Análisis científicos-políticos y socio-económicos- de expertos penalistas, criminólogos, sociólogos, médicos, psicólogos, etc., coinciden y concluyen en que el prohibicionismo no ha logrado nada. La legalización de las drogas es la única vía para acabar con el narcotráfico y sus terribles consecuencias bajo el actual enfoque prohibicionista.
Llevamos 40 años de prohibición –desde los años 70 por imposición del país consumidor mas grande, ¡qué paradoja!, EE.UU.- sin lograr prohibir nada. Lo que se ha logrado es alimentar el tabú, crear una cantidad de leyes severísimas y de instituciones, que más que disuadir, fomentan el consumo de drogas. Todos los días los medios informan con grandes titulares los secuestros de cargamentos de drogas, hallazgos de laboratorios, arrestos, etc., pero a pesar de toda la “guerra contra las drogas”, sigue llegando al mercado de consumidores y el negocio sigue creciendo para los grandes traficantes.
Al ser un producto prohibido da lugar a la compra de conciencias y a la corrupción, desde la policía, la aduana, los servicios de inteligencia y por supuesto hasta de muchos políticos, funcionarios y jueces, a cambio de dinero y/o favores. He ahí una de las dificultades para que haya consenso para la legalización de las drogas: para unos se les acabaría el trabajo y para otros, los beneficios de los sobornos; o sea, se les acabaría el negocio.
Es conocido el ejemplo de la famosa “Ley Seca” en Norteamérica, en donde aumentaron las ventas clandestinas y el surgimiento de las mafias, como la de Al Capone y que al legalizar el alcohol se terminó con el negocio y no hubo aumento del consumo. Es que más que proclamar la “guerra”, hay que buscar el por qué de las adicciones, ya que las drogas no se venden al ser humano, sino, el ser humano se vende a las drogas.
Otro de los obstáculos a la legalización es el miedo de la población a que la droga pueda conseguirse más fácilmente y aumente el número de consumidores. Lo que no se tiene en cuenta, es que existen muchos factores para que la persona llegue al deseo, a la necesidad y finalmente a la dependencia. Ocurre con el alcohol, con el tabaco, con el que se estupidiza frente al televisor, a la computadora y hasta los que hacen de las comilonas un ritual (“adicciones sin droga”). Lo que se debe estudiar es el motivo, la razón, el por qué se consumen drogas.
A pesar de la prohibición, la droga está al alcance del que la desee, con el agravante que se vende adulterada o deteriorada (causando mayor daño que si fuera pura) y a un precio superior a su valor, llegando algunos a delinquir para pagar lo que les piden (robar, prostituirse, asesinar, etc.). En cambio -dicen los expertos- la regularización de la producción y el comercio no incrementarían el consumo, siempre y cuando la legalización se acompañe de campañas educativas inteligentes y honestas para disuadir su uso y el efectivo tratamiento médico especializado de los adictos.
Los miles de millones que se gastan en la represión del narcotráfico y “guerra contra las drogas” –con resultados negativos- podrían ser destinados a otros rubros más positivos con la legalización internacional, como por ejemplo: la asistencia médica especializada del adicto, campañas serias, inteligentes y honestas de prevención y no como las actuales, estúpidas, engañosas y desafortunadas. Hay una que dice: ”La droga es basura”, a lo que el chico que está en tratamiento se preguntará: “Si para la sociedad la droga es basura, ¿yo qué soy para la sociedad?”
El trafico internacional de drogas, el obsceno comercio, el lavado de dinero (estaciones de servicio, hoteles cinco estrellas, shoppings, etc.), el blanqueo de capitales espurios, la protección de los circuitos bancarios, la corrupción y soborno en todos los órdenes, dejarían de ser y preocupar a los Estados cuando ellos mismos tutelen a las drogas como una mercadería más en caso de legalización.
Según los científicos, el alcohol y el tabaco producen tanta o más adicción que las drogas prohibidas. Se ha conseguido reducir su consumo a base de campañas informativas sin los daños de la prohibición, que sí traería consigo también las bandas y las mafias del tráfico ilegal de alcohol y tabaco con la consiguiente violencia y corrupción, como ocurre con la represión de las actuales drogas prohibidas.
Cuarenta años de prohibición, de malas experiencias y consecuencias desastrozas, en lugar de reconocer el fracaso la mayoría de los gobiernos se han empeñado en gastar más recursos en la “guerra contra las drogas”, a lo que se agrega atentar contra las libertades de los ciudadanos por los abusos de las fuerzas de seguridad, allanamientos y detenciones equivocados y/o confiscación de propiedades, violencia urbana, etc., en un esfuerzo inútil por detener el comercio ilegal de drogas.
Después de esta apretada síntesis obtenida de la lectura de varios trabajos muy bien fundamentados sobre la necesidad de legalizar las drogas para eliminar y evitar las terribles consecuencias del actual prohibicionismo autodestructivo, recomiendo la lectura del libro La Legalización de las Drogas del penalista y criminólogo Dr. Elías Neuman (*), del cual transcribo algunos párrafos de sus Palabras Previas:
“Sólo pretendo reflexionar (y hacer reflexionar) sobre los efectos de una lucha y sus muertes evitables y que, por sobre cada muerte, lo único que parece interesar no es el ser humano en sí, sino hacia donde fluyen los denominados narcodólares…Este libro está decididamente en contra del borroso confín de los mitos, de los estereotipos levantados para tomar de las narices a la opinión pública sin dejarla pensar profundamente… en contra la equivocada política de los Estados Unidos cuando promueve la guerra a las drogas en los países de la oferta y olvida que debe luchar en su propio territorio, que es donde está la mayor demanda… Así como ocurrió con el alcohol, la respuesta está en la no prohibición. En dejar que los hombres tomen sus decisiones sin reprimirlos, pero sí alertándolos sin dramaticidad, sin locura, sin mover los tabúes que los trasformen en mercancía… En todo caso, supone el análisis científico y social de un problema con ojos bien abiertos de alguien que vive con preocupación en un país de la periferia del capitalismo mundial”.
– Pedro Antonio Álvarez: Médico Legista o Forense (Salta)
Columnista y colaborador de Salta 21
– (*) Mi maestro en Criminología.
Drogas, el negocio de prohibir y la necesidad de legalizar
me gustaría ver los respaldos estadísticos acerca de las afirmaciones que encuentro en este artículo, pues en cuanto a la percepción general estoy de acuerdo con lo planteado, pero necesito respaldo para exponer el tema. Es posible que publiquen algo similar a lo que estoy pidiendo?