La Puna es uno de los sitios más despoblados de la tierra, pero también uno de los más enigmáticos y sorprendentes, y se deben tomar medidas urgentes para conservar sus recursos naturales, culturales y genéticos.
La palabra Puna en quechua, significa tierra alta o pampa elevada
En el Noroeste argentino, el sector ubicado al norte del paralelo 27º 00’, se conoce con el nombre de Puna, la que se encuentra enclavada entre los 3400 y 4500 metros sobre el nivel del mar.
El ambiente puneño ocupa 31.000 km2 en la provincia de Jujuy, mientras que tanto a Salta como a Catamarca le corresponden 29.000 km2. En la provincia de Salta, la Puna está integrada casi en su totalidad por el departamento de Los Andes y parte de los departamentos de Iruya y Santa Victoria.
La condición paisajística de la Puna, muestra una serie de cadenas montañosas y cerros aislados que encierran valles y bolsones, que por su amplitud imprimen al paisaje características de llanura.
Preservar los ecosistemas
Los humedales altoandinos forman ecosistemas altamente vulnerables y frágiles que se ven amenazado por el sobrepastoreo, las prospecciones y explotaciones mineras, el turismo no regulado y otras actividades antrópicas.
En algunos de estos humedales, el equipo de científicos formado por María Eugenia Farías, Dra. en Ciencias Biológicas, Investigadora Responsable del Proyecto, la Dra. Virginia Helena Albarracín, Investigadora del CONICET; los Becarios Doctorales: Lic. María Regina Flores, Lic. Omar Ordóñez, Julián Rafael, Lic. Marcos Javier Maldonado, Marta Gorriti y los Técnicos profesionales Nura Ovrusky y Lucrecia Vera, hallaron organismos vivos denominados estromatolitos, que habitan el planeta desde hace 3500 millones de años.
Los investigadores pertenecen al Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas de Lagunas Andinas – LIMLA- (http://www.limla.com.ar/), dependiente del CONICET-CCT-PROIMI, (http://www.tucuman-conicet.gov.ar/estrematolitos.html) siendo su objetivo principal el estudio de la microbiología en ecosistemas extremos en lagunas, humedales y salares en la Puna Argentina.
Los estromatolitos
Los estromatolitos son los indicadores de vida más importantes desde la Era Arcaica y Proterozoica. Son estructuras generadas por comunidades bacterianas en las que predominan cianobacterias, las cuales generan un gel que les protege de radiaciones ultravioletas y contaminación ambiental; cuando el sedimento que cae sobre la colonia se queda pegado al gel y les impide captar la luz, la comunidad se desplaza hacia un «piso» superior, por lo que los estromatolitos tienen una estructura en capas. Los primeros estromatolitos tienen una antigüedad de casi 3.500 millones de años y son los responsables de la oxigenación de la atmosfera terrestre y la creación de la capa de ozono a lo largo de miles de millones de años.
Los estromatolitos son organismos vivos que por su forma de vida son constructores de paisajes, en la actualidad sus restos fosilizados forman montañas, como por ejemplo en el valle de la luna en San Juan, podemos ver paredones formados por estromatolitos fósiles. Actualmente los estromatolitos modernos crecen en muy pocas partes del Planeta, sin embargo, en otras épocas geológicas fueron organismos de éxito evolutivo. Se los puede encontrar en Bahía Tiburón, Australia, 4 Ciénegas México, Bahamas, todos en zonas tropicales y a nivel del mar.
Representación / La Puna en la Era Arcaica
Estos organismos han mantenido hasta hoy su línea evolutiva. No se han extinguido desde su aparición y gracias a ello, pueden conocerse los cambios morfológicos, ecológicos e incluso fisiológicos que han tenido a través del tiempo.
