El pasado martes 8 de agosto, la Academia Nacional de la Historia designó a Gregorio A. Caro Figueroa como Académico Correspondiente de esa institución. Lo hizo luego de considerar el dictamen de la junta de admisión que evalúa los antecedentes de los candidatos a ingresar a esa corporación, una de las de mayor antigüedad y prestigio de las academias de historia de América latina. Las votaciones de la Academia se realizan en sesiones privadas y el voto es secreto.
Con esta designación son dos los historiadores residentes en Salta los que integran esta Academia: la doctora Sara Emilia Mata, investigadora del CONICET y titular del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades (ICSOH) y Gregorio A. Caro Figueroa, presidente de la Academia Güemesiana, desde hace 30 años es Colaborador Principal de la revista “Todo es Historia” fundada en 1967 por el doctor Félix Luna y es codirector de la Biblioteca Privada «Armando Caro».
La Academia Nacional de la Historia se fundó en junio de 1893 con el nombre de Junta de Historia y Numismática Americana. Su primer presidente fue Bartolomé Mitre. Desde 1938 se denomina Academia Nacional de la Historia y su primer presidente fue el doctor Ricardo Levene, quien ejerció ese cargo durante siete períodos: desde 1938 hasta 1959.
Su actual presidente es el doctor Roberto Cortés Conde, especialista en historia económica, profesor en la Universidad de San Andrés, titular de la cátedra Robert F. Kennedy de estudios latinoamericanos de la Universidad de Harvard, Primer Premio Nacion al de Historia (1986-1989) y presidente de la Asociación Internacional de Historia Económica (1998-2002).
Historiadores salteños en la Academia
Algunos importantes historiadores salteños, formaron parte de esta Academia. En 1915 el doctor Bernardo Frías fue incorporado como miembro de la Junta de Historia y Numismática Americana, primer nombre de la institución que a desde enero de 1930 se denomina Academia Nacional de la Historia. En 1924 fue incorporado Carlos Ibarguren y en 1925 el doctor Joaquín Castellanos. En 1945 ingresó José Evaristo Uriburu y en 1947 Juan Carlos García Santillán y Miguel Solá.
En octubre de 1944 lo hizo como Académico Correspondiente el doctor Atilio Cornejo quien, en diciembre de 1957, es promovido a la condición de Académico de Número de esa institución. A ella pertenecieron también, monseñor Miguel Ángel Vergara, nacido en Catamarca, desarrolló su labor de investigador en Jujuy y en Salta. En años recientes, fueron Académicos Correspondientes el profesor Luis Oscar Colmenares y la doctora Luisa Miller Astrada.
Después de la reunión donde se aprobó la designación de Gregorio A. Caro Figueroa, se realizó la sesión pública donde se incorporó como Académica de Número la doctora Marcela Ternavasio, quien fue presentada por el doctor Natalio Botana y su discurso versó sobre el tema “¿Un bienio crucial? Una mirada sobre la independencia en el corredor luso-hispano-criollo”.
“Este reconocimiento trasciende lo personal”
“Este reconocimiento me compromete a redoblar el trabajo de investigación y de difusión, poniendo en ellos mayor empeño y más exigencia de rigor. Entiendo que esta incorporación trasciende los límites del reconocimiento personal. Creo que lo es también a aportes que, durante 125 años, hicieron historiadores de Salta que formaron parte de esta Academia, y a quienes fundaron y sostuvieron el Instituto de San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, el Instituto Güemesiano y nuestra Academia Güemesiana. De todos traté de nutrirme y de ellos soy deudor”, dijo Caro Figueroa.
Gregorio A. Caro Figueroa ingresa a la Academia Nacional de la Historia
Gregorio Caro Figueroa es hijo de un dirigente histórico del peronismo salteño: Armando «El Coto» Caro.
En su juventud Gregorio pertenecía al espacio político de Jorge Abelardo Ramos denominado Izquierda Nacional.
Leí hace muchos años uno de sus libros: «Historia de la gente decente en el Norte argentino», donde describe el papel de las oligarquías de las provincias del norte especialmente de Salta, el surgimiento de la Unión Cívica Radical y luego del Peronismo en nuestra provincia. Recuerdo que en ese libro hace también una breve mención de Tomás Ryan, que de joven fue un legislador radical combativo en los tiempos de Robustiano Patrón Costas y que luego de 1946 se hizo peronista y llegó a ser uno de los referentes del peronismo provincial. Eran los tiempos en que ser peronista traía mucho mas perjuicios que beneficios (no había guita para repartir, solo palos en la cabeza).