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domingo, noviembre 24, 2024

Estremecedora: «Alice du Monde» (La Femme du Miracle) por la Memoria

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La pieza teatral Alice du Monde es una visión critica y particular de una herida que sangra pero que algún día se puede curar a fuerza de una ardiente paciencia, para salvar la memoria. Con actuaciones de Ana Carolina Beltrán, Pablo Martín Aguierre y Pablo Gustavo Lenes. Dirección de Diego Parra y proyecciones de Juan Carlos Sarapura.

Las violaciones a los derechos humanos en la Argentina de los años 70’, han marcado nuestro pasado, modificando inevitablemente nuestro presente en todos los dominios: económico, político, social y cultural.

Hemos abordado esta empresa artística a partir de la historia de la hermana religiosa Alice Domon, desaparecida en manos de la última dictadura militar en la Argentina.

El terror ha sido la consecuencia nefasta y sin límites de la intolerancia ideológica, religiosa y de género, Alice es una víctima que en la pieza simboliza a todas las víctimas.

Alice du Monde pretende hacer conocer su obra y la de sus hermanas, que acompañaron desde sus orígenes a las Madres de Plaza de Mayo en la búsqueda de la verdad y en su infatigable búsqueda de sus hijos desaparecidos.

No se trata de un documental, sino de una puesta en escena, de un viaje en el tiempo, que sintetiza las pasiones, los sentimientos, los ideales de mujeres que a pesar de todo continúan creyendo en la condición humana.

Esta pieza cuenta con el uso de multimedia (proyecciones de audiovisuales) y además por momentos es hablada en francés, dándole voz al personaje principal en momentos claves de la obra; vale decir también, que la obra se presentó por primera vez en el 10º Congreso Nacional de francés en la última semana de septiembre de 2008, en la ciudad de Salta y fue realizada con el fin de ser presentada en el nombrado Congreso.

Dijo Salta 21

La puesta ensambla imágenes testimoniales de la época dictatorial en la Argentina, previamente un séquito de hermanas de una congregación, como imágenes del sacrificio, reposan en sombras para los espectadores. Aparece Alice (Beltrán), el torturador (Lenes) y la subersiva (Carballo). Pero juegan un intercambio de roles y hacia el final vemos al asesino: Alfredo Ignacio Astiz. Vivimos la tortura, el encuentro de Alice con su madre (Ferrante).

De súbito el torturador pregunta a gente del público “¿sos de izquierda?”. De súbito no, jamás, pero no pude sino sentir el hostigamiento y la persecución. De súbito, Alice, en un papel interpretativo impecable de Ana Carolina, era obligada a firmar una carta en la que se confesaba secuestrada por los montoneros. De súbito no, impregnada de rechazo por el asesino.

Carballo hiriendo, Lenes golpeando con los “papeles de la memoria” el cuerpo de Alice. Ahora comprendo la metáfora. Como la historia, uno la comprende después. En esos papeles envueltos estaba la fotografía de Antonio Lucente. Antonio golpeando las puertas de la vida, Antonio pidiendo ayuda, Antonio dejando cicatrices como bollos de papel arrojados a su cuerpo. El dolor hecho papel, la memoria hecha imagen, el teatro como posibilitador de la reconstrucción de fragmentos borrosos de la historia.

La obra es retrospectiva a la vez que hace un flash back de ida y vuelta temporal. Coser los hilos para armar la historia es terrible; la historia se muestra descarnada. Astiz había cambiado su identidad, engañó a las monjas que venían de Francia para arrojarlas al mar. Trabajaban con las Abuelas de plaza de mayo. Se sabe que militares franceses que intervinieron en la guerra independentista de Argelia asesoraron a represores argentinos en técnicas de tortura.

– Nota relacionada:

Alice Du Monde: vuelos de la muerte. ¿Dónde está Lucente?

http://www.salta21.com/Alice-Du-Monde-vuelos-de-la-muerte.html

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