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Clemenz-Márquez, acierto del Mozarteum

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La obra es una de las escritas catorce años antes de su traslado definitivo a Leipzig, aunque ya revela el profundo conocimiento que Bach tenía del complicado contrapunto barroco. Hay una frase filosófica que dice todo: “la música de Bach da la idea del orden supremo de las cosas”.

Salta, martes 23 de julio de 2019. Fundación Salta. Santiago Clemenz (flauta). Mariana Márquez (guitarra). Sonata en mi mayor BWV 1035 de Johann Sebastian Bach (1685-1750). Sonata “Arpeggione” en la menor de Franz Schubert (1797-1828). Sonata Mitología de las Aguas nº 1 (*) de Leo Brouwer (1939). Serenade op. 44 en do mayor de Joseph Kuffner (1777-1856). Ciclo 2019 del Mozarteum Argentino Filial Salta.

En 1715, al noroeste de Alemania, estaba el principado de Anhalt-Köthen, preexistente a esa fecha. Pero ese año asumió el principado, con su mayoría de edad, el príncipe Leopold que a pesar de que las actas constitutivas y otros documentos imponían la práctica del rito religioso de Calvino, el nuevo monarca volvió a la tradición del rito luterano.

Entre muchas de las acciones que se desprendieron de este importante cambio, se encontraron otras entre las cuales estaba el desarrollo de la música cortesana motivo por el cual el príncipe Leopold contrató con un sueldo anual realmente elevado, a Johann Sebastian Bach que si bien tenía un buen ingreso en Weimer, el ofrecimiento de Köthen era más que tentador.

Sin embargo, había otro motivo que convenció a Bach para trasladarse de lugar y de Corte. Ese motivo era la absoluta libertad para componer lo que él decidiera y además la promesa del príncipe de contratar los músicos necesarios para interpretar su música. Entre las muchísimas composiciones está la escuchada esta noche escrita para flauta y bajo continuo por lo cual Mariana Márquez debió escribir un eficaz arreglo para el dúo de hoy. El “adagio” inicial sirvió de obertura para tres movimientos en ritmo de diferentes danzas del lugar. La obra es una de las escritas catorce años antes de su traslado definitivo a Leipzig, aunque ya revela el profundo conocimiento que Bach tenía del complicado contrapunto barroco. Hay una frase filosófica que dice todo: “la música de Bach da la idea del orden supremo de las cosas”.

Poco más de cien años separa a la Sonata de Schubert de la anterior. Es bueno recordar que el autor padecía de una enfermedad devastadora para esa época, la sífilis, lo cual le imponía etapas de gran depresión que desaparecían cuando hacía música para y con sus amigos. De ese tiempo es esta Sonata compuesta para el desaparecido “arpeggione” acompañado de piano y que en el devenir del tiempo ha merecido infinidad de arreglos para diferentes instrumentos y combinaciones.

El de esta noche ofrece pasajes de atractivo melodismo por esas ideas que Schubert tenía para la escritura de sus famosos lieder hasta llegar al “allegretto” final donde Clemenz y su flauta mostraron inocultable virtuosismo.

Corría 2009, o sea absolutamente contemporáneo, cuando el compositor cubano Leo Brouwer compuso esta Sonata original para flauta y guitarra. Más allá de los méritos polémicos de la obra –notables instrumentistas de la orquesta local gustaron de ella- hago la aclaración porque en lo personal sentí que lo técnico se imponía a la música y su presencia lírica y emocional. Ante esa circunstancia confieso no fui atrapado por lo extensos pentagramas que intentan describir el poderío evidente de las aguas en la Naturaleza y su estructura, mas allá de la demoledora y profunda interpretación de Márquez y Clemenz.

Finalmente, un atractiva serenata del compositor alemán J. Kuffner que vivió hasta mediados del siglo XVIII y que tuvo en vida una producción sencillamente apabullante. Solo a título de ejemplo, escribió siete sinfonías más abundante música de cámara, de modo especial para guitarra. La Sonata de hoy está compuesta para flauta o violín con guitarra. El dúo muy aplaudido entregó en calidad de bis el tango “Palermo” compuesto por el guitarrista argentino Máximo Pujol. Imagino que participar de los ciclos del Mozarteum, para los músicos debe ser realmente importante atento al grado de exigencia que la entidad tiene para sus conciertos. En este caso la elección fue todo un hallazgo.

En primer lugar, la guitarrista Mariana Márquez portadora de un ilustre apellido relacionado con la música en nuestro medio, acaba de obtener el primer premio en la categoría “guitarra solista” interpretando música de Eduardo Falú en el Festival Internacional realizado en Rosario de Santa Fe. Y al mismo nivel el flauta solista de la Orquesta Sinfónica de Salta, Santiago Clemenz, justificó largamente el porqué ocupa ese lugar. Por eso dije en el título: “Acierto del Mozarteum”.

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