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domingo, noviembre 24, 2024

Exitazo: Lizy Tagliani, mi vecina favorita, “Por Salta”

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La idea del título es parafrasear al suceso Marley-Tagliani en “Por el mundo” después de que la humorista rompiera con lo de Luis Edgardo Rojas, el nombre “real” que figura en su DNI y de que su foto en un estadio ruso se viralizara y su fama fuera semejante a la del equipo albiceleste toda vez que nos enterábamos de su entrenamiento. Para vos espectador, que estuviste anoche en el Teatro del Huerto, no será sorpresa contarte que estalló la sala con el elenco de “Mi vecina favorita” en la primera función y que arrasó con todo la segunda. Pero para quien no estuvo: imagináte el frío de anoche, invierno salteño tipo helado, una cola de gente que daba vueltas la Pueyrredón por Av. Belgrano y pasaba el Hotel Presidente. Un fenómeno, mirá.

Lo bueno de escribir “suelta” es que puedo escribir las líneas más alegres esta noche, escribir por ejemplo…la noche está helada y explotan de risa con Tagliani allá adentro… (Hoy estoy parafraseadora).

Necesitaba algo fresco como esto. De verdad. No se trata de mí. Se trata de todos. De lo que buscamos ver y de lo que esperamos ver. No tengo la risa fácil. Siempre pienso con qué facilidad se ríe la gente y pienso «qué habré hecho yo para merecer tanta… risa». Es decir, no soy del tipo butaca floja. La comedia fue caratulada por La Nación como “Obsoleta, previsible y misógina”, y calificada como “mala”. Un “espectacidio” de parte de La Nación. Silvina Ajmat , quien hizo la crítica, recomienda «evitarla” ya que en sus veladas palabras, no es humor sano: “Para aquel que busque un humor sano, aunque se autodefina como ‘la comedia para toda la familia’, la recomendación es evitar este espectáculo.”

Vamos a respetar su opinión. No la voy a contradecir. Creo sinceramente que es una comedia en extinción. Es humor incorrecto. Si vamos a hacer “correcto” el humor, nunca será humor, Silvina. Vos tenés razón: es todo eso porque es lo que la gente busca. ¿Vos creés que están ahí porque quieren resolver el enigma de sus vidas, escuchar a Platón en boca de algunos personajes y ver suicidarse a los amantes como en un Shakespeare? No. No. No. Tres veces no. Están allí (prefiero esta vez no decir “estamos”, soy periodista, crítica y curiosa, hago mi trabajo), porque quieren gozar el momento: es puro Carpe diem. ¿Vale el Carpe diem?

He visto a muchas personas tratando de hacer un tipo de humor en una comedia en la que en el centro se coloque a un genio y figura, el problema es que se quedan sin la figura. En “Mi vecina favorita” sobra figura. Lizy Tagliani lleva público a las salas, la gente la adora porque no es “careta”, se viste de mujer y no se rasga las vestiduras haciéndose pasar por el ícono femenino de la reconversión o de la reconstrucción o del travestismo. Es como es y no reniega de lo que es. A la gente le gusta que saque su parte masculina y su parte femenina, porque las tiene. No las oculta. Se ríe de ella misma. Y esa es la clave de su éxito. ¿Por qué la gente la ama? Ver la nota “Lizi Tagliani: de Adrogué a Salta, por qué la gente la ama” http://salta21.com/Lizy-Tagliani-de-Adrogue-a-Salta-por-que-la-gente-la-ama.html

Recientemente reemplazó a Verónica Lozano con su programa «Cortá por Lozano» e hizo «Cortá por Tagliani», que tuvo gran repercusión entre el público habitué.

Anoche, en el Teatro del Huerto, las mujeres le tomaban fotos a ella y no tanto a Christian Sancho, un seductor de cuarenta que pinta adolescente por su físico tallado y que fuera noticia en lo de Tinelli. El muchacho tiene una historia de vida muy particular y sufrida: llegar a los escenarios y mostrar su talento no le fue fácil. Hace del “bonito” (en este aspecto, Silvina, también está la “cosificación” del hombre y no solo de la mujer), pero como sabemos, es un personaje. Christian tiene sus profundidades y se involucró con una causa social en el “Bailando” (¿así se llama?) y consiguió varios millones para una escuela de El Impenetrable. Bravo! Christian. Sos el héroe de muchos niños.

En la comedia-show pasaron cosas extraordinarias. Una de ellas fue el duelo de palabras entre Diego Pérez y Carna. No era Sebastián Almada, de quien sabemos que estuvo internado por una bacteria alojada en el pulmón, sino Carna. El personaje de Carna es el de Portero del edificio mientras que Pérez, compuso el de Inspector de una Empresa de Seguridad: Manuel A. Pedraza. Se enfrentan dentro de un departamento en el que ocurre una historia disparatada y se producen enredos varios que terminan por desencadenar una historia desopilante. Pérez y Carna usan el calambur y producen un estado humorístico pleno en el público.

El departamento es de Federica, Ileana Calabró, tan refinada en su composición, pero Carla, Lizy, lo usa de centro de reunión para conseguirle un trabajo a Guada, Magui Bravi, y se arma una buena; a la par el Portero se hacía pasar por dueño del edificio para conquistar chicas, una de ellas, Macarena Rinaldi. Ocurren todo tipo de situaciones: infidelidades, persecuciones, cambio de identidades, asaltos…

La escenografía es de Daniel Feijoo, el vestuario bien tipo Lizy, de Pablo Battaglia, la producción general la hizo Ezequiel Corbo, Pablo Prada y Federico Hoppe y Carlos Olivieri es el director.

El público celebra cada palabra de Lizy, no se guarda la risa, explota en carcajadas y cuando todo se devela hacia el final (como lo habíamos sospechado desde el principio), se consagra Carla como la vecina favorita de la gente. Redondita.

Salís del teatro contento. Así como no pensaste en nada durante la puesta sino que te olvidaste de todo, así pasa después. Carpe diem, amigos!

– Fotos tomadas por Salta 21

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