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lunes, noviembre 25, 2024

Declaración del Encuentro de Comunistas

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· El Encuentro tiene como objetivo fomentar la confluencia de los comunistas que reniegan de aquellos que se ofrecen como furgones de cola de la burguesía y el posibilismo, y reivindicar la ideología, la identidad comunista, sus tradiciones y sus símbolos. El movimiento comunista se encuentra dividido y disperso, en crisis después de la caída de la URSS, por lo cual hay que buscar los caminos que lleven a la unión y la organización para enfrentar a la clase dominante, guiados por una estrategia revolucionaria y tácticas acordes a ella.

· Desde el Encuentro reivindicamos al marxismo y al leninismo como la ideología de los comunistas (entendemos, con Lenin, que “sin teoría revolucionaria no hay organización revolucionaria”), al tiempo que nos nutrimos de otras corrientes de pensamiento como el indigenismo, el ambientalismo y el latinoamericanismo, aseverando que en el camino hacia la Revolución, debemos preservar nuestra independencia de clase respecto del estado burgués, los sindicatos patronales y los partidos que apuestan al sistema; generando una agenda propia y la más amplia participación social posible.

· Adherimos y defendemos a capa y espada al marxismo desde sus bases filosóficas, el materialismo y la dialéctica, el concepto de la lucha de clases como motor de la historia, y el leninismo como guía ideológica para la organización.

· Reafirmamos el concepto de que la contradicción fundamental de la sociedad actual es la que existe entre el Capital y el Trabajo, por lo cual le cabe a la clase trabajadora el papel central como vanguardia de la lucha revolucionaria que llevará a los demás sectores sociales explotados y marginados a su liberación.

· Sostenemos que a la clase trabajadora y al pueblo sometido hay que hablarles con la verdad, sin mentir sobre nuestras intenciones, señalando la fuente y la causa de todos sus males y angustias: el capitalismo. Que lo que deben cambiarse son las formas del discurso, para no aparecer como soberbios engreídos ante nuestros compañeros de clase, pero nunca el contenido. Nuestro objetivo no es una banca en el parlamento burgués, sino la Revolución, que nunca va a lograrse por medio de los votos sino por la concientización de las masas. El Socialismo como horizonte inequívoco de los revolucionarios no puede ponerse en discusión.

· Entendemos al Socialismo de la manera en que Marx, Engels y Lenin lo han explicado: una sociedad donde sea abolida la propiedad privada, donde los medios de producción y servicio se les confisque a la burguesía para ser socializados entre los trabajadores, quienes a través de la dictadura del proletariado (en contraposición con lo que hoy vivimos, la dictadura de la burguesía), ejercerá el gobierno del Estado Obrero hasta su extinción, para darle paso a la sociedad sin clases, el Comunismo.

· Somos antiimperialistas porque somos luchadores por el Socialismo. El imperialismo no sólo son las botas de los ejércitos de las metrópolis invadiendo territorios: ellos son el instrumento de la esencia imperialista. El imperialismo es fundamentalmente el económico, la expoliación y explotación ejercida por parte de las empresas multinacionales y por el sistema financiero globalizado. Por lo tanto, debemos declararnos claramente anticapitalistas, para ser incontrastablemente antiimperialistas. Mienten aquellos que se autoproclaman de esa manera al tiempo que piden financiamiento e inversiones extranjeras y le abren las puertas a los monopolios de las corporaciones multinacionales. En el mundo actual, no hay burguesías nacionales con proyectos propios en los países subdesarrollados: sólo hay burguesías locales, socias menores de la burguesía imperialista. Por lo tanto, la única forma de ser antiimperialista, es proclamarse anticapitalista.

· Denunciamos entonces los cantos de sirena del “progresismo”, que nos quiere hacer creer que el capitalismo puede humanizarse. Reafirmamos que el que no cambia todo, no cambia nada, sólo maquilla el sistema de explotación del hombre por el hombre. Y en ello el oportunismo político de «izquierda» es sólo un vulgar reformismo

· Somos internacionalistas, porque nuestra causa abarca a la totalidad de la especie humana, ningún límite geográfico puede encorsetarla. Luchamos por un mundo sin explotación ni miseria, nos sentimos hermanados con los explotados de la Tierra y por lo tanto nos solidarizamos con todos los pueblos del mundo que luchan por su liberación. Especialmente con nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños, con quienes es necesario plantearse una estrategia común. De acuerdo con ello, consideramos imprescindible apoyar el proceso revolucionario que el pueblo está desarrollando en Venezuela, amenazado hoy por las garras del imperialismo.

· En el orden local, el gobierno de Macri representa el triunfo de la derecha más rancia y proimperialista al estilo tradicional, como parte de una internacional parda títere del Departamento de Estado yanqui, que opera junto con Aznar y Uribe en Iberoamérica. Es un gobierno con la directa participación imperialista. La administración Cambiemos lleva a cabo un ajuste contra los trabajadores y el pueblo basándose en las herramientas que le dejó su antecesor, el kirchnerismo, y con la complicidad del mismo. Está claro que el nuevo gobierno es consecuencia de los 12 años de desconcientización de las masas que llevó a cabo la administración PJ-K. Por eso debemos salir al cruce de quienes proponen como alternativa al macrismo, un nuevo periodo kirchnerista.

· Bregamos no sólo por la unión de los comunistas, por la recomposición de las fuerzas marxistas, sino por la de todos los que quieren terminar con el sistema y la sociedad de explotación capitalistas y reemplazarlas por una socialista. La organización de los revolucionarios es una necesidad imperiosa para coherentizar la lucha contra los explotadores del mundo.

· Hemos aportado para dejar atrás los viejos vicios de la vieja izquierda, que la han separado de las masas trabajadoras, y lo seguiremos haciendo. Estamos convencidos que deben derribarse las barreras que dividen al movimiento revolucionario. Las corrientes surgidas al calor de las luchas revolucionarias del siglo 20, después de la caída de la URSS y el bloque soviético, no tienen sentido. Hay que empezar de nuevo, desde las bases ideológicas que nos legaron Marx, Engels y Lenin. La división es funcional a los intereses de los explotadores.

· Propiciamos la continuidad del Encuentro de Comunistas y su realización a lo largo y a lo ancho de todo el país. Es necesario seguir convocándonos, sumando a los camaradas dispersos u organizados en pequeños grupos y desilusionados por la traición de las burocracias que entregaron nuestros símbolos y banderas; utilizando el debate colectivo como nervio estimulante de enriquecimiento político-ideológico, con la perspectiva de la realización de un Encuentro Nacional y avanzar en la concreción de una herramienta revolucionaria que nos contenga a todos como sujetos y no como objetos de una cofradía burocrática.

– Adhesiones a encuentrodecomunistas@gmail.com

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