Quela Sánchez logró dudosa confirmación como delegada de capital en una asamblea de la cual se retiró junto a sus seguidores. Tras un cuarto intermedio se hizo otra asamblea en la que no participó ni ella ni su sector. Hay dos asambleas en capital
Gladys Sánchez renunció pero fue confirmada como delegada departamental de capital a la Asamblea Provincial Docente tras una votación que fue cuestionada: Martha Hermosilla, que responde a su sector (liderado por Víctor Gamboa e Inés Portal de Poma) la dió ganadora en un dudoso conteo tras el cual se retiró Sánchez, Hermosilla y sus seguidores que en forma disciplinada fueron, votaron, y desaparecieron del salón de la escuela Jacoba Saravia.
Así las cosas la asamblea docente de capital debió pasar a un cuarto intermedio para votar sobre la propuesta de reemplazo de la mesa de conducción (Martha Hermosilla y Ana Carrizo están acusadas de manipular las asambleas y hacer trampa en los conteos) y las otras mociones que no pudieron ser votadas porque Hermosilla determinó que no había quórum tras el retiro de los seguidores de Portal-Sánchez-Gamboa. A continuación se retiró ella también. Pero luego de un rato reingresó al salón para apagar las luces.
El sábado 29 de noviembre se realizó una asamblea en el rectorado de la Unsa, que se planteó como continuidad de la anterior, que había pasado a cuarto intermedio. Asistieron 52 docentes, que votaron las mociones y reemplazaron a la mesa de conducción.
Pero Quela Sánchez desautorizó esa asamblea dictaminando que «es ilegal». Término éste que puede resultar extraño en una organización que no tiene la legalidad propia de una estructura sindical, como lo es el movimiento de los autoconvocados. Ya el sitio Agensur había cuestionado la decisión de la (¿ex?) presidenta Hermosilla de impedir la votación de las mociones en la Asamblea anterior aduciendo una presunta «falta de quórum» y los reclamos de presunta «ilegalidad» de Sánchez:
«Durante la semana, Sánchez llamó a no concurrir a esta asamblea capitalina, a la que calificó de «ilegal» y dijo que la del sábado anterior se había levantado «por falta de quórum». La delegada no advirtió que el foro en cuestión carece de normas legales (no tiene personería y estatutos ni reglamentos) y que no se rige por «quórum», figura que se fija cuando la cantidad de asambleístas es la misma y establecida de antemano por alguna normativa, que no es el caso de estas asambleas».
Así las cosas tenemos dos asambleas docentes en capital: una real, combativa, que pide 1.800 pesos de básico y propone fortalecer la Asamblea Provincial Docente que se realizará en Tartagal (con fecha propuesta para el 20 de diciembre); otra virtual y fantasmal -manejada por Quela Sánchez y Portal de Poma a base de mensajes de textos- que no se reúne, no informa, ni plantea por el momento ningún plan de lucha salvo los llamados de auxilio para respaldar a Sánchez cuando -tras plantear su renuncia- advierte que quieren «dekapitarla».
Las bases docentes, lejanas y ajenas a esta pugna, entran en el sopor de la crisis, las vacaciones y la apatía. Ellas -o la Asamblea Provincial que se realizará en Tartagal- deberán decidir cuál de las asambleas de capital es la legítima. Seguramente desde el gobierno deben mirar con simpatía esta nueva división de la Asamblea, que debilita el reclamo de los trabajadores de la educación y desplaza el enfrentamiento al seno mismo del movimiento docente.
