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sábado, diciembre 28, 2024

De homenajes e hipocresías, una continuidad de la traición

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Con sólo analizar el rumbo del actual marco económico que impera en Argentina, se advierte que el ideario del conjunto de exponentes de la galería de patriotas no coincide en lo más mínimo con las líneas de gobierno.

El 25 de Mayo del año 2010 y con motivo de los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo, entre tantos otros actos alusivos a ese acontecimiento, la Presidenta de los argentinos dejó inaugurada la Galería de Patriotas Latinoamericanos. Entre los óleos que se exhiben se pueden admirar figuras como las de José de San Martín, Manuel Belgrano, TupajKatari, Simón Bolivar, Francisco de Miranda, José María Morelos, Salvador Allende, Juan Manuel de Rosas, Oscar Arnulfo Romero, Benito Juárez, Eva Perón, y el Che Guevara, entre un total de veinticuatro personajes y héroes de nuestra Patria Grande, sin lugar a dudas con claro perfil revolucionario en todos los casos. Esa obra constituye un objetivo gesto formal de unidad de los pueblos de la América Latina, y a poco que se analice el conjunto de homenajeados –aún con coincidencias y disidencias por su inclusión en algunos casos- se concluye en que esa muestra tiene un claro sentido de reivindicación de la lucha de los pueblos por su libertad.

Mucho tiempo antes y cuando también se conmemoraba un 25 de Mayo pero del año 1962, y no en Argentina sino en Cuba, el Che Guevara concurrió a un asado de la comunidad argentina en La Habana, y ante la presencia de muchos dirigentes que en esa época concurrían masivamente por el auge de los comienzos de la revolución, expuso en una conferencia lo que más tarde se conocería como la “Carta del Che a los Argentinos”. En esa oportunidad realizó una comparación de la gesta de Mayo de 1810 con lo que estaba ocurriendo en esos días en América Latina, afirmando que la corriente de liberación que impulsaran San Martín y Belgrano, otorgando no solamente la independencia de Argentina sino también ayudando notablemente a otros países, había sido una clara muestra del progreso de las ideas de libertad, que eran compartidas por los distintos pueblos que se adherían casi masivamente a esa empresa; y que en esos años era Cuba la que podía reeditar un movimiento similar, llevando la revolución a otros países, también en busca de la libertad amenazada y coartada, pero ahora no por monarquías colonialistassino por los monopolios imperialistas. Estaba claro entonces para el Che que la lucha por la libertad de esos años era empresa común similar a la que había motivado la de los tiempos de la independencia de los pueblos latinoamericanos de España, y que la unidad en esa lucha se lograría potenciando coincidencias y relativizando las diferencias. Literalmente expresó que daba lo mismo que fueran peronistas, socialistas o comunistas, si los unía la idea de luchar contra la economía de los monopolios imperiales.

Con sólo analizar el rumbo del actual marco económico que impera en Argentina, se advierte que el ideario del conjunto de exponentes de la galería de patriotas no coincide en lo más mínimo con las líneas de gobierno. La Primera Mandataria argentina viaja a Canadá en compañía de los gobernadores de provincias cordilleranas y se entrevista con el número uno de la empresa Barrick Gold, el geronte Peter Munk, y todos a coro le garantizan que pueden seguir invirtiendo en Argentina porque el marco legal no será alterado. Esesaqueo programado con regalías absurdas y hasta concesiones de soberanía sobre parte del territorio para que dinamiten glaciares sobre el lado Argentino y el Chileno, es llamado por el gobierno y los empresarios, para tratar de disimular la cruel realidad, seguridad jurídica. Por lo tanto el robo organizado de los recursos naturales no renovables seguirá su curso por las venas abiertas sobre la cordillera de Los Andes. Todo a cambio de migajas que ha previsto convenientemente la legislación minera de la década infame de La Rata (*). Todo en fin, una continuidad de la traición.

En forma paralela y desobedeciendo el mandato imperativo de una sentencia judicial dictada por el juez Jorge Ballesteros en la causa: «Olmos , Alejandro S/dcia»– Expte N° 7.723/98, se siguen abonando puntualmente y hasta por anticipado, intereses de deuda usuraria que debía ser primeramente investigada. El supuestamente honorable Congreso de la Nación Argentina, mira para otro lado y olvida convenientemente que es su atribución exclusiva el arreglo de la deuda exterior del País, y deja en manos del poder ejecutivo y de otros funcionarios menores las decisiones de qué, a quién y cuánto pagar, delegando la competencia que por mandato supremo debería ser indelegable. Es decir, elegimos diputados y senadores nacionales que deberían ocuparse principalmente de eso, aún sabiendo que directamente no se ocuparán. Conductas humanas que a algunos nos cuesta comprender.

Por su parte los bancos y entidades financieras siguen funcionando con el muy conveniente bando militar llamado Ley de Entidades Financieras (nº 21.526) de la dictadura Videlista, redactado por el procesado José Alfredo Martínez de Hoz, que les permite operar sin pagar un solo peso de impuesto a las ganancias. También sigue vigente la Ley de Inversiones Extranjeras, como canal aceitado de la fuga millonaria de divisas, y se otorgan concesiones petroleras en tierra y mar a veinte años para que empresas extranjeras monopólicas imperialistas hagan su Agosto. De igual manera se seguirá subsidiando en el presupuesto del año 2012 con 39.000 millones a quinientas empresas llamadas líderes, muchas de ellas monopolios extranjeros. Y podríamos seguir enumerando a granel casos como los mencionados, que revelan claramente una posición abiertamente pro imperalista y favorecedora de los grupos económicos a los que el Che convocaba a combatir en unidad, por encima de las diferencias menores. Esta es la gran diferencia que aleja a los que se proclaman progresistas, de la revolución necesaria y pendiente para defender lo nuestro.

De esta manera resulta claro que por más que se inauguren galerías de patriotas o héroes, y se les rinda en días como hoy infinitos homenajes, nada de ello tendrá valor si por encima de la formalidad del recuerdo emocionado, se deshace con gestos y actos de gobierno de genuflexión vergonzosa cualquier intención, cualquier esperanza, y cualquier empresa de liberación. Al modo de actuar con mentiras y a modo de pantalla de una reputación falsa, se le conoce como hipocresía.

La regla básica a instrumentar entonces debería ser menos homenajes una sola jornada al año, y más medidas de fondo todos los días, mirando hacia adentro, hacia nosotros. De lo contrario el ideario revolucionario quedará atrapado entre las piedras y el mármol de los monumentos, mientras la sangría imperialista seguirá en aumento, entre las evocaciones oportunistas de los gobernantes oficialistas y los silencios cómplices de la llamada oposición, siempre propensa a cuestionar las banalidades del poder pero nunca la estructura económica perversa de la que también forman parte, y a la que no quieren cambiar sino alternarse para servir.

(*) Carlos Menem

1 COMENTARIO

  1. De homenajes e hipocresías, una continuidad de la traición
    Estoy de acuerdo con lo que dice el autor de la nota. Podremos tener 20 años de soja buena y gobiernos pretendidamente progres, pero seguirán subsistiendo las estructuras injustas en nuestro país; la brecha entre los muy ricos y los muy pobres no se achicará. Los niños pobres de hoy serán los adultos pobres de mañana, porque siguen careciendo de oportunidades para salir del pozo. El ideario de los revolucionarios a los que se les rinde homenaje desde el Gobierno seguirá sin concretarse.

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