Los estromatolitos constituyen los macrofósiles más antiguos conocidos. Dominan el registro fósil durante un tiempo correspondiente al 80% de la historia geológica del planeta. Fueron creados por microorganismos con características de planta y
animal. Estos microorganismos atrapaban granos de arena y los unían entre sí, o producían carbonato cálcico hasta producir roca caliza capa a capa.
Área del descubrimiento
Los estromatolitos vivos, fueron descubiertos en la zona de la Puna salteña, Argentina, más precisamente en la laguna de Socompa a 4000 m snm y en seis «ojos de mar» (lagunas pequeñas, profundas y muy saladas) cercanos a la población de Tolar Grande a 3600 m snm en el departamento Los Andes.
El hecho de haberlos encontrado a esta altura hace más interesante este hallazgo desde el punto de vista científico y tecnológico, ya que a diferencia de los y encontrados en zonas tropical estos se desarrollan bajo gran exposición de Radiación UV, baja tensión de oxígeno (O2) y baja disposición de nutriente, lo que hace a estos ecosistemas el lugar mas parecido a la tierra primitiva (sin O2 y sin capa de Ozono) modificaron que los mismos estromatolitos. Esta es una ventana donde se puede espiar hacia un pasado remoto para estudiar los ciclos evolutivos de nuestro planeta, pero también tienen una gran aplicación biotecnológica ya que los estromatolitos fueron a lo largo de la historia grandes fijadores de dióxido de carbono (CO2), el gas cuya acumulación en la atmosfera esta causando el calentamiento global, por que no pensar que podrían revertirlo?
Los humedales donde se produjo este importante hallazgo, que ayudará a entender mejor el desarrollo y evolución de la vida y de sus diversos ecosistemas durante los primeros miles de millones años de su existencia sobre la Tierra, se encuentran en riesgo de deteriorarse o sufrir modificaciones irreparables.
Que pone en riesgo a estos ecosistemas
Actualmente la economía del Departamento Los Andes donde la Dra. Farías descubrió los estromatolitos, se centra en la minería, principalmente en la extracción de minerales tanto metalíferos como no metalíferos.
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en una breve descripción de las ecorregiones de Argentina puntualiza sobre la Puna que:
Si bien la actividad humana es bastante puntual, el sobrepastoreo con ovinos y la extracción desmedida para leña de queñoa causan deterioros ambientales a nivel local, facilitando los procesos erosivos.
Entre las actividades económicas de mayor impacto ambiental y en pleno desarrollo en la unidad, se encuentra la minería. Su accionar negativo sobre la Puna se da por la transformación del paisaje debido a la gran remoción de terreno (minas a cielo abierto), y la posibilidad de contaminar los escasos y singulares cursos de agua con sustancias altamente tóxicas.
El Ing. Agr. Héctor P. Paoli, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA EEA Salta- en su informe sobre Recursos Hídricos de la Puna, Valles y Bolsones Áridos del Noroeste Argentino, asegura que, “El incremento reciente de la exploración y en algunos casos de la explotación minera, plantea una nueva alternativa de desarrollo que lleva implícito una nueva amenaza a los recursos naturales (agua, suelo, flora, fauna, etc.)”.
En abril de 2008, el diario El Tribuno mostró que varios pozos perforados en cercanías de la Laguna Socompa, Quebrada el Agua, el volcán Llullaillaco, la estación andina de Caipe (Arizaro) y el Salar de Río Grande están a un paso de ser conectados a un acueducto que llevaría el agua «exportada» desde el Oeste salteño hacia La Escondida, la mayor mina de cobre del mundo, que explota el grupo australiano BHP Billiton.
El plan es bombear «seis mil litros de agua por segundo» desde Salta en Argentina hacia las mineras de Chile.
Estas aseveraciones, unidas a las noticias periodísticas, nos advierten de la imperiosa necesidad de conservar a través de herramientas jurídicas, los diferentes ecosistemas y humedales de ésta importante eco-región que ocupa una gran porción de las provincias de Salta y Jujuy.
