La Educación y la Cultura son los pilares que sostienen a toda sociedad. Todo gobierno que acierta con sus decisiones políticas en estas áreas, se fortifica y se renueva. La renuncia de la Ministra de Educación no sorprendió. Hace rato que los rumores en torno de su papel político, descontaban que sería una de las que no completarían la gestión. Pero los rumores de remoción también suenan en lo que respecta a la Cultura de Salta. Y se barajan nombres.
En una última conversación entre Mario Ernesto Peña con el Secretario de Cultura, Caro Figueroa evaluó el esfuerzo del gobierno frente a la distribución de los “libros”, de esa partida fallida que salió con mapas y datos erróneos. Esto se suma a una serie de contradicciones y vertiginosas respuestas del funcionario.
Los casi 7 millones invertidos en una “pseudo bibliografía” para que estudien los niños de Salta, comienza a ser un despropósito que se sumerge en el escándalo. Siempre se condenó la quema de los libros, una práctica aberrante realizada en la Inquisición y en el más absurdo autoritarismo de diversas épocas.
Esta vez: ¿habrá que tirarlos a la basura, quemarlos o arrancar ciertas páginas? ¿Qué será ahora que los mapas y datos de ese libro favorecen el imperialismo inglés? ¿Es posible que con figuritas adhesivas se quiera tapar el bache? ¿Así se maneja la educación de nuestros hijos? Vergonzoso.
Además de Marta Torino, ¿quién más es responsable por estas páginas mal escritas y que hoy son fuente de estudio para los estudiantes salteños? ¿Es cierto que no vio los gráficos y mapas y que pudo tan sólo leer los textos? ¿Con esta ligereza se dispara un material de estudio para la formación básica de los salteños?
Leopoldo Van Cawlaert, el nuevo Ministro de Educación, asumirá el lunes. ¿Es un pariente de la economía lo que necesitan los docentes para que el gobierno pueda solucionar el “histórico conflicto”?
¿Es cierto que se viene el cambio en cultura? Hay un nombre que suena: el del doctor Alberto Noé.
Una gestión que no conforma es la de cultura por ciertos referentes que forman el equipo de Caro Figueroa y por la parsimoniosa rueda que no gira ni gira.
Y a nivel nacional, se fue Martín Lousteau. Los gobiernos están empeñados en demostrar que los errores se pagan con la renuncia.
– Notas relacionadas:
Plumada: trago amargo para la cultura de un funcionario ejemplar
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Torino, la ministra que no fue
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