En la provincia de Salta y el interior se registró un índice de alto porcentaje de la Cultura y los Espectaculos Folclóricos y de Tradiciones – según lo informado por la Secretaría de Turismo de La Plata.
Entre las opciones se pueden mencionar el Festival de la Papa Andina en el Alfarcito, uno de los lugares que más conmocionó, por el Sacerdote Chifri que hizo crecer esa pequeña localidad con la Refacción de la Capilla de la zona, por lo que hablamos de una construcción de cara a la vida.
La Fiesta
El domingo 27 de mayo, cerca de 1000 personas concurrieron a la Misa en la que Monseñor Cargnello, bendijo la Refaccióna la Capilla.
Con la presencia del Vice Gobernador y otras autoridades, familiares del Padre Chifri, amigos, alumnos, docentes, comunidades del cerro, de Rosario de Lerma, de Salta, de Buenos Aires y del mundo, celebramos Pentecostés, fiesta que para los creyentes da comienzo a la misión y tarea de los discípulos de Jesús, día en el que envió la fuerza para seguir adelante por haber sido testigos.
Entre los amigos de Alfarcito, se eligió esta fecha dado que era la víspera del lunes 28 de mayo, fecha en la que hubiese sido el 47° cumpleaños de Chifri.
Ambas celebraciones se unían, en fecha y en sentido, en un reconocimiento concurrido para recordar a Chifri y una esperanza cierta para seguir con fuerza acompañando a las comunidades del cerro en el trabajo cotidiano, testigos de que es posible hacer el bien.
Luego hubo una procesión con la banda de Sikuris y alumnos del colegio; un almuerzo comunitario, al que siguieron cantos, títeres y festejos.
Un dia repleto de vida, manifestando el amor
¿Por qué la Refacción?
En diciembre del año pasado, estando reunidos en Salta a los pocos días de haber despedido al Padre Chifri, ante la sugerencia de Ana, arquitecta de Alfarcito, tomamos la iniciativa de mejorar la Capilla.
Tenía el paso del tiempo en sus muros y techos, dedicada nada menos que a San Cayetano, sobrenombre impuesto al Padre Chifri por el trabajo que generaba con cada una de sus obras.
Ahora era también el lugar elegido para recordar al Padrecito, para rezar un rato, entre horas de estudio, trabajo, paso o visitas de turismo, y encontrarse de cara con Dios, en un encuentro “de altura” a 2800 m.s.n.m. , en este lugar “equidistante de las 25 comunidades de los cerros” que se fue haciendo “cercano” a todo el que lo visita, lugar de trabajo y oración cotidiana -así cómo había enseñado Chifri.
Se podría haber embellecido antes, pero cuando había Misas en Alfarcito, su pequeño espacio no alcanzaba para albergar a los fieles; estas se hacían al aire libre, dejando de límite a los cerros. La realidad es que siempre había necesidades prioritarias y el Padre Chifri volcaba los esfuerzos a las comunidades. Ya habría tiempo de dejarla linda.
Por necesidad de refacción entonces y por necesidad del alma de quienes se acercaban, el espacio era pequeño y había que mejorarlo.
Manos a la obra
Con este espíritu Ana Isasmendi y Gaby Moroder, hermana de Chifri y arquitecta también, se pusieron a diseñar el nuevo interior de la Capilla, conservando el encanto externo que identifica el paraje. Raudamente se sumaron las manos, como pasa en Alfarcito, las voluntades, los aportes. La obra se realizó en 5 meses.
¿Qué se hizo?
Se ganó un espacio privilegiado para el Santísimo, abriendo un lateral, extendiendo la Capilla y colocando ventanas (antes no tenía) que permiten el ingreso de la luz, del aire y una puerta lateral para mejor circulación de los fieles.
Se cambiaron 375 m2 de revoque, colocándose mallas de PVC, que ayudan a una mejor fijación del mismo. Se levantó la cubierta, reemplazando algunas cabreadas y alfajías de cardón, que se encontraban en malas condiciones.
Se colocó aislación térmica y una membrana de geotextil, que asemeja a la típica “torta de barro”, logrando mayor protección hidrófuga y bajo mantenimiento futuro.
Se puso piso de laja y un terminado de madera sobre la tumba de nuestro querido Padre. Sobre él se imprimió, en talla, el logo de la Estampa de Ordenación Sacerdotal del Padre, que reza: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”, como lo más representativo de su obra misionera; materializado en maderas de roble, quina, algarrobo y cardón, formando una cruz andina.
A lo largo de ese eje, en el muro cabecera, se repitió la forma de cruz con la misma materialización de maderas, coronada en línea curva, por una oración de Santa Teresita del Niño Jesús, que creemos que Chifri la adoptó como propia: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”.
En el exterior se colocaron algunas pircas, rampas de acceso para discapacitados y personas con dificultad de desplazamiento, y un aterrazado para las celebraciones a cielo abierto como en esta oportunidad.
En el interior de Alfarcito. Por eso la Cultura de Salta hizo récord de índice de Cultura y Espectáculos.