenta años cuando publicó sus sonatas. El Opus 1 está dedicado a sus empleadores como organista, los alcaldes y senadores de Lübeck, y el Opus 2 a sus especial patrón, Johann Ritter. La dedicatoria del primer volumen se refiere a éste como “primera parte” de sus sonatas, lo que, junto a otros indicios, implica que él consideraba los dos volúmenes como un todo: están escritas para la misma combinación instrumental, cada volumen contiene siete sonatas, y están organizadas tonalmente de modo que las catorce juntas cubren todas las tonalidades mayores y menores de una escala diatónica sobre el Fa, con un par de alteraciones.

El redescubrimiento de la música de Buxtehude comenzó hace más de un siglo con sus obras para órgano. Fue entonces considerado – muy justamente – una importante fuente de inspiración para el joven J. S. Bach, y no sólo por los meses de que éste pasó en Lübeck estudiando con Buxtehude. Poco después se descubrieron más de cien cantatas de Buxtehude en la famosa colección de Gustaf Düben el Viejo, el organista sueco del siglo XVII que fuera su gran admirador. Sin embargo, la música de cámara de Buxtehude permaneció bastante ignorada hasta muy recientemente. De hecho, la mencionada Colección Düben, actualmente en la Biblioteca de la Universidad de Uppsala, contiene las únicas copias intactas de estos dos libros de sonatas, el Opus 1 y el Opus 2. Es bueno subrayar las fluidas líneas de comunicación existentes entonces entre los centros musicales del Báltico, desde Estocolmo hasta Riga, Köhigsberg, Danzig, Lübeck y Hamburgo.

En la elección de instrumentos para sus sonatas Buxtehude evitó el uso del cello o violone como instrumento de registro grave, que era de uso predominante en la sonata barroca italiana. En su lugar prefirió seguir la tradición alemana usando la viola da gamba, un instrumento de sonido más amable que con su registro de tres octavas podía tocar en los registros de tenor y contralto. Desde el punto de vista técnico se puede inferir que estas sonatas estaban dirigidas a algunos de los virtuosos ejecutantes de Lübeck y Hamburgo.

Su estilo, llamado a veces “estilo fantástico” por autores sobre música de esa época como Athanasius Kircher y Sébastien de Brossard, es un estilo instrumental especial en el que el compositor no está sujeto a restricciones formales, como implican los nombres genéricos empleados de “Fantasía”, “Riccercare”, “Toccata” y “Sonata”. La música en este estilo semeja improvisación escrita y es característica de las sonatas de Buxtehude. La yuxtaposición de música “libre” con música estrictamente regulada a través del contrapunto da a estas obras un sello muy personal de imprevisibilidad, virtuosismo y poder expresivo. Detrás del uso de estos dos principios de composición, el libre y el regulado, descansa una filosofía muy específica a través de secciones escritas como fugas y cánones, hasta formar un microcosmos musical que era reflejo del macrocosmos, en el que aún los fenómenos aparentemente arbitrarios estaban sujetos al control de Dios. Incluso el número de sontas de cada volumen, siete, no era solamente el número de notas de la escala; simbolizaba también los días de la semana y los siete planetas conocidos hasta entonces. De hecho, se sabe que Buxtehude simbolizó musicalmente el carácter de cada planeta en siete suites para clave, hoy perdidas.

Las sonatas de Buxtehude no sólo ocupan un sitio mucho más importante y central en su producción de lo que se creía, sino que muestran que por encima de su rol de organista y músico de iglesia él era un compositor preocupado por los problemas compositivos y filosóficos de su tiempo. Su música y sus ideas sobre la Música como un arte y una ciencia lo convierten en una de las más importantes figuras del arte alemán y nórdico entre Heinrich Schütz y Johann Sebastian Bach. En sus sonatas revela una fértil imaginación capaz de expresar líricamente emociones dramáticas y delicadas, en un lenguaje siempre melodioso, armónicamente gratificante y lleno de vitalidad. Crea un universo sonoro en el que la variedad y la constante alternancia entre el estilo fantástico y el contrapuntístico no tienen iguales en la música instrumental del siglo XVII.

La música de cámara de Buxtehude sola hubiera bastado para asegurarle un lugar entre los más originales compositores europeos. Estas sonatas fueron creadas originalmente para ser interpretadas, escuchadas y estudiadas. Era música para los expertos y entusiastas de la época. Hoy, tres siglos después, esta música atemporal continúa ofreciendo una profunda experiencia sorprendente, inquietante y conmovedora. Al final del Opus 2, el autor escribió las humildes palabras “Il tutto ad honor d´Iddio”: “Todo en honor a Dios”.

1 COMENTARIO

  1. Camerata Lazarte estrena Integral de Buxtehude
    Ha sido un enorme placer asistir a los conciertos de la Camerata Lazarte del sábado y domingo pasados en Salta. Estábamos de visita con mi familia a esta hermosa ciudad y nos sorprendió poder disfrutar de música clásica de tan alto nivel. Nos sumamos a una sala repleta que aplaudió de pie tanto talento. Felicitaciones a los organizadores.

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