El filme inglés Elizabeth deslumbra por las actuaciones, la trama, la recreación histórica, el despliegue de pasiones en choque de imperios y religiones, así como la fotografía, la música y la dirección de cámaras. Se da hoy y mañana en el Cine Arte.
Que uno disfrute un filme al punto de quedarse a verlo en la función que sigue no es frecuente. Pero el arte es así: cuando está logrado produce un efecto que puede ser quizá la más saludable de las adicciones.
Elizabeth, la edad dorada, el filme británico que proyecta el Cine Arte tiene mucho para atrapar al cinéfilo, pero también al público que prefiere los filmes como mero entretenimiento más que como una manifestación artística.
Es que la trama se despliega a buen ritmo, a pesar de la densidad de la época y las situaciones que refleja: la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XVI acosada por una poderosa y fanática corona española que ha declarado una guerra santa al calor de la Inquisición y no tolera a una reina protestante en el trono inglés.
Sobre este marco histórico se desnudan los deseos y las pasiones, las imposiciones y los temores, las luchas y las seducciones de una reina virgen y protestante, de otra reina católica desplazada y encarcelada, de un pirata leal a la corona, de un rey español despótico y furibundo, y las intrigas de las cortes, los cleros y los espías de uno y otro bando.
La tragedia de una mujer que no puede consumar el amor, consumida por el poder y la devoción a su pueblo y su cargo, es el eje del filme. Una actuación estupenda le da al personaje la carnadura óptima. El deber de salvar a Inglaterra se sobrepone por encima de la frustración por la falta de amor carnal y conyugal que fructifique en hijos herederos.
Y porque resultaría anacrónico no dice Elizabeth que gobernar le resulta más difícil porque es mujer. En ella carácter, coraje, sensiblidad y belleza coexisten naturalmente. Y esto en una época donde el machismo y el fanatismo dogmático imperaban. Lejos de nuestra era democrática donde en la región más civilizada del mundo -Escandinavia- es normal que gobiernen las mujeres. Aunque claro, en zonas más turbuentas y retrógradas una Bachelet o una Kristina aún provoquen algún escozor, alguna incomodidad premoderna.
El filme, claro, es ficción, por más inspiración histórica que tenga. Dirán los historiadores si fue tan así como esta visión artística lo muestra. En lo ideológico uno se siente aliviado que la Inglaterra liberal y progresista haya tumbado a la España fanática y despótica. Con ayuda de la tormenta que hundió los barcos ibéricos, por supuesto. Y nos libraron de una infausta prolongación de la Edad Media. Pero también, claro, comenzarían allí las tropelías de un nuevo imperio surgente…
Elizabeth -la del filme- es una mujer guerrera que deberá primero vencer sus propias ansias. Una belleza virginal rondada por el deseo y por los príncipes de Europa que desean desposarla. Rendida a un amor imposible por un vasallo leal pero sublimado por una muralla infranqueable de convenciones a una suerte de platónico respeto y devoción. Hasta que esa frustración estalla en rencorosa diatriba que luego se aplacará en comprensión y resignación.
Porque en definitiva Elizabeth es una mujer atrapada por la misión de gobernar pero también liberada de las cadenas que anudan los vínculos amorosos. No tiene marido, por lo tanto no tiene amo. No tiene hijos y toda su dedicación es para su pueblo. «Dios, dame fuerzas para sobrellevar esta gran libertad», gime la bella y heroica soberana.
Un fresco fílmico de una época y de arquetípicos destinos humanos. Pasiones, religiones e imperios en pugna. La fotografía y la música, dos elementos -además del manejo de las cámaras- que son aportes valiosos para construir una obra cinematográfica memorable.
Tal vez un solo detalle se pueda marcar como un matiz apenas disonante: algunos personajes hablan un español dificultoso y artificial. Así la verosimilitud que pudiera lograrse incorporando en un filme inglés frases en castellano dichas por personajes españoles se ve un poco desteñida para el espectador hispano.
Además sería ideal, por los valores visuales del filme, apreciarlo en fílmico o en un decodificador de DVD de mayor calidad. Pero así y todo, vale la pena verlo. No una, claro, sino varias veces.
Este lunes y mañana martes, a las 21,30 se proyecta nuevamente en la sala de la Fundación Salta, General Güemes 434.
Ficha técnica, reseña arguental y críticas
Título original: Elizabeth, The Golden Age
Año: 2007
Duración: 114 min.
País: Inglaterra
Director: Shekhar Kapur
Guión: Michael Hirst, William Nicholson
Música: A.R. Rahman
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Cate Blanchett, Clive Owen, Geoffrey Rush, Tom Hollander, Abbie Cornish, Samantha Morton, Eddie Redmayne, Jordi Mollà, Adam Godley, Jazz Dhiman, Dave Legeno, Robert Cambrinus, Jeremy Barker
Productora: Studio Canal / Working Title Films
Web oficial:http://www.elizabeth-laedaddeoro.es/
Género: Drama de época
Sinopsis: Cuenta la historia de una época, la historia de la lucha de una mujer para controlar el amor, aplastar a sus enemigos y asegurarse su posición como icono del mundo occidental. La reina Isabel I (Cate Blanchett) debe enfrentarse a la traición en el seno de su familia y a sangrientas tentativas de apoderarse de su trono. Isabel es consciente del cambio religioso iniciado en el siglo XVI en Europa, y el poderoso rey español Felipe II (Jordi Mollà) está decidido a restaurar el catolicismo en Inglaterra con la ayuda de su ejército y su invicta armada.
Premio Oscar 2007 mejor vestuario. 2 nominaciones: actriz (Cate Blanchett), vestuario
Críticas:
«Empequeñecida por su esplendor. Tiene escenas donde los trajes son tan suntuosos, los escenarios tan amplios y la música tan insistente que perdemos perspectiva de los personajes que hay detrás del resplandor de la producción. (…) Puntuación: **1/2 (sobre 4).» (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)
«Una extravagancia ‘kitsch’ (…) Es intencionadamente poco seria e involuntariamente risible, un melodrama ‘pasado’ (…) con un discutible trasfondo contemporáneo.» (Manohla Dargis: The New York Times)
«Una tentadoramente atrevida última historia de la saga de la reina del siglo XVI. (…) espectacular de contemplar» (Ruthe Stein: San Francisco Chronicle)
«Cate Blanchett regresa al papel que la hizo una estrella, y aunque esta secuela de ‘Elizabeth’ (1998) es menos defendible históricamente, como florido drama de época es igual de entretenido.» (J.R. Jones: Chicago Reader)
«Kapur cabalga sobre la Historia a horcajadas, peliculeramente, y construye una puesta en escena espectacular, brillante, incluso en ocasiones algo recargada (…) Puntuación: *** (sobre 5).» (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
«Aquí el rigor parece surgir de la ingesta de algún alucinógeno (…) exaltada propuesta (…) música intensa y enfática que intenta suplir lo que las imágenes no consiguen por sí mismas (…) Puntuación: * (sobre 5).» (Alberto Bermejo: Diario El Mundo)