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domingo, noviembre 24, 2024

Daniel Tort frente a la intimación de EDESA: “me importa la vida de los niños”

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Hay ciertas cosas en la vida que tocan en lo más profundo del ser: este es el caso de la muerte de un niño en Pichanal, que para el abogado y columnista de nuestro medio, Daniel Tort, no pudo pasar inadvertida. El periodismo es un medio de denuncia y así lo reflejó Tort en su columna “Los niños que mata EDESA”. El periodista está para decir lo que otros no se animan a expresar, siempre y cuando a través del ejercicio de esta profesión, se sienta comprometido con la verdad y conserve los valores éticos y morales intactos. Humanidad, no es otra cosa.

EDESA envió a través de su apoderado, una intimación a Tort para que este se rectifique públicamente por el contenido vertido en la nota en cuestión. De no hacerlo, Tort enfrentaría “acciones penales y civiles que pudieren corresponder”.

Se conoce el paño de Tort, abogado que a través de sus editoriales semanales en el programa radial que conduce en FM Noticias, y que son publicadas en medios locales, realiza denuncias en favor de la sociedad y en contra de los juegos políticos perjudiciales para la salud del ciudadano, como así también todo tipo de ilícitos, defraudaciones, etc.; al tiempo que ejerce críticas sobre diversas cuestiones de distintos ámbitos en el que a diario se desenvuelve el común de la gente. Tort es un periodista todo terreno y se ha enfrentado, a lo largo de los años, con varios “intocables” monstruosos. La seriedad es un denominador constante que lo mantuvo siempre firme junto a sus convicciones.

Frente a la intimación recibida el 5 de mayo en su estudio jurídico, Daniel le expresó a esta cronista: “me importa la vida de los niños y no me interesa para nada la imagen de la empresa”.

“Voy a responder- claro- pero antes quiero saber si van a poner o no el disyuntor”– afirma. En la nota (ver http://www.salta21.com/Los-ninos-que-mata-EDESA.html) Tort da a conocer el monto por el cual se podría haber evitado la muerte del niño en Pichanal: $230. Sí, Ud. lee correctamente. Unos miserables doscientos treinta pesos que hubiesen garantizado que este pequeño llegara a conocer la vida, a crecer, a ser un hombre el día de mañana y que, por negligencia, no podrá suceder nunca. Un niño que en poco tiempo engrosará la larga lista de muertos por el sistema y que ya nadie se preguntará por él. Un pequeño que por un disyuntor de porquería que cuesta lo que dos kilos de asado, duerme hoy su sueño profundo. En soledad. En el olvido.

El abogado entrevistó a Godoy en su programa «La madre que las parió», quien al aire expresó que se ocuparía del Proyecto de Ley (que data del 2011 y fuera presentado por el mismo entrevistador) que obligue a la empresa proveedora de energía en la provincia, a salvaguardar la integridad física mediante la colocación de disyuntores que eviten las muertes de los consumidores.

Vaya anotando conclusiones.

“Condenar” a Tort por poner en palabras los actos de violencia encubierta o de negligencia vigente o de culposidad o de «criminal indiferencia» (así denominado el caso por el columnista) o como se pueda llamar este hecho, sería hasta irrisorio.

En la ciudad de las paradojas, el que mata por omisión quiere encontrar nuevos cómplices en la Justicia. Mientras tanto, las víctimas se suceden. Parafraseando el título de la nota que marcó la «diferencia», si todos los ciudadanos perjudicados por esta empresa escribieran “Los aparatos que quema EDESA”, “Las fiestas y eventos sociales que arruina EDESA”, “Los enfermos terminales que perjudica EDESA”, “Los alimentos que pudre EDESA”, etc., estaríamos pensando en una sociedad crítica cuyo único temor sería seguir padeciendo los cortes y los cortos.

Estamos hablando de un disyuntor que no paga lo que vale una vida.

Esto recién empieza. Hay batallas que librar en esta guerra cotidiana en la que cada uno se defiende como puede de sistemas políticos y sistemas económicos que rigen la vida de la gente.

Para Tort, ninguna intimación y ninguna condena pueden valer más que la vida del pequeño de Pichanal. Su muerte, “caratulada” de “accidental” (1), forma parte de la historia que cuentan los pobres a otros pobres. La historia oculta de los «otros» que el sistema se encarga de exterminar, de a poco.

Y todo por $230.

(1) «Fuentes policiales aseguraron que el accidente doméstico ocurrió cuando el pequeño metió una de las manos debajo de la heladera, para sacar una bolilla con la que jugaba, y recibió la descarga eléctrica». Fragmento de la noticia publicada por La Gaceta

1 COMENTARIO

  1. Daniel Tort frente a la intimación de EDESA: “me importa la vida de los niños”
    Es lamentable la muerte de este nino. el disyuntor es un dispositivo electrico que corta el suministro de la corriente cuando existe una descarga, evitando que la persona o lo que fuere sea el conductor de esta. Actualmente se coloca en la caja de entrada de corriente electrica correspondiendo al usuario su instalacion. Es un problema de legislacion. Lo que se hace despues del medidor el vecino es responsable. La empresa exige la bajada con la descarga a tierra y llaves termomagneticas que protejen la instalacion para comenzar con su obra de lucro instalando el medidor. Algo complicado el tema para pulsearlo legalmente desde la responsabilidad civil. Si la empresa seria la responsable al pelo. Hoy por hoy es el vecino. Ojala Tort gane esta batalla. sentaria un buen antecedente al menos para la obligatoriedad de la instalacion del disyuntor y si ya es obligacion del vecino para su control de de funcionamiento, que se puede hacer cuando se realizan las lecturas, cuestion que tambien se delega a la responsabilidad del propietario por lo que este tendria que ser una especie de tecnico electricista, lo cual no es lo propio del vecino. Que cosa no?

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