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domingo, marzo 9, 2025

Casi sin aliento

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Daniel Campos mostró la envergadura de su técnica y su pasión.

Salta, martes 7 de agosto de 2012. Teatro de la Fundación Salta. Recital de Daniel Campos (piano). Franz Liszt (1811-1886): Los Juegos de Agua de la Villa d’Este; La leyenda de San Francisco de Paula caminando sobre las aguas; Mefisto Vals. Frèdéric Chopin (1810-1849): Doce Estudios op. 25. Ciclo del Mozarteum Argentino Filial Salta.

La rica historia de la Italia del siglo XVI tiene, entre muchos aspectos para mencionar, la famosa Villa d’Este cuya descripción dejo para la búsqueda del lector curioso. Es allí donde pasó unos días Franz Liszt quien no tuvo mejor idea que pintar con sonidos los bellos juegos acuáticos que rodean al palacio de la familia de Este, situado en Tivoli a poca distancia de Roma. La descripción exige notorio virtuosismo que se corresponde con la magnificencia arquitectónica de la mansión, sus parques y sus cascadas.

La leyenda de San Francisco de Paula…es otra página de Liszt, que dicho sea de paso, es uno de los compositores que revolucionó el pianismo. Los pasajes polifónicos como los más simples permiten la gradualidad sonora que va desde momentos oscuros hasta llegar al Daniel_Campos.jpgtriunfo del santo en una leyenda cargada de misticismo y religiosidad. El compositor fue un personaje contradictorio que vivió hasta la primera mitad de su vida y tal vez un poco más, de un modo mas bien licencioso. Pero luego fue invadido de un halo religioso que lo condujo lenta pero firmemente a llevar una vida ascética cuando tomó las órdenes menores de la Iglesia Católica.

Cerró el esquicio el muchas veces temido Vals Mefisto. Daniel Campos dio la sensación de que sus manos hubieran recibido un impulso endemoniado para enfrentar una pieza verdaderamente difícil. Debo confesar que no encontré ningún signo de desprolijidad en una maraña de notas que componen cuatro partes perfectamente diferenciadas y altamente exigentes, sino por el contrario, el pianista mostró la envergadura de su técnica y su pasión.

Para la segunda parte, se eligieron Los Estudios del op. 25 con los cuales el polaco-nacionalista que fue Chopín, aparece como el otro creador de las innovadoras técnicas de ejecución sobre el teclado. La música, en general, es conocida pero para la época, un aspecto no muy comprendido, es el de la unión de esa técnica con los sentimientos de la libertad musical del siglo XIX. Tardó cuatro años en escribir estos estudios que además, fueron dedicados al compositor precedente, con quien tenía lazos de amistad aunque al mismo tiempo admiraba. Probablemente en ello haya jugado la brutal diferencia de caracteres, Liszt expansivo, Chopin, encerrado en si mismo. Estos estudios son las primeras composiciones que unen el sentimiento con la destreza técnica. Fantásticos arpegios, ritmos disímiles en las dos manos del intérprete, refinamientos, rubatos, inesperadas disonancias, curiosamente hay ideas que luego aparecen en el jazz y también en el ritmo de tango que por supuesto están fuera de las intenciones chopinianas, semicorcheas en pasmosa velocidad y momentos de majestuosidad, son las características más importantes de estas páginas.

En poco más de una hora, Daniel Campos retorna con su bagaje artístico maduro, sabio, asentado, que nos deja sin aliento. En lo personal me trajo el recuerdo de una famosa conferencia del desaparecido crítico Abel López Iturbe en la que hizo un meduloso análisis de estos Estudios. Y cuando todo parecía concluir, llegó un Nocturno también de Chopin y para seguir volando en el arte musical, el bellísimo Preludio nº 4 del op. 28 con el cual Chopin enseña al mundo a decir “te amo” con la música. Finalmente dos homenajes merecidos a dos figuras que fueron importantes en la vida de este notable pianista local afincado en Francia: a Raquel Peñalva con una página de Johannes Brahms y al “Coco” Botelli (José Juan) con una vidala y un baile de su autoria, que como ya dije antes, tiene el sentido rítmico del hombre del valle.

Escuchar, charlar, verlo a Daniel Campos cada tanto, en su tierra, es una fortuna para nosotros.

– Fotos tomadas por Salta 21

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