En el denominado escenario mayor del folklore argentino, brilló sin cesar durante toda la semana pasada el talento de la danza y la música nacional. Un verdadero derroche de encanto argento para el deleite de los espectadores de adentro y fuera de la plaza Próspero Molina y para los televidentes de todo el país y más allá.
Además del desfile de los grandes intérpretes del cancionero nacional como Los Carabajal, el Chaqueño, Abel Pintos, Canto Cuatro, Víctor Heredia y tantos más de gustos diversos, se destacaron las delegaciones provinciales que lucían sus encantos en el gran escenario. Ausencias como las de Los Nocheros, León Gieco y aún la de Horacio Guaraní y otros han de extrañarse ya sea por razones de agenda, ya sea por razones de dinero, ya sea por razones políticas…
Como todos los años, Salta estuvo representada oficialmente en Cosquín. Cada noche el artista salteño subió al escenario para cantarle y bailarle al país. A las actuaciones de Mariana Cayón, Los Huayra, Nacho y Daniel, Facundo Toro, Mariana Carrizo, Guitarreros, Marcela Ceballos, entre otros, se le sumó el gran despliegue musical y coreográfico de la delegación oficial salteña.
El grupo integrado por músicos y artistas locales como Micaela Chauque, Pitín Salazar, Roberto Ternán, el dúo Bocha y Nacho, Pala Aquilera, Litín Ovejero, Rodrigo Pequeño, entre otros, llevó a escenas clásicos del folclore salteño como «Anacleto cigarra» y «La cerrillana», los ganadores del pre Cosquín que siguen en competencia y academias folklóricas como Zupay Malambo, El Kakuy, El Retumbo, hicieron vibrar el sentir argentino al compás de la música, el malambo y danzas del norte.
Esta belleza artística se logra con la musa inspiradora, el talento de tantos que aman lo nuestro y por supuesto con el esfuerzo personal, comunitario y económico de quienes se expresan en el escenario para el goce del público. En verdad que la ayuda oficial es necesaria y viene muy bien. En este año se vio mejorada de alguna manera con el aporte de la comida en el día que se actuó….pero en realidad los artistas hacen pie en las tierras del valle de la punilla con anterioridad, deben pagar su traslado y su hospedaje como puedan y de hecho la comida además de costearse las vestimentas y los aprendizajes en las respectivas academias.
Ensayan ya sea de día, de noche, bajo el sol o la lluvia y de esto nadie hace eco, solo son parte de la delegación oficial de Salta.
Sucedió que en la noche que llegaron los Ballets de danza, más de dos colectivos llenos y luego de unas doce horas de viaje, se presentó gente del municipio de Cosquín para desalojarla, ya que argumentaban que no estaba la escuela respectiva habilitada para albergue. Para los inspectores municipales, a quienes se le suplicaba consideración, respondieron que “dejarlos en la calle no era su problema” y la policía, con su amedrentamiento de patrullas y luces, se sentía “excluida y gente mala” ante el requerimiento de que deshagan la patética escena en el lugar, inmediatamente el representante de la fuerza local, lapicera y cuaderno en mano entró a preguntar nombres….¿para qué? ¡Este Sgto. Luque che! Y la mujer policía que se apersonó mano en pistola encaró la situación diciendo que hizo su curso para ser policía y que esto validaba su proceder de alguna manera. ¡Hay dió!
Gracias a Dios y dialogando entre la dueña del establecimiento, quien cedió las instalaciones para pernoctar en esas noches y la representante del municipio se llegó a considerar el sentido común. También es de destacar el trabajo que como equipo realizaron los profesores de las distintas academias y en la armonía de las actuaciones se reflejó la profesionalidad de estos: Horacio Quispe y la prof. Gimena por Zupay malambo , el prof. Chacho y sra. por el Retumbo, y el prof titular del Kakuy R. Bravo.
Todo esto en verdad que desacredita a las instituciones locales y pide a gritos una mayor participación de las entidades oficiales salteñas, ya sea de la secretaría de cultura, ya sea de la de turismo, ya sea de los organismos provinciales y municipales respectivos. Actualmente funciona la cuestión al revés, tanto la intendencia de Cosquín como la provincia salteña y los medios que difunden los espectáculos lucran con la puesta en escena de los artistas, llevándose la mayoría de los actores sólo la dicha de haber pisado las sagradas tablas de tremendo escenario a un costo humano y económico superlativo.
¿Por qué no apostar más a las delegaciones subsidiando un buen pasar al menos mientras se los requieran para actuar? Una gran deuda pendiente de los operadores de la cultura y el turismo.
– Por Hugo Luis Daher
– Columna del 3 de febrero de 2015