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domingo, noviembre 24, 2024

Excedidos de Presidencialismo

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Estoy de acuerdo con un Tribunal Constitucional**. En Argentina. ¿Alguien no lo está?

En caso, claro, que tuviéramos un Sistema Parlamentario de Gobierno. Lo que no tenemos. Nuestro sistema es Presidencialista, en los hechos, verticalista. De modo tal que un Tribunal sería inaplicable, porque terminaría otorgando más poder a cualquier estructura de Unicato, o lisa y llanamente a quien desprecie la Justicia cuando no se vea favorecido.

Veamos las actitudes de Moreno, permisivas desde lo más alto. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que Moreno no es la causa, es la consecuencia que alguien permite, y utiliza. Tampoco tiene poder, aunque él lo crea, utiliza un poder ajeno que ni siquiera comprende y lo ejecuta torpemente, de allí que la violencia en cada actitud suya, se constituya en una sobrada razón para él mismo. Dicho esto, Moreno no debe preocuparnos, quien lo usa, sí. Los Líderes de cada Sector que no lo enfrentan, también deben preocuparnos. Ahí el daño de cada mal, porque pasan a ser Grupos contributivos.

Estamos lejos de un Parlamentarismo como en las Democracias europeas. Las que sin embargo no han podido ni han sabido solucionar cada crisis de las últimas décadas, desempleo, desvalorización monetaria y ética, caos, corrupción, violencia, pobreza. Aunque allí también y desde ya, existan países ejemplares.
La representatividad es la base de nuestro sistema. Pero falta quien la controle.

Nos enfrentamos a un cambio mundial que llega para vivir entre nosotros sin que se encuentren las salidas inmediatas hacia una reconciliación social ecuménica. Es decir, la universalidad humana atenta contra sí misma en tanto las decisiones de todos aun no logran modificar a unos pocos funcionarios inescrupulosos, dueños terminantes de una verdad sagrada. No hay un Sistema que nos permita confiabilidad presente, en tanto somos actores impotentes contra un Poder sobre el que no producimos las modificaciones que deseamos, o lo que necesitamos. Debido a esto, quienes ejecutan el poder unilateralmente, necesitan un clima violento de efecto cascada, lo crean o les resulta inherente. El resto se diferencia como Sociedad Civil No Decisional en cada coyuntura. La decisión de una Sociedad se ve reflejada en una generación como mínimo, lo que equivale aproximadamente a ocho mandatos gubernamentales, casi treinta años (Karl Mannheim, David Hume y Auguste Comte.)

Es en lo más parecido a la falsa institucionalidad, cuando ocurre lo inevitable. Sucede que en la práctica política, cada vez, y aunque los tengamos, contamos con menos Derechos. Vivimos el Des Derecho porque se ha logrado debilitar a dos Poderes, al Judicial, y al Legislativo. Al primero con medidas y desafíos groseros, al segundo, obligándolo políticamente a correr detrás de una agenda que como Legislativo, jamás creó. Pero con la que coopera involuntariamente.

En definitiva, no se trata de que un ciudadano no pueda hacer uso de su derecho, sino que ese derecho va a tardar en convalidar su aspiración, y antes puede llegar la extinción del derecho como tal. El tiempismo del poder, se constituye en la letanía civil.

Pese a esto el Poder Judicial avanza. Lento. Ineludible, aunque resulte extemporáneo. Y lo legislativo aguarda por las urnas. A lo peor de cada Poder, siempre le llega lo inevitable. Con Atribuciones Centrales que traspiran esta anti naturaleza, caemos así en el riesgo del desmérito ciudadano, aunque millones en esta sociedad nos resistamos. Y mientras haya resistencia institucional ciudadana, hay caminos abiertos. Hay Utopías, aunque no las mencionemos. La Utopía es un deseo permanente que nos mantiene vivos, lo que no hay que confundir con un logro efectivo. Pero es útil para no detenerse.

Ellos, el poder por ahora, son inmunes a nosotros o al menos así lo creen, pero nosotros no somos inmunes a ellos. Y es terrible tener que plantear esto como una batalla, cuando se trata de una Democracia. La fortaleza es una virtud que solo consagra el tiempo. Y como sociedad, contamos con esa virtud, ya que las sociedades, solo ellas, cuando se multiplican ven como los poderes mueren. Aunque sea tarde para miles de vidas.

Estamos excedidos de Presidencialismo, e inmaduros para un Sistema Parlamentario.

** De acuerdo al modelo Kelseniano (Kelsen), el Tribunal Constitucional procede como un Legislador Negativo, no tiene facultad de crear leyes, pero si una de las leyes promulgadas transgrede lo que la Constitución expresa, cuenta con el suficiente poder para proscribirla del orden jurídico, por inconstitucional. Hipótesis actuales que gozan de debate, argumentan que el rol de un Tribunal Constitucional pasa por una función jurisdiccional, con carácter constitucional, desde el control del poder legislativo, y Ejecutivo, pasando por la protección de los derechos ciudadanos hasta la distribución de competencias entre los poderes constituidos.

Yayo Hourmilougue

La 5Pata

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