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viernes, mayo 2, 2025

Despedimos a Juan Carlos Calabró, un titanic de la pantalla chica

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No hace falta hacerle introducción a un apellido tan lleno de significados para tantísimas personas.

Un apellido cargado de mensajes y de recuerdos para el imaginario de tantos televidentes. Un apellido que se presenta solo porque se valuó a través de los días de quien lo supo llevar con claridad, sin dobleces y constructivamente. Una construcción positiva cargada del bien.

Sobre Juan Carlos Calabró se puede decir que fue ese tipo de personas que hacen honor a su vida y que al paso por este mundo dejan una herencia incomparable. Llena de enseñanzas útiles y sanas para los niños, jóvenes, adultos, para la familia.

Coronó su vida con un altísimo testimonio en su rol como esposo y padre y asimismo en su carrera cómica, que con abundante profesionalismo, no dejó en ningún momento de alegrar sanamente a tantos argentinos y por varias generaciones. Testimonio de vida privada y de vida pública se unen en una coherencia preciosísima tan ausente por estos tiempos en aquellos que se mediatizan.

De esta parte de su legado justamente se hace necesario reflexionar, ya que hacer comedia para la familia resulta algo casi desconocido, al menos esa comedia que construye y alienta valores sanos y saludables, quizás no de una manera explícita, pero al menos y de seguro no alimentando tanta violencia, tanta sensualidad al pedo, tanto relativismo en valores como la solidaridad, la generosidad, la practicidad, la tenacidad y cosas por el estilo. La cultura ambiente actual fomenta la avaricia, la falta de atención, la cobardía y sobre todo el individualismo. De hecho cosas que para nada alientan o preparan a los niños o jóvenes para un proyecto de las dimensiones familiares: Proyecto mayor.

Muchos comediantes en nuestros días ridiculizan y causan vergüenza ajena cuando se habla de la identidad argento o de la misma tradición Argentina. Comediantes que banalizan al joven o lo llevan a un plano irreal, con la sola intención de prolongar una adolescencia que hace a la persona más inútil y cobarde, apta para consumir las estupideces que el sistema económico ofrece para mantener el mercado. Bártulos, cachivaches y chucherías que muchas veces son más nocivos que la misma droga en sus distintas versiones. La droga causa estupidez en abundancia, al igual que estúpida pone a las personas consumir cosas inútiles, por las cuales hace tanto esfuerzo.

JC Calabró hizo humor con respeto y si de esto intentamos hablar hoy no hay por dónde empezar. El humor en este bendito país se montó en el potro de la chabacanería, de la irrespetuosidad, de la guarangada; de la denigración principalmente de la mujer, del matrimonio, de las relaciones amorosas. Humor morboso y grotesco invaden las pantallas de lo que queda de los hogares argentinos.

Como se ve, despedimos uno de los últimos grandes titanes de la pantalla de una época sin duda de más valores de la argentinidad. ¡Salud por este grande y que Dios seguro lo tiene en su Gloria!

– Por Hugo Luis Daher

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