Los locales de «panchos premium» de los ex funcionarios kichneristas siguen su expansión a pesar del juicio que deberá afrontar el ex jefe del Ejército.
En el día de su detención, César Milani sigue apostando a la cadena de panchos que tiene junto al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. En pleno microcentro abrió un nuevo local de Tío Tola.
Sin embargo los festejos de la inauguración quedaron opacados por el «faltazo» del ex Jefe del Ejército.
Sobre la calle Tucumán, a metros de la calle Florida, se erige el quinto local de la panchería a la cual apostaron los ex funcionarios kichneristas. Bajo el lema «la buena salchicha», la empresa se creó con el objetivo de incursionar en el negocio de panchos premium a base de embutidos alemanes.
Estaba previsto un evento de apertura en el que estaría presente el propio Moreno. Por razones que son públicas, todo se disolvió con el correr del día y el local abrió sin bombos ni platillos.
Milani y Moreno buscaron mantener precios populares como una característica distintiva. Allí se puede comer dos panchos y una gaseosa a $60 o una cerveza y un pancho por tan sólo $45. Según indicaron sus empleados, los precios no se tocaron desde su llegada a la Capital Federal.
La cadena ya cuenta con sucursales en Ingeniero Maschwitz, Pilar y en la calle Marcelo T. de Alvear en la Capital Federal, donde desembarcaron hace cinco meses, indicó el sitio BigBang Newa.
Los ex funcionarios devenidos en empresarios, se asociaron con Carlos Castelli, fundador de Visión 101 y de Blue Star Group, responsables de las tiendas de bijouterie Todo Moda e Isadora. Juntos crearon Tío Tola S.A., firma registrada por 99 años con un capital de $100.000.
Como icono para su empresa, eligieron la figura de un marinero fornido que en una mano sostiene un pancho y en la otra una cerveza. Sus locales son de líneas simples y predomina el color rojo, tanto en el exterior como en su moviliario.
Milani quedó detenido el pasado viernes en La Rioja, luego de haberse presentado a declarar en el juzgado federal de esa provincia por los secuestros de Pedro Olivera, Verónica Matta y Alfredo Olivera, en marzo de 1977, durante la dictadura militar.
– iProfesional