«Güemes y otros cantares» del poeta salteño Julio César Luzzatto, consta de dieciséis romances que bajo la idea y realización del escritor y psicólogo David Slodky, conforman el espectáculo poético musical “El Romancero de Güemes”. Anoche en la Casa de la Cultura, tanto Slodky en poesía como Salvador Rueda en guitarra y Kamila Reynoso en canto, fueron aplaudidos de pie por un teatro lleno que reconoció el impecable trabajo artístico realizado.
Esta patriada poética fue acompañada por célebres composiciones musicales del repertorio popular: “La cuartelera” por ejemplo, melodías de Atahualpa Yupanqui, formas como la milonga, el tango, la zamba y la chacarera; y de la música culta: Dvorák, Schubert y Beethoven, entre otros; además de piezas folclóricas como “A una paloma”, vidalita de Idea Vilariño y “Señora Macacha Güemes” de León Benarós y Agustín Carabajal.
Acompañé como espectadora esta propuesta junto a mis alumnos del Colegio Secundario Dr. Raúl Alfonsín (turno vespertino) gracias a la invitación que nos fuera cursada por Agustina Gallo, Subsecretaria de Sub Secretaría de Producción Cultural. Considero una buena oportunidad para los jóvenes de acercarse a uno de los más bellos cantares de la literatura universal, al tiempo que recordar los hechos que convirtieron a Güemes en uno de los héroes más importantes de nuestra América.
El espectáculo (con entrada libre y gratuita) es un bello recorrido por la historia que nos debe dar orgullo como salteños, hilada finamente por la música y la poesía, con intromisiones de la voz narradora del orador y recitador David Slodky. Un exquisito entramado de poesía, música y narración, acerca de los principales hechos que ubican al gaucho salteño como un ícono de la revolución que resistió siete invasiones realistas. La patria aún sangra tras su muerte, emboscado por el enemigo, circunstancia en la que el héroe ofrenda su vida por la causa de la libertad y el honor.
Las acotaciones de Slodky sobre los hechos no tienen desperdicio. El Programa consta de 31 títulos (con dos horas y media de duración) entre romances, melodías, temas musicales y glosas que trazan episodios de la epopeya güemesiana: el encuentro con San Martín, el castigo de Belgrano, el amor por Carmen, las batallas, su papel en la revolución de mayo, sus infernales, sus tácticas guerrilleras, su amor a la lucha, su orgullo y su moral indeclinables, su valía, la fe en sus hombres, su elección como gobernador, la emboscada del traidor Mariano Benítez y sus tropas… e incluso el nivel de su intelecto, se detallan con maestría por el conductor que con la pasión de quien admira al que le rinde homenaje, ennoblece su figura y resalta su espíritu.
“El Romancero de Güemes” reivindica la epopeya del gaucho magno con la fuerza de las letras y el canto. Porque no hay otra manera de encontrar epítetos para redefinir tan grande estandarte de lucha. Sólo el arte pudo hablar del héroe salteño con la fuerza hidalga de la palabra.
David Slodky, el memorioso, posee la capacidad de recitar romance a romance sin papel, además de imprimir en los versos de Luzzato el ritmo armonioso de la lírica.
Slodky ofreció ininterrumpidamente, año tras año, hasta el 2013, este «Romancero», con un trabajo realizado a pulmón. Este año fue convocado por el Ministerio de Cultura a través de la Secretaría, para dar continuidad al espectáculo, bajo la producción general de Agustina Gallo Puló. Completan el staff: Daniela Vidal (producción escenográfica), Cristian Gana (sonido), Gonzalo Delgado (musicalización), Nicolás Farfán (iluminación), Maximiliano Corrado (videos) y Pía D’Luca (diseño gráfico). Cabe destacar que la selección musical fue realizada con la colaboración de Slodky (h).
Subrayables trabajos de Kamila Reynoso y Salvador Rueda, con una emotiva voz y una enorme guitarra, respectivamente.
