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domingo, noviembre 24, 2024

Democratización de la Justicia

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Nadie ignora que el Poder Judicial adolece de graves defectos, pero flaco favor le haríamos a esa justicia enferma si junto con la Democracia le inoculáramos el germen del clientelismo y la corrupción política; más que curarla solo estaríamos agravando su delicado estado. Primero debemos librar nuestra Democracia de esos flagelos que la corrompen y así curaremos también los males que afectan no solo al Poder Judicial sino a la sociedad toda.

En circunstancias institucionales normales posiblemente apoyaríamos la propuesta de elegir los miembros del Consejo de la Magistratura a través del voto popular; pero la situación actual dista mucho de ser normal.

Estamos presenciando un proceso de concentración del poder sin precedentes en un Estado de derecho.

La mayoría oficialista en la Legislatura ha transformado al Poder legislativo en un órgano disciplinado y totalmente prescindente.

Las presiones a Jueces y Fiscales son groseras y evidentes; ni siquiera se molestan en disimularlas. La mayoría oficialista en el Consejo de la Magistratura les alcanza para cerrar las causas abiertas en contra de Jueces afines y abrir procesos en contra de aquellos que incomodan al gobierno, sin dar mayores explicaciones, solo la obediencia debida.

El denominado “cuarto poder” también está siendo hegemonizado por las huestes oficialistas. Primero esgrimieron y utilizaron de manera espuria un deseo mayoritario de larga data para lograr la sanción de una nueva Ley de medios. Si bien esta norma significa una mejora respecto al régimen derogado, luego de la reforma, el gobierno se apoderó de su novel organismo de aplicación (AFSCA) y con esa maniobra – simple pero ilegítima – se comenzó a aplicar la ley de manera antojadiza y arbitraria con el evidente propósito de debilitar un monopolio, mientras se crean otros, socios del poder.

Nos permitimos sospechar de un engaño similar tras la propuesta de “democratizar el Poder Judicial”; adulando al pueblo y a su decisión soberana, se intentará someter definitivamente a la justicia.

Culminado este proceso, el círculo se habrá cerrado y el poder será absoluto. En ese momento el ciudadano se percatará que el yugo que lo aprisiona tal vez lo haya construido él mismo, y entonces, los piquetes y cacerolas ya no servirán de nada.

– Tito Tonda – Coalición Cívica Salta ARI

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