Se presentó el domingo 4 de noviembre a las 16:30 hs en la Fundación Salta durante la 18º Fiesta Provincial de Teatro organizada por el INT Salta.
Un mundo no tan bien
– Por Laura Guzmán
Ricardo Talento escribió “El soplador de estrellas”, una obra que deja mensajes reflexivos como el hecho de no dejarse llevar por la apariencia ni por la primera impresión que nos causan ciertas cosas o personas.
A lo largo de la historia, se va también mostrando cómo vivimos en un mundo donde a pesar de lo que hagamos por querer mejorarlo, va a seguir siendo igual o incluso peor si es que los demás no colaboran. Por eso, si deseamos que algo cambie para bien, deberíamos actuar en conjunto ya que tarde o temprano los deseos se cumplen.
En la obra hubo muy buenas actuaciones, especialmente de María Pía Carballo (Cibelina), como así también por parte de Ignacio Zambrana (maestro Bornolio), que lograron capturar la atención del público hasta el feliz desenlace haciendo uso del humor. La puesta en escena se caracterizó por el juego de luces que se mostró, además del vestuario y el maquillaje, que resaltan ciertos rasgos distintivos de sus personajes, y la música que acompañó aquellos momentos de la historia en los que se transmitían los sentimientos y emociones allí vividas. Aunque, debo confesar que a pesar de toda esta gran combinación de los elementos y recursos utilizados, no me pareció adecuada la puesta en escena ya que al ir dirigida, mayormente, hacia un público infantil, no transmitía esa ternura, cariño e inocencia que debería haber transmitido sino que, por el contrario, perturbaba o causaba cierta depresión.
Retomando lo que dije en un principio: “tarde o temprano los deseos se cumplen”, no dejemos que un estelaeróforo retráctil nos aleje de ellos y que mucho menos nos impida cumplirlos.
Dónde poner el acento
– Por Brenda Godoy
“El soplador de estrellas”, es una obra infantil. El autor presenta a dos personajes totalmente opuestos, los cuales se terminan enamorando por el deseo de uno de ellos. Cabe destacar la actuación de María Pía Carballo, quien tuvo en claro su papel y se destacó en él. El cambio de pelucas de distintos colores y formas, le puso gracia a la obra. Ignacio Zambrana (maestro Bornolio) tuvo una buena actuación. Esta obra posee muchas herramientas para ser un muy buen espectáculo, pero quizás se debería hacer algunos ajustes en la puesta que pueda brindar una mejor opción a los espectadores con alguna participación que estos podrían tener. En cuanto a la música y los efectos, fueron yendo acordes a la obra. Los espacios y los elementos en el escenario, estuvieron muy bien utilizados.
¿Alguien habrá apagado a Jorge Renoldi?
– Por Romina Chávez Díaz
La obra que presentó el G.I.T. no estuvo a la altura de sus producciones. Una obra dark para niños no da. Si se hace un infantil, hay ciertos códigos por cumplir: como el saludo de los personajes en el hall al final de la obra. Pero sobre todo, una propuesta teatral atractiva en la que la puesta cautive a los niños. La música parecía ganar a la dramaturgia, y uno tenía ganas de quedarse a escuchar un poco más de Charly, que dominó la escena. Había una actriz rompiéndose en el escenario, pero ella estaba sola pues los efectos la oscurecían mientras nos íbamos durmiendo poco a poco…
– Generación Crítica es un Proyecto del Instituto Nacional de Teatro para la formación de jóvenes críticos de escuelas secundarias públicas. Somos un equipo integrado por Emil Rodríguez, Adriana Pica, Brenda Godoy, Rocío Alfaro y Laura Guzmán, bajo mi coordinación.
– Foto de portada tomada por Salta 21 durante la puesta