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domingo, noviembre 24, 2024

El golpe de estado que nadie “vio” lo dio la policía de Salta

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El lunes 9 de febrero quedará en la historia de Salta por dos razones: el alud natural y el corte de ruta en el peaje. Los policías pasaron frente a las narices del padre de Urtubey. Marcharon por las calles e hicieron paro. Se silenció y archivó.

Las mentes más lúcidas de Salta percibieron que lo de la policía no fue una rebelión usual, no eran un grupo de mocosos insolentes luciéndose sin el uniforme por las calles. Estos «atrevidos» pusieron en ridículo la autoridad gubernamental y se arrogaron el poder: cortaron el acceso a la provincia de Salta durante varias horas. El alud que se le venía al gobernador fue frenado por otro alud. De cualquier manera, algo iba a estallar.

La huelga policial implica un valor importante como conmoción social de la realidad que vive la provincia: bajos salarios y alto costo de vida.

Con una policía que no responde a Urtubey y que por segunda vez se le paró de cara al gobierno, podría jugar un paso decisivo en la lucha de los trabajadores por el salario.

Esta vez, tres alas de la sociedad que responden a la salud, la educación y la seguridad, demuestran la disconformidad de un sector poblacional importante dentro de la provincia.

Salta se halla dividida en dos planos: la opulencia y la carencia.

Si miramos profundamente la circulación de vehículos por el microcentro, de cada 5 vehículos, 3 son 4 x 4. En Salta están dentro del grupo de la opulencia: los sojeros, los desmontadores, los chorros y los narcos. Del otro lado hay pobreza. Dentro del grupo de los pobres se encuentran subgrupos: los excluidos y los incluidos, estos últimos pobres al fin porque ninguno – ni los unos ni los otros- está en condiciones de comprarse autos y casas con su sólo trabajo.

La crisis de autoridad del gobierno estalló en una huelga social llevada a cabo por la familia policial. Salieron a la calle las mujeres de los policías con sus hijos y más de 5 mil trabajadores. Lamentablemente los sectores de la sociedad, en disgusto con la policía, no vio más que la imagen de la represión en decadencia. Sin embargo, el análisis da para una visión mucho más amplia, crítica, histórica y representativa de lo que jamás ocurrió en la provincia.

Artesanales carteles escritos circularon por las calles y la música fue tomada incluso, de los docentes. Estaban aprendiendo a manifestarse y vivieron en carne propia lo que es pelear el salario en la calle.

Les faltó cortar cabezas de jefes y subir al Grand Bourg. Podríamos imaginar a un «rebelde» con botas sentarse en el lujoso despacho del Ministro Van Cauwlaert sin que se dé cuenta que cuesta 40 mil pesos la oficinita para luego pasar a hamacarse en alguna silla del joven Urtubey.

Pero el golpe de estado invisible fue fantasmal. Fue un golpe a la falta de decisión política de un gobierno que se vio tambalear por primera vez, en una huelga social llevada a cabo por la policía.

Romero supo bien cómo mantener conformes y contentos a los policías para que le respondieran, o acaso los sobres con los pagos en negro no fueron el premio a la represión docente y a los violentos desalojos a los más pobres, entre otros hechos graves.

Y ni hablar de los 4 kg y medio de cocaína que fue lo máximo incautado durante su gobierno.

2 COMENTARIOS

  1. Un aporte al debate (2º parte) MST
    Huelga Policial en Salta: un primer balance
    Esta huelga, tuvo características distintas a las anteriores. Ya que entre otras cosas, no fue conducida por la oficialidad y retirados.
    Ya a mediados del 2008, fue avanzando por abajo una nueva organización arraigada en las bases, eligiendo delegados por comisaría, que actúan con mandato y confluyendo en un delegado por regional, proceso del cual surgen los actuales dirigentes del conflicto.
    En el conflicto del 2008, el Gdor. Urtubey tuvo que intervenir personalmente, para, frente a una asamblea en el Centro Policial, y mediante la firma de un acta, comprometerse a otorgar nuevos aumentos en blanco y respetar su organización.
    Pero este principio de año, los policías se encontraron no sólo con la propuesta de un 12% en cuotas, sino que el gobierno rechazó recibir a sus dirigentes, negando en los hechos la existencia de los delegados y el acta firmada en el 2008.
    Estalla el conflicto
    La negativa del gobierno a dialogar esgrimiendo la crisis económica mundial y la falta de recursos para superar el 12% (tanto para éstos como para el conjunto de los estatales), la acusación a los huelguistas de desestabilizadores, planteando que el sindicato era poco menos que una locura, fue el motor que alimentó la lucha.
    La fuerza de las bases, quedó plasmada en que por primera vez, éstas ganaron las calles, con movilizaciones de mas de 4000 agentes (sobre un total de 7000), y en medidas que fueron creciendo en intensidad, hasta llegar a cortar por completo el acceso a la Capital, contando con la simpatía de franjas cada vez mayores de la población y trabajadores, que comprendieron más rápidamente que sus “dirigentes”, que en esta pelea se jugaba también un poco su suerte frente a la política de techo salarial de Urtubey.
    Las causas que impidieron el triunfo
    El conflicto golpeó fuerte al gobierno y desató una verdadera crisis a su interior, tal es así, que obligó a que el Ministro de Interior Randazzo, que se encontraba en Tartagal, tuviera que bajar en persona a negociar con los “rebeldes”.
    La política de aislamiento que aplicaron el conjunto de las direcciones políticas y sindicales, junto a la inexperiencia de la dirección, que no vio que la pelea no era solo con el gobierno provincial, sino también chocaba con el nacional y todo el régimen político, que tiene en la policía su guardia Pretoriana, siempre sumisa y obediente a la hora de reprimir las luchas, y que pese a ubicarse claramente como parte de los trabajadores y tener un método democrático, no avanzó en postularse hacia el conjunto de los trabajadores y el pueblo, juntando y uniendo la bronca hacia los tarifazos y el techo salarial, en un solo reclamo; se combinó fatalmente con el desastre de Tartagal, y fueron la base que impidieron torcerle el brazo al gobierno, y derrumbar el techo salarial.
    Sin embargo, el proceso democrático abierto en las bases, lejos está de haberse cerrado, y pese a no haber obtenido un aumento mayor, sí lograron una especie de “ley enganche” salarial con el resto de los estatales y que no haya traslados, ni despidos, lo que sin dudas preanuncia nuevos embates de un sector que aunque golpeado, no ha perdido ni su organización ni las banderas del aumento salarial y la necesidad de la sindicalización.
    Dirección Provincial MST- Salta

