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viernes, mayo 9, 2025

Fin del Abril Cultural 2014

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Con un programa construido sobre la base de tres estrenos para nuestra ciudad. Lhez cuidó el detalle y la Sinfonía nº 1 resultó una atractiva presentación de una obra injustamente poco conocida en esta región del mundo. Otro Abril Cultural de la mano de Usandivaras.

Salta, miércoles 30 de abril de 2014. Teatro Provincial. Solista: Germán Clavijo (viola). Orquesta Sinfónica de Salta. Director Titular maestro Jorge W. Lhez. Concierto en si menor para viola y orquesta de cuerdas, flautas y fagotes de Henri Casadesus (1879-1947). Lachrymae op. 48 a para viola y cuerdas de Benjamín Britten. Sinfonía nº 1 en la bemol mayor op. 55 de Edward Elgar (1857-1934). Cierre del Abril Cultural Salteño.

Como ya viene siendo tradición, el interdisciplinario ciclo denominado Abril Cultural Salteño que por trigésima octava oportunidad diseñó Pro Cultura Salta, ha finalizado sus actividades con un concierto de la Orquesta Sinfónica local. En este caso, con un programa construido sobre la base de tres estrenos para nuestra ciudad contando con la participación del conocido Germán Clavijo, un notable ejecutante de viola, radicado en Europa, que va por el mundo con su arte y que el público local ya ha disfrutado escuchándolo. En la ocasión nada fue diferente. Clavijo, se lució en las obras en las que fue solista con un magnífico instrumento del siglo XVIII.

Hasta el siglo XVII la viola era un instrumento relegado a reforzar las armonías de la cuerda baja, pero a partir del siglo siguiente, la viola tuvo su propio espacio solista, en la música de cámara y en la sinfónica. Es posible encontrar innumerables pruebas de ello. Clavijo es un ejecutante superior. Aprovechando el notable poder expresivo de su instrumento encuentra la profundidad armónica de su sonido que le otorga un grado especial de emotividad. Eso hizo con el concierto escrito por el francés Henri Casadesus, al estilo de Haendel (tiene uno también al estilo de Bach) en donde los dos primeros movimientos son típicamente barrocos mientras que el tercero y último ya tiene un cierto romanticismo propio de su época.

Luego el solista acompañado sólo por la cuerda orquestal trae Lachrymae del inglés Britten que solicita un cierto grado de virtuosismo, pero de contenido no carente de snobismo en sus sutiles variaciones del breve tema principal, oscuro, angustiante, que supone responde a un estado de ánimo melancólico del autor.

Finalmente una obra de peso propio. La Sinfonía nº 1 del también inglés Elgar. Majestuosa, inquieta, por momentos de brutal impulso sonoro, sobre todo en el tipo marcha del “allegro” del segundo esquicio. Está escrita en la misma época en que los compositores rusos iniciaban un camino diferente con Stravinsky a la cabeza. Elgar hace gala de su subordinación a la realeza inglesa. Tiene cuatro movimientos aunque se ejecutan en tres porciones donde la pomposidad no está ausente. Su estructura no es sencilla de mantener en lo que al equilibrio sonoro respecta, pero el maestro Lhez cuidó el detalle y resultó una atractiva presentación de una obra injustamente poco conocida en esta región del mundo. Contrastante, vigorosa, vital en su desarrollo hasta llegar a un final de proporciones enormes, grandiosa, espectacular. Me encantaría saber qué pasa por el intelecto del maestro Lhez cuando se compara a sí mismo entre el que llegó a Salta en el año 2000 y este excelente director de hoy. Lo cierto es que se superaron infortunios pasados.

Otro Abril Cultural de la mano de quien encabeza el esfuerzo de varias personas, Agustín Usandivaras su presidente. Otra vez debe formarse en sus mentes la frase que cualquier persona responsable de hacer algo, espera escuchar: “misión cumplida”.

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