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sábado, julio 26, 2025

Camerata Lazarte y su Ciclo Beethoven

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Domingo 25 de septiembre a las 19 hs. en el Salón Victoria del Teatro Provincial.

La Camerata Lazarte con los auspicios de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta, se presentará en nuestra ciudad el Domingo 25 de Septiembre a las 19 horas en el Salón Victoria del Teatro Provincial con un tercer recital del Ciclo «La Obra Integral para Cuerdas de Ludwig van Beethoven». En la oportunidad se escuchará la interpretación de los Cuartetos Opus 130, Opus 133 y Opus 135 a cargo de los violinistas Franco Ruiz Falci, Gerardo Solórzano, Isabela Lemos en viola y Valeria Buriek Parés en violonchelo. La entrada es libre y gratuita. Cabe mencionar que este destacado y activo grupo de cámara se caracteriza por realizar ciclos integrales monográficos de gran trascendencia en el norte argentino.

Los últimos cuartetos y la Grosse fugue trascienden el Romanticismo y son considerados, por muchos, como el verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. El cuarteto de cuerdas n.º 13 en si bemol mayor Opus 130 de Ludwig van Beethoven estuvo formado originalmente por seis movimientos. Sin embargo interpretación de este cuarteto por el famoso grupo Schupansig despertó reacciones adversas. Aunque la obra en general fue del agrado del público, su último movimiento, la Gran Fuga, tuvo una pésima recepción, pese a la convicción de Beethoven («No importa, no la compuse para ellos, sino para el futuro») de que este representaba la cima de su obra. Fue por ello que su editor le sugirió que lo reemplazara por uno nuevo, más corto y ligero que la densa fuga. En respuesta a este pedido, Beethoven compuso el Finalle: Allegro como un final alternativo, mientras que la Gran Fuga fue publicada por separado como opus 133.

Hasta el día de hoy, la «Grosse fugue» es raramente interpretada, por las dificultades que entraña para los músicos planteando por la longitud, densidad, la rítmica obsesiva y la retórica casi violenta, un gran desafío interpretativo. Sin embargo, los cuartetos tardíos de Beethoven ejercieron una enorme influencia en las generaciones posteriores de músicos, al punto que el ciclo de los seis cuartetos de Béla Bartók son considerados, a menudo, como un gran tributo a la obra tardía beethoveniana. Hoy son profundamente valorados como parte del repertorio de las más complejas y grandiosas obras musicales jamás compuestas. Beethoven también escribió una versión de la «Gran Fuga» para piano a cuatro manos, Op. 134, con objeto de que los aficionados pudieran tocar con facilidad la obra en sus casas. Esta partitura se consideraba perdida desde 1890. Pero Heather Carbo, una bibliotecaria, la encontró por pura casualidad en el armario de un archivo del sótano de un seminario religioso en Pensilvania, Estados Unidos, en 2005.

Son 80 páginas escritas en tinta negra y marrón, llenas de anotaciones al margen en color rojo, tachaduras y correcciones, realizadas por el propio Beethoven. El hallazgo de esta composición para piano a cuatro manos fue confirmado por la tradicional casa de subastas Sotheby’s, que la exhibió en Nueva York en noviembre y la subastó en Londres el 1º de diciembre de 2005. Un comprador anónimo pagó por la partitura 1.655.685 euros.

«Es un descubrimiento asombroso. El manuscrito se conocía sólo por una descripción que aparecía en un catálogo de 1890, y nunca antes había sido visto o descrito por los estudiosos de Beethoven», dijo Stephen Roe, responsable del departamento de manuscritos de Sotheby’s.

Se cree que un industrial de Cincinnati, William Howard Doane, aficionado a la composición de himnos religiosos, compró la partitura en 1890 en una subasta en Berlín y la llevó a los Estados Unidos. Finalmente, una hija de Doane regaló varios manuscritos de la colección de su padre en 1952 al instituto de Pensilvania. No es la primera vez que descubren en este seminario un documento musical valioso: ya en 1990 había aparecido allí un manuscrito de Wolfang Amadeus Mozart, que también fue vendido en una subasta en 1,5 millones de dólares.

Un primer análisis de expertos de Sotheby’s demostró que Beethoven comenzó a escribir la Gran Fuga en mayo de 1825 —cuando ya estaba completamente sordo— y la completó cuatro meses más tarde. La pieza se estrenó en 1826, un año antes de que el genio muriera en Viena.

El musicólogo y biógrafo de Beethoven, Lewis Lockwood, de la Universidad de Harvard, calificó al descubrimiento como «formidable». Su colega, Richard Kramer, de la Universidad de City, en Nueva York, dijo que la partitura es uno de los manuscritos más largos y complejos del compositor.

Ahora, a través de una investigación, se intentará aportar más datos sobre la forma de trabajar de Beethoven. El músico de Bonn corregía una y otra vez sus trabajos —al contrario de Mozart— hasta quedar satisfecho con su obra. Stravinsky dijo que la Gran Fuga fue «una obra completamente contemporánea que permanecería contemporánea para siempre».

El cuarteto de cuerda n.º 16 en Fa mayor Opus 135 «La difícil decisión» de Beethoven es el último de su ciclo de 16 cuartetos de cuerda. Fue escrito en 1826 y dedicado a un comerciante vienés, realizándose el estreno en marzo de 1828. Ese fue el último trabajo importante del compositor. El cuarteto le debe su nombre al título del último movimiento. Este comienza con unos acordes introductorios lentos y sombríos, que llevan la anotación «Muz es sein?» (¿Debe ser?), a los que se les responde con el más veloz y alegre tema principal «Es muz sein!» (¡Debe ser!)». Fue este el motivo por el que se le asigna un sentido metafísico a este cuarteto que resume el llamado período contrapuntístico del genial compositor alemán.

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