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domingo, noviembre 24, 2024

Colópticus

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El domingo 1 de julio a las 21 hs. en el C. C. Hólver Martínez Borelli, la obra de Diego Parra llevada a escena por el Grupo El Derroche, cerraba la XXII Muestra de Teatro Breve.

«Colópticus” es una palabra que encierra un signo a develar. Atractiva en sí misma y tratándose del título de un obra del dramaturgo Diego Parra, uno se prepara para ver algo que puede llegar a ser fuera de lo común. Hay un horizonte de expectativas que se genera a partir del título y del autor.

Una vez allí y frente a la obra, corremos el visillo para oír el texto porque lo que se ve no es lo esperado ni cumple con algunos criterios fundamentales de una puesta aceptable. Por lo tanto me referiré a la dramaturgia con la idea de rescatar y/o celebrar, algún encuentro gozoso con la palabra.

Lo feo es una estética y la obra puede que tenga una sintonía con cierta acidez humorística, instalada desde un lugar poco convencional en cuanto a historias se refiere. Si bien plantea un lugar aproximado a nuestra geografía, “el trópico”, un pueblo llamado Salvador Sala… la obra encierra un sentido más amplio: un no lugar infecto.

Allí, las mujeres pierden los estribos, las paradojas abundan, las necesidades sexuales se potencian, las temperaturas calcinan los espíritus y el deseo se transforma en la pura subsistencia. No hay lugar para la moral sino para la plena satisfacción de los instintos.

El dinero, dios de los últimos tiempos, no escapa a este infierno pueblerino. El ansia por el oro no salva a ninguno de los personajes de la obra, que aunque mantengan una cierta relación “primitiva”, conocen las leyes del mercado global y para salir de sus estados de pobreza, son capaces de torturar.

Colópticus (creación del autor) es un tipo de insecto cuya hembra pica a una mujer y la alborota. La “hembra” en la obra, es vista casi brutalmente, animalescamente, y condensa en sí la maldad, la parte interesada del asunto, la baja en instintos, el sadismo (algo compartido con el varón) y una serie de “marcas” exageradas sobre su figura ante el “macho”, indefenso, pasivo, inocente. (Mi gran interrogante es por qué el público arrojaba carcajadas sobre hechos siniestros y violentos.)

Pero todo podría ser parte de una alucinación, producto de la picadura del mosquito o del calor que enceguece los sentidos. Colópticus representa un mundo campesino que echa por tierra la imagen idealizada del campesinado y su paisaje natural puesto que hay como una especie de piedra libre a esa condición humana que representa, donde se instala la ley de la selva.

Colópticus es el lugar del Ello. Una invención que funciona como recurso del desplazamiento. Muy sugerente.

– Ficha técnica: Elenco: hombre (Marcelo Ortiz), mujer (Teresa Posteraro), anciana (Petty Ruiz), comisario (Daniel Rodríguez). Asistencia técnica: Mar Aybar – Gustavo Copa. Dirección gral.: Elena Cortez.

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