El film excelentemente dirigido por David O´Russell narra formidablemente la historia de personas comunes con trastornos mentales: Pat Solitano (Bradley Cooper) y Tiffany Maxwell (Jennifer Lawrence).
A Russell le llegó hace años la novela de Matthew Quick de la mano de Sydney Pollack. Decidió adaptarla él mismo para cine (lo cual le llevó 5 años y más de 20 reescrituras) porque la temática lo toca profundamente, ya que su hijo padece trastorno de bipolaridad. La película evidencia un conocimiento real sobre la patología, las circunstancias familiares que rodean a quien la padece tienen un rasgo de verdad como ninguna otra y la necesidad de buscar una “estrategia” para superar el estado maníaco-depresivo habla de la seriedad con que se trató la problemática, un drama enmarcado en la comedia que nos posibilita transitar por lo tragicómico de la vida misma.
Las interpretaciones de los protagonistas Cooper y Lawrence (la ahora favorita del británico Robert Thomas Pattinson) y los papeles de reparto como el de Jacki Weaver (Dolores, la madre de Pat) y Robert De Niro (Patrizio «Pat Sr.», el padre de Pat) son sencillamente extraordinarios y no dejan lugar a dudas de la gran composición actoral que los llevó no a crear personajes, sino a tener vida propia. De Niro es un ludomaníaco (obsesivo compulsivo) con una alta dosis de ternura hacia su hijo aunque su afición por el equipo de los Philadelphia Eagles lo lleva a tomar a Pat, incluso, como una suerte de amuleto “vivo” que le sirve para ganar los partidos. La película está llena de paradojas que muestran cómo los “supuestos normales” se desenvuelven en el mundo sin estar empastillados aunque sus dosis de locura los coloquen al borde del límite “permitido” por la sociedad.
Esos límites que Pat sobrepasó y terminó en un centro de salud mental de Baltimore. Al salir (luego de 8 meses de internación) es invitado a cenar por su amigo Ronnie (John Ortiz), quien esconde demasiado bien sus problemas con la vida, casado con Verónica (Julia Stiles), hermana de Tiffany, alterada por un trastorno de hipersexualidad tras la trágica muerte de su esposo. Allí se descubren dos personas que andan por la vida sin hipocresías y sin límites para decir lo que realmente piensan en ricos diálogos muy bien sobrellevados. Tanto Pat como su sensible amiga Tiffany, son señalados por la comunidad: uno por haber estado en un “manicomio” por violento y la otra, por llegar a altas dosis de sexo desenfrenado que la ubican como la gran “prostituta” del barrio. Son estigmatizados y vistos como peligrosos, algo con lo que deberán aprender a lidiar para “insertarse” en la jungla urbana. Sin embargo, sus percepciones, sentimientos y valores sobre las cosas los vuelven seres maravillosos y explosivos, completamente “alocados”, raros y originales.
El actor Chris Tucker realiza un papel súper, es un interno del hospital psiquiátrico que vive escapándose y tiene una gran habilidad para el baile. En esas “fugas” ayuda a su mejor amigo «Pat Jr.» al tiempo que conoce a su compañera Tiffany con quien prepara una rutina para participar de un concurso de baile. “Anégralo”, le indica Danny a quien todavía no puede agarrar los pasos que le propone Maxwell, en lo que llega a convertirse en una meta central de los concursantes de la vida. Lawrence y Cooper no tenían experiencia previa de baile pero en menos de un mes, Mandy Moore, la coreógrafa de So You Think You Can Dance, les enseñó las secuencias de la coreo.
Y no menos importante es la intervención de Anupam Kher como el Dr. Patel, con quien el protagonista se “libera” para asumir que se descontroló. Aunque su obsesión por Nikki (Brea Bee), la esposa infiel, ciega cualquier intento de recuperación.
“Silver Lining Playbook” traducida como “El lado luminoso de la vida” en Argentina (El lado bueno de las cosas en España y Los juegos del destino en Hispanoamérica) recibió 8 nominaciones al Oscar 2013 incluyendo Mejor película, Mejor director (David O. Russell), Mejor actor (Bradley Cooper), Mejor actriz (Jennifer Lawrence), Mejor actor de reparto (Robert De Niro), Mejor actriz de reparto (Jacki Weaver), Mejor guión adaptado y Mejor edición. Esto significa que logró una candidatura en cada una de las ternas lo que no ocurría desde 1983 con Reds.
El film recorre instancias psíquicas profundas con un humor de situaciones. No apela a la victimización, muy por el contrario, a la mirada heroica sobre la vida de dos seres que intentan volver a empezar. De eso se trata: de una nueva oportunidad. Una cinta que echa luz sobre las enfermedades mentales para ganarle a la oscuridad y la desesperanza. Una película genial.