Por Jorge Altamira
El «desacato» dictado por Griesa contra Argentina cierra, por un lado, las puertas a un arreglo directo con los ‘buitres’ y abre, por el otro, las de un megacanje del conjunto de la deuda externa de Argentina, incluida la que no ha entrado al canje.
Esta es la partida que ha impulsado el gobierno con la ley de «pago soberano», lo cual significa en la práctica un ‘defolteo’ de toda la deuda, incluida la reestructurada.
Un nuevo canje de toda la deuda normalizaría las condiciones legales para su pago y eliminaría el fantasma que acosa a los K y a la banca local: los vencimientos de 2015.
El megacanje repetiría lo ocurrido con los pagos a Repsol y el Club de Paris; pagar la deuda actual juntamente con todos sus intereses vencidos con otra deuda con intereses ventajosos. La deuda en poder de los buitres ingresaría, en este canje, de la mano a los fondos amigos del gobierno dispuestos a comprarlas.
El megacanje equivaldría a una ‘aceleración’ parcial al revés: Argentina pagaría por adelantado toda la deuda más sus intereses vencidos, por medio de la emisión de nueva deuda, con vencimientos posteriores a 2016.
La deuda externa daría otro salto y CFK podría festejar con un ascenso en las encuestas.
El megacanje cierra con un gran ajuste contra los trabajadores.
– Fuente. PO