Hoy a las 22 hs. en Belgrano 1349, la cantante Myriam Cubelos, con la dirección de Cacho Palma, presenta el unipersonal “El otro camino… y un solo fuego”. La propuesta aborda el rol de las mujeres cuyo protagonismo fue negado por la historia.
Propuesta ética y estética
Se trata de un verdadero trabajo de investigación en torno de los distintos roles que la mujer jugó y cumple a lo largo de la historia, que concluye en un espectáculo netamente unipersonal, donde la actriz interprete y cantante nos propone un lenguaje interdiscursivo donde se van articulando sin diferenciaciones marcadas (evitando la obviedad y la redundancia) el canto, el cuerpo y el trabajo interpretativo.
La narración se despliega en un clima íntimo, marcado por lo sensible y ajustado a la rigurosa experiencia personal de los hacedores (Cubelos- Palma) que transitan escenarios de todo el país desde hace más 30 años.
Así son convocados, discutidos y revisados los distintos arquetipos femeninos y se va planteando la vigencia, la necesariedad de esas otras mujeres, las olvidadas, las humilladas, las postergadas por el discurso oficial del amo y del poder de turno.
“Hoy sabemos que las plenas protagonistas de la historia, han sido las eternas ignoradas, las olvidadas, cuando no directamente omitidas y que habiendo jugado como verdaderas bisagras se ha pretendido borrarlas, marginarlas de la marcha del mundo.
Cuando los mismos que cuentan la historia son los que vemos patéticamente fracasar, una y otra vez, mediante la prepotencia de la estupidez humana.
Y así nos fueron conduciendo a la peor tragedia, al horror de contemplar la tierra yerma, el campo de lo humano vaciado de contenido” (del texto original de la pieza).
Propuesta narrativa
En un espacio vacío, sostenido por telones desarticulados, donde cada tanto asomaran proyecciones con la vigencia del documento histórico.
Nuestra actriz surcará el espacio, con su cuerpo, con su voz y con su memoria (siempre actualizada, siendo a la vez singular y colectiva).
Desde ese espacio convocaremos a la luminosidad propia del alma femenina, para que surjan en un prolijo y minucioso entramado:
María Magdalena: “Así fue que la primer noche me dijo -lo que me enseñas no es prisión es libertad-
Mi amado metió su mano en la abertura de la puerta y mi corazón se estremeció” (del texto original de la pieza)
La Gaitana: “Ay Gaitana, tu entraña meridional. Es el puño y la caricia de la libertad” (canción original para la pieza de Mario Sosa)
Vicki Walsh: “No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, y quizás te envidio querida mía” (Rodolfo Walsh).
Manuela Sáenz: “…en medio de cartas, promesas de amantes; con la tristeza de ver tan inútiles nuestros arrojos de libertar al negro y al indio, cuando la traición se come trozo a trozo a la independencia en que creímos… Y cada tanto con un dulce sabor me regresa este secreto que me llevaré a la tumba…
Tú estarás sola, Manuela. Y yo estaré solo, en medio del mundo. No habrá más consuelo que la gloria de habernos vencido… (del texto original de la pieza).
Y la Rosa y la Esperanza, que vendrán de los barcos para hacernos el cuerpo y la historia: “Se que llevo junto al dolor, un camino marcado en los genes de su música- Castilla y Galicia, corren y se agitan en mi, con viento de molino y con furia de encuentro…La rosa asoma en el viento y la esperanza se entrelaza con un firme deseo de futuro” (del texto original de la pieza).