La oposición gana las elecciones en Venezuela y Maduro acepta la derrota. La oposición venció de forma estrepitosa al oficialismo chavista en las elecciones parlamentarias celebradas este domingo en Venezuela. Un triunfo histórico, obtenido con 99 diputados contra 46 del chavismo, cuando todavía faltan por adjudicar 22 de los 167.
La derrota del chavismo, ganador de 18 de las 19 contiendas electorales en tiempos de revolución, se ha producido pese a disponer de una gigantesca maquinaria, incluida la Operación Remate de las última horas del 6-D. En el ánimo de los votantes pudo más el castigo al gobierno por su pésima gestión económica.
Con estos datos es seguro que la Mesa de la Unidad Democrática dispondrá de la primera mayoría cualificada con 108 escaños (3/5 partes), pero no descