Marcelo Gutiérrez siente la necesidad de ofrecer al público música de nivel académico.
Salta, sábado 21 de diciembre de 2013. Catedral Basílica. Sinfonietta de Salta. Director: Marcelo Gutierrez. Música compuesta por Pachelbel, Mozart, Massenet, Bach, Rodrigo, Ramírez y Gruber.
El “canon” es una forma musical polifónica previa a la “fuga” que consiste en la imitación exacta de una melodía presentada por un instrumento y luego, a un intervalo aleatorio, es repetida por una o mas voces o instrumentos. Probablemente el más famoso de todos es el escrito por el compositor alemán del barroco (c.1680) Johann Pachelbel. Con esta página inició su concierto de Navidad el grupo de cámara denominado Sinfonietta de Salta que fundó y dirige el maestro Marcelo Gutiérrez que a su vez forma parte de la Orquesta Sinfónica de Salta, de la cual, en el grupo, hay varios de sus integrantes a los que se agregan jóvenes músicos de aceptable musicalidad y entre todos haciendo lo que les gusta: música.
Gutiérrez siente la necesidad de ofrecer al público, cada vez más numeroso, música de nivel académico y desde sus dúos con Carlos Ciccone (guitarra), fue agregando músicos y cantantes que pasaron por cuartetos, quintetos, etc., hasta llegar a este grupo de veintiséis instrumentistas para hacer música de cámara. En este caso, celebrando la proximidad de una fecha amada por la cristiandad como es la Natividad del Señor.
Arreglos interesantes sirvieron no sólo para lucir un atractivo conjunto sino también, presentar algunos solistas como el excelente Julio César Quinteros (flauta) en un “andante” de Mozart. Luego el pasaje que relata la encarnación del Espíritu Santo en María Virgen y se hizo hombre, en la voz de la soprano Rita Corces. Aleksandre Urushadze (violín) en la dulce melodía de Thais, otro pasaje para Federico Guardia (corno), la guitarra del maestro Eduardo Corces en el famoso “adagio” de Joaquin Rodrigo hasta que llegaron dos estupendos arreglos de otras tantas páginas de Ariel Ramírez donde lució el camarístico conjunto acompañando a la soprano. Cerró el programa el “aleluya” del motete “Exsultate Jubilate” de Mozart que exige pasajes de coloratura vocal.
Finalmente, con letra proporcionada al ingresar, al estilo de las viejas iglesias luteranas, el público cantó “Noche de Paz”, el conocidísimo villancico del austriaco Franz Gruber. Interesante aporte a las expresiones musicales de la ciudad.
