Hace aproximadamente dos meses la empresa Wicap SA, que presta servicios para la UTE Maxipetrol en el área Morillo, volvió a instalarse en la localidad del mismo nombre, cabecera del municipio Rivadavia Banda Norte.
Retomó las actividades tendientes a completar la prospección sísmica que había interrumpido en los últimos meses de 2010; regresó con sus topadoras que arrasan el monte abriendo picadas. Ante ello, y existiendo acuerdos firmados el año pasado para permitir los estudios de factibilidad petrolera, familias criollas y algunas comunidades wichí reiniciaron el diálogo con la contratista para concretar el cobro de las indemnizaciones por los daños que sufrieron el año pasado y evaluar la conveniencia o no de permitir la continuación de los trabajos de exploración.
La gran mayoría de los indígenas se opone a que continúen haciendo picadas en sus montes, pero la necesidad económica y la permanente presión de la empresa, a través del ofrecimiento de dinero como de la amenaza de que “van a pasar sea como sea” porque tienen respaldo del gobierno del gobierno, modifica la postura inicial. Una de las comunidades, la Wichi Lewetes Kalehi -del paraje Los Baldes, ubicada a 40 km al sur de Morillo-, estaba en esas tratativas desde 2010, y ante la nueva y descontrolada apertura de picadas en su territorio decidió frenar el avance de las máquinas. Personas consultadas por OPSur, que recorrieron el lugar, contaron que vieron estacas clavadas en el patio de una vivienda y en el centro comunitario. Estas estacas, según nos informaron, señalan el trayecto que deben seguir las topadoras para la apertura de las picadas; con indignación nos dijeron: “Hoy la casa -wet- y su entorno -lewet- están en riesgo literalmente”. Leer más»
Gabriel Cherqui: “Estamos cansados de ver cómo vienen matando nuestro Wallmapu”
El OPSur entrevistó a Gabriel Cherqui, werken de la comunidad mapuche Kaxipayiñ, cuyos territorios se encuentran comprendidos por el área Loma de la Lata (LLL), el principal yacimiento gasífero de Argentina y uno de los más importantes de Sudamérica, operado por YPF SA. A mediados de la década del ´90 esta comunidad fue conocida, junto a su vecina Paynemil, por los altos niveles de contaminación que se registraron –y aún se registran- y los impactos en la salud de sus integrantes. A más de 15 años de las primeras denuncias, el vocero mapuche afirma que la situación no ha cambiado y que todavía esperan la remediación integral de los daños producidos durante más de tres décadas de actividad extractiva. La autoridad tradicional también se refirió a los mega anuncios de explotación de hidrocarburos no convencionales en el yacimiento, y se defendió de las acusaciones de encabezar protestas para obtener dinero de las operadoras. Nota completa en http://opsur.wordpress.com/2011/11/02/%e2%80%9cestamos-cansados-de-ver-como-vienen-matando-nuestro-wallmapu%e2%80%9d/
– Por OPSur