El artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró falleció a la edad de 90 años, informó el diario El País de Montevideo. Había nacido en Montevideo el 1º de noviembre de 1923 y vivió en su juventud en Buenos Aires.
Según indicó una de sus hijas, el artista «se levantó a la mañana, había descansado muy bien y estaba conversando con su médico para decirle que tenía un dolor cuando falleció».
Su obra emblemática es «Casapueblo», en Punta Ballena, Punta del Este, donde montó su taller, su museo personal y en donde vivió hasta su muerte.
«Cuando inventé Casapueblo, era extraordinario: estaba solo. Una soledad maravillosa. Sólo tenía diálogo con algunos pescadores que se aventuraban a vivir en las rocas. Hoy en día no conozco ni a los vecinos. Impresionante lo que ha crecido. Antes, me dolía cuando alguien construía. Pensaba: `¿Cómo lo hacen sin pedirme permiso?`. Me sentía dueño como de 40 hectáreas. Ya no. Pero fui el culpable», aseguró alguna vez.
El artista también logró notoriedad por la emotiva búsqueda de su hijo Carlos, quien fue uno de los rugbiers uruguayos que tuvo un accidente de avión en la cordillera de los Andes en el año 1972, cuando el avión que los trasladaba a Chile se estrelló en plena montaña. El episodio conocido como «tragedia de los Andes», inspiró la película «Viven».
De joven viajó a Buenos Aires para trabajar en una fábrica de fósforos. A su regreso al Uruguay, en la década del 40, motivado por el tema del candombe y la comparsa afro-oriental y vinculándose estrechamente a la vida del conventillo “Mediomundo”, entra de lleno a manifestarse en el campo del arte.
Escenas camperas, pericones, caballadas y yerras colmaron sus telas, hasta que la vida del negro uruguayo pasó a acaparar casi toda su producción, al vincularse al carnaval y sus comparsas.
En 1955, se casó con Madelón Rodríguez Gómez y se divorció en 1961. Tuvo seis hijos Carlos Miguel, Mercedes, Agó, Sebastián, Florencio y Alejandro (los tres últimos de su actual esposa Annette Deussen).
Pintó centenares de obras, realizó múltiples exposiciones y dejó su sello en monumentales murales. Se ha volcado a la pintura, escultura, cerámica, cine y literatura de tal manera y con tanta pasión que dejó en cada arte huellas imborrables.
Durante su larga trayectoria artística, conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y Calder en sus talleres y vivió con el Dr. Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné.
Actualmente sus obras se exponen en el Museo-Taller de Casapueblo, entidad cultural fundada por él enclavada en los acantilados que miran al mar de Punta Ballena en Uruguay.
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