Crear áreas protegidas
La Unión Mundial para la Naturaleza -UICN – (http://www.iucn.org/) y su Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP) define como área protegida a “Un espacio geográficamente definido, reconocido, dedicado y gestionado, mediante medios legales u otros tipos de medio eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales asociados”.
La Laguna de Vilama (4650 m snm), en la Puna jujeña, es uno de los cuerpos lacustres donde la Bióloga Farías, hallara un tapete microbiano, es la única que tiene cierto rango de conservación, ya que fue denominada Reserva Provincial Altoandina de la Chinchilla y Declarada Sitio Ramsar el 20 de Setiembre de 2000.
Si bien la provincia de Salta cuenta con la ley 7107 promulgada el 31/10/2000, que establece la creación del Sistema Provincial de Áreas Protegidas (SIPAP), y prevé distintas categorías como ser Reservas Estrictas Intangibles, la Laguna Socompa, y los “ojos de mar” en Tolar Grande y otros humedales ubicados en la Puna salteña, no cuentan con ninguna protección.
Debido a un llamamiento realizado por el equipo de científicos que descubrieron los estromatolitos vivos, el Senador Nacional por la provincia de Salta, Dr. Juan Agustín Pérez Alsina presentó el día 23 de octubre del corriente año, un proyecto de su autoría que lleva el nº de expediente S-3000-09, “para la creación de un Área Natural Protegida en la Puna salteña, con el objeto de proteger la Laguna Socompa y los seis “Ojos de Mar” cercanos a la localidad de Tolar Grande”.
Nuestra ONG, la Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN- solicita a los Senadores y Diputados Nacionales de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable y la de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano respectivamente, convertir en Ley lo antes posible, el proyecto presentado por el Senador Pérez Alsina para proteger y conservar a perpetuidad el hallazgo científico de la Dra. Farías.
La solicitud se basa en la reflexión realizada por la investigadora, asegurando que “El haberlos encontrado en la puna (refiriéndose a los estromatolitos) tiene una gran relevancia científica, tecnológica y turística, pero urge, que este ambiente sea preservado de la depredación turística, científica, biotecnológica y sobre todo se requiere un absoluto cuidado del agua superficial y subterránea de esta región”.
Y explicó, “Esto puede producir un verdadero -saqueo- con diferentes finalidades: El saqueo turístico, es decir que turistas se lleven piezas con material genético, como recuerdo. El saqueo con fines científicos y tecnológicos se traduce no sólo en perder nuestro patrimonio, sino una oportunidad invalorable. En este momento cualquier persona puede llevarse un pedazo de tapete con todos sus genes, y nadie se daría cuenta, es hasta probable que después terminemos comprando productos patentados por compañías internacionales y nunca sabríamos que fueron sacados de nuestro patrimonio genético” Por otro lado los estudios de impacto ambiental que se hacen para prospección y explotación minera deberían tener en cuenta la microbiología de estos humeadle, ya que son las base que sustenta la vida en la puna (flamencos, patos, otras aves, camélidos, zorros etc.)” .
Conclusión
Se deben realizar un conjunto de acciones y estrategias tendientes a combinar las funciones de investigación, conservación, desarrollo económico y recreación, para entender así la conciliación entre el aprovechamiento de los recursos naturales y su protección.
Se debe asegurar que permanezcan los factores que garanticen la conservación de los recursos y los procesos naturales, evitando las amenazas a la integridad del hábitat y sus ecosistemas.
– Norberto Ovando es Profesor- Vicepresidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN – Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN. Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –
– Foto de portada: Humedales en la Puna salteña y jujeña / Mapa LIMLA -CONICET PROIMI.
– Foto 2: Representación / La Puna en la Era Arcaica.
– Foto 3: Estromatolitos en la Laguna Socompa – Salta / Foto María E. Farías.
Excelente
Excelente brillante el artículo. Fuerza –
Sergio Ibarra