  2. Un aporte al debate (1º parte)
    Huelga Policial en Salta
    “Somos trabajadores con uniforme”

    Entrevista al Cabo Argañaraz- Dirigente y vocero del Conflicto Policial

    – Contanos un poco como surge este conflicto que ya lleva dos semanas
    Después del último acuartelamiento que el Gobernador Urtubey se hizo presente, firmamos un acta acuerdo en la que se comprometía no sólo a blanquear nuestro salario y dar nuevos incrementos de acuerdo al aumento de los precios, sino que también él, tanto como la plana mayor y el Ministro de Seguridad, aceptaron respetar nuestra organización.
    Lamentablemente el gobierno no solo no cumplió nada de lo pactado, sino que ahora quiere darnos un mísero aumento del 12% en cuotas y en negro que llevaría el sueldo de un oficial que recién ingresa a $1900 recién en mayo y nosotros queremos $2300 en blanco y ahora, no escalonado.

    ¿Cómo evalúan la respuesta del gobierno?
    A pesar de las amenazas y de las declaraciones del gobernador, el conflicto fue creciendo día a día. Sabemos que es difícil tener un acatamiento de la totalidad, lo que sí es cierto es que esta lucha lleva un acatamiento del 90%, que fue de menor a mayor.
    Las movilizaciones son una muestra de esto, empezamos haciéndolas con unos 500 compañeros y al otro día ya éramos 1500 y ahora somos 3000 o 4000 los que marchamos junto a nuestras familias.
    Estamos cansados de los malos tratos, nosotros nos sentimos trabajadores y queremos tener los mismos derechos. El gobernador cuando asumió decía que éramos la mejor policía del país y ahora somos lo peor??. De eso también estamos cansados.
    Cada una de sus amenazas no hace mas que darnos fuerza.
    Nosotros a pesar de todo siempre buscamos el diálogo, por eso marchamos a la legislatura y a la curia, entregamos las armas de los que como yo, fuimos sumariados, para despejar cualquier obstáculo y que el gobierno se abra a la negociación.

    El gobierno dice que hasta que no vuelvan no hay diálogo posible. ¿Y las sanciones?
    Son indiscutibles. Estamos cansados de promesas, no queremos firmar más actas que no se cumplen, a los políticos ya nos les creemos, ayer éramos lo mejor y hoy porque reclamamos algo justo, somos lo peor. No es así, tenemos derecho, somos trabajadores y queremos soluciones ahora.

    ¿Y si no hay soluciones?
    El conflicto va a seguir hasta las últimas consecuencias…

    ¿Cómo se organizan?
    Nosotros tenemos una organización simple , como todos los trabajadores. Tenemos delegados por comisaría, que se reúnen con los compañeros y acercan las distintas propuestas, entre todos los delegados se elige un representante por Unidad Regional. Tenemos 6 Regionales, somos 6 delegados los que representamos a los compañeros. También hacemos asambleas en el Sargento Suárez (Centro Policial), y ahí debatimos y votamos todos las medidas que hacemos.

    ¿Ves viable el sindicato hoy?
    Nosotros queremos primero que se modifique la Ley Orgánica Policial, que lleva más de 30 años y que también se reconozca nuestra organización, nuestros representantes, esto es lo mas importante para en un futuro poder tener nuestro propio sindicato.

    ¿Qué respuesta encontraron en la gente?
    Recibimos la solidaridad de sectores de trabajadores, como los de la salud, docentes, de la población y también de muchos policías de distintas provincias que nos llaman para darnos el apoyo, para darnos fuerza. Esto para nosotros es fundamental nos da fuerza y nos fortalece y nos refuerza las ganas de seguir hasta las últimas consecuencias.

    Hay una realidad que la policía está involucrada en la provincia en casos de violaciones de DDHH como los chicos muertos en la comisaría de Orán, la represión a los docentes o casos de corrupción…
    Mirá nosotros no estamos para reprimir al resto de los trabajadores, estamos para cuidarlos y estamos cansados de que nos usen. A la fuerza la integran mas 7 mil hombres, son humanos, y se pueden equivocar, ahora, eso sí, queremos que los que cometen faltas y violan la ley se los juzgue como corresponde. Son la minoría, por un grupo, no podemos pagar todos.
    Mirá nosotros somos trabajadores y vivimos empobrecidos, llenos de deudas y nadie nos valora, los jefes nos usan, mientras ellos viven bien, nosotros trabajamos en pésimas condiciones, con exceso de horas y adicionales, sin descanso, para poder llevar el pan a casa.
    Queres agregar algo mas?
    Si, yo lo que quiero decir es que les agradezco a ustedes su apoyo y esta oportunidad que me dan y aprovechar para decirle a los policías de todo el país que nos tenemos que unir, que nos tenemos que animar a reclamar, que también somos trabajadores, nada más que con uniforme.

    Alternativa Socialista Nº 492- MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores)

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