El agua no volvió y la religiosa admiración que tenía hacia vos se marchitó. Hasta llegué a pensar que cortabas el agua adrede para poder permitir a la gente de la Almudena, lavar sus veredas, autos, vidrios y caniches.
Condado de Salta, a 22 días del mes de octubre.
A la intención de la Santísima Duquesa Aguas del Norte
Muy Estimada Duquesa:
Me dirijo a vos a fin de informarte, si me lo permitís, de un disfuncionamiento en la distribución de agua de mi barrio. Ya sé de antemano que tal reclamo no te interesará. Tenés cosas mucho más importantes que pensar y lo entiendo: juicios por contaminación, torneos de golf, nuevos planes para hacer llegar el agua a más salteños y las vacaciones de verano que se acercan cada vez más.
Llamé a la línea a disposición de los clientes para saber lo que estaba pasando después de permanecer un día y medio sin agua. Una señora muy simpática me habló de problemas causados por otra empresa, del tema de la presión, del calentamiento global y de sus gases no deseados. Me convenció de que, seguramente, mi reclamo no tenía razón de ser y que ibas a hacer todo lo posible para arreglar ese triste contratiempo.
Pero, porque siempre hay uno, debo reconocer que me desilusionaste. El agua no volvió y la religiosa admiración que tenía hacia vos se marchitó. Hasta llegué a pensar que cortabas el agua adrede para poder permitir a la gente de la Almudena, lavar sus veredas, autos, vidrios y caniches. Sólo fue un segundo porque sé que sos diferente y que nunca podrías hacer tales cosas.
Santísima, sé que no tenés las mismas necesidades que nosotros que estamos en la Tierra. Vivís en otro mundo, un mundo en el que nadie tiene que expulsar lo que comió, un mundo de inodoros de oro que existen por el simple hecho de adornar. Como naciste en una rosa, no necesitas bañarte. Siempre hueles a flores y tomas champagne en lugar de jugo Inca. ¡Cómo me gustaría alcanzar tu perfección y vivir sin agua!
Agüitas, ¿me permitís que te llame así…? ¿Sí? Bueno. Sé que todo lo que pasó no fue culpa tuya. Cuidas demasiado de los salteños para permitir que pase algo así. Hasta te vi en Canal 11 diciendo que desde que controlabas el agua en Salta, las cosas habían cambiado. Te vi, en esa propaganda, caminando por lugares que ni siquiera sabías que existían, diciendo que ibas a arreglar todos los problemas en un tiempo record. ¡Sos mi heroína! Y sé que si todavía no caíste por el barrio, no es porque solamente te cagas en los barrios periféricos, sino porque no tenés tiempo de atender a todos aquellos cualquieras que prefieren reclamar en lugar de cumplir con los pagos.
Duquesa, al final, te entiendo. Cada uno tiene que defender lo suyo. La sociedad moderna es individualista y tenés que ir a por lo tuyo. Sos una víctima más del capitalismo y de la globalización. ¿Y quién soy yo para decirte lo que tenés que hacer? Santísima, mil veces te pido perdón por atreverme a escribirte los horrores anteriores.
Sólo espero que en tu bondad sin límites, sabrás descontar de mi boleta, las 72 horas durante las cuales vivimos sin agua.
Sin otro particular, te saludo con todo el respeto que te mereces.
Cordialmente y para no servirte.
Mostaza de Salta,
Barrio Autódromo.
www.mostazadesalta.blogspot.com