Para concluir, retomemos cómo introduce Slodky el Romance nº XIII “La Oferta”. En 1816. Olañeta, jefe realista, lo amenaza con las glorias de los escuadrones españoles, y pretende tentar a Don Martín Miguel: “Si Ud. se halla al cabo de lo expuesto y tiene ánimo de no sacrificarse, avíseme Ud. a la mayor brevedad para que con mis jefes le proporcionemos cuanto desee para su familia”.
La respuesta de Güemes a Olañeta: “Muy señor mío y pariente. Al leer su carta del 19 del corriente formé la idea de no contestarla para que mi silencio acreditase mi justa indignación; pero como me animan sentimientos honrados, hijos de una noble cuna, diré a Ud. que desde ahora para siempre renuncio y detesto ese decantado bien que desea proporcionarme. No quiero favores con perjuicio de mi país: éste ha de ser libre a pesar del mundo entero. Vengan enhorabuena esos imaginarios regimientos de Extremadura, Gerona, Cantabria, Húsares y Dragones, y vengan también cuantos monstruos abortó la Europa con su Rey Fernando a la cabeza. Nada temo, porque he jurado sostener la independencia de América, y sellarla con mi sangre. Todos estamos dispuestos a morir primero que sufrir segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable. (…) …adopte la guerra que más le acomode para nuestra destrucción, pero tema, y mucho, la mía. (…). Estoy persuadido que Ud. delira, y por esta razón no acrimino como debía y podía el atentado escandaloso de quererme seducir con embustes, patrañas y espantajos que me suponen tanto como las coplas de Calaínos. Y luego dirá Ud. que es un oficial de honor y del Rey. ¡Qué bajeza! ¿Y así lo toleran sus jefes? ¿Así lo consienten en ese Ejército Real? Valerse de medios tan rastreros como inicuos solo es propio del que nació sin principios. Un jefe que manda un ejército tan respetable, a él sólo debe fiar el buen éxito de sus empresas. Lo demás es quimera, es degradarse y es manifestar mucha debilidad. Yo no tengo más que gauchos honrados y valientes. No son asesinos, sino de los tiranos que quieren esclavizarnos. Con éstos únicamente lo espero a Ud., a su ejército y a cuantos mande la España. Crea Ud. que ansío por este dichoso día que me ha de llenar de gloria. Convénzanse Uds. por la experiencia que ya tienen, que jamás lograrán seducir no a oficiales, pero ni al más infeliz gaucho: en el magnánimo corazón de éstos, no tiene acogida el interés, ni otro premio que su libertad. Por ella pelean con la energía que otras veces han acreditado y que ahora más que nunca la desplegarán. Ya está Ud. satisfecho; ya sabe que me obstino, y ya sabe también que otra vez no ha de hacer tan indecentes propuestas a un oficial de carácter, a un americano honrado y a un ciudadano que conoce más allá de la evidencia que el pueblo que quiere ser libre, no hay poder humano que lo sujete. Sin perjuicio de esto vea Ud. si en otra cosa puede serle útil su afectísimo servidor: Martín Güemes”.
La histórica respuesta de irónico final, muestra los valores del héroe y su inteligencia para tratar al enemigo. De esta arcilla, está hecho el espectáculo todo, material con el que se esculpe la trascendente figura del gran guerrero de la independencia. Excelente!
Con «El Romancero de Güemes» se respira arte
Un espectáculo extraordinario! Sólo caben felicitaciones al Lic. Slodsky y a sus colaboradores.
No es sólo un gran espectáculo, es parte de la historia de nuestro querido país defendido por un ser excepcional como Güemes; ha repercutido en todos los asistentes, hasta los huesos.
Opino que debiera darse en otras ciudades argentinas, donde la figura del héroe es poco conocida y valorada en la grandeza de su patriotismo.
Había que ser valiente y visionario de una Patria Grande para jugarse la vida como lo hizo Martín Miguel de Güemes.
¡Viva la Patria! ¡Viva Güemes!