Con el teatro lleno, el maestro Lhez, de brillante cometido, abrió la velada con la obertura de La Flauta Mágica.
Salta, martes 9 de agosto de 2011. Teatro Provincial. Cantantes Solistas: Jaquelina Livieri (soprano), Cecilia Díaz (mezzosoprano), Henrique Luperci (tenor), Pablo Sánchez (tenor), Sergio Guampa (barítono) y Luis Gaeta (barítono). Coro y Orquesta de Cámara de la Universidad Católica de Salta. Director Maestro Jorge Lhez. Arias y pasajes de óperas famosas. Aforo 95%.
La radio
Hace muchos años, cuando yo era chico, era LRA Radio Nacional la encargada de educar el oído de los oyentes que trabajaban, estudiaban, viajaban o simplemente escuchaban la música culta. Luego algún “inteligente” resolvió que había que masificar su audiencia y la convirtió en una radio comercial, hasta con publicidad. Se perdió la música clásica en radio, salvo alguna que otra expresión de ese tipo sin continuidad ni intención educativa, mucho menos pedagógica, para que el oyente pueda apreciar las bondades de la música elaborada. Pasaron años hasta que se fundó en Buenos Aires la famosa Radio Clásica que tenia una audiencia para nada despreciable. Problemas de conducción condujeron a su desaparición. Hasta que en el 2001 con la frecuencia modulada a todo trapo, apareció Radio Cultura Musical en el 100.3 del dial. Veinticuatro horas de música superior estaban al servicio de la gente. También había mensajes para reflexionar. En 2004 nació Radio Amadeus y hoy, ya carece de importancia el porqué, pero en agosto de 2009, ésta dejó de transmitir cediendo la marca a la primera y se constituyó Radio Amadeus Cultura Musical 100.3, única opción en este género radial que finalmente tomó la decisión de extenderse por satélite a todo el país. Así llega Amadeus con un primer y olvidable intento hasta que por fin los diletantes tienen la oportunidad de escuchar Amadeus Salta 98.3, música clásica durante las veinticuatro horas del día, con altísima calidad de emisión y equipos técnicos de última generación.
La Música clásica
Cuando uno escucha al estupendo violonchelista Yo Yo Ma, automáticamente la mente ingresa a otro mundo sonoro, intelectual y de enorme desarrollo cultural. Dije Yo Yo Ma como podría haber mencionado otro instrumentista de su calibre, un cantante, un grupo de cámara o una orquesta sinfónica. Ese ingreso permite que cada vez haya más adeptos a una de las expresiones artísticas mas completas que el ser humano pueda vivir. No solo como un entretenimiento, sino como una forma de incrementar la capacidad neuronal dada la complejidad de su construcción obligando a que el cerebro funcione de una mejor manera que cuando no se practica este tipo de goce espiritual que, por supuesto no es el único, sino que ayuda a otros estímulos que tienen el mismo objetivo. El desarrollo intelectual y cultural permite al individuo crecer y estar más capacitado para su diaria tarea. Vincularse con la música académica, no es vacuo ni ajeno. Al contrario despierta la necesidad de sentir los movimientos del alma o sea las emociones y por tanto induce a encontrar un individuo mejor.
El Concierto
El concierto brindado para festejar el inicio de un medio de alta jerarquía como el de la radio que se inaugura no fue, en esta oportunidad el centro de la escena. Pero tampoco se podía encontrar un medio más eficaz para festejar el acontecimiento. Con el teatro lleno, el maestro Lhez, de brillante cometido, abrió la velada con la obertura de La Flauta Mágica dicha por la orquesta con precisión mozartiana. A partir de allí, se desgranaron arias famosas de óperas famosas. Se lució la portentosa voz de Cecilia Díaz. Tambien estupendos Livieri y Gaeta. Muy aplaudido el salteño Sánchez y reconocido el especial timbre del brasileño Luperci. Momentos culminantes fueron Caro Nome y el Cuarteto (Rigoletto), La Habanera (Cármen), E Lucevan Stelle (Tosca), los himnos a la Reina del Cielo y de la Resurrección (Cavallería Rusticana). Quedaron disimulados cierta inseguridad en Vesti la Giubba (I Pagliacci) y alguna coloratura olvidable. Pero en suma, fue una noche para recordar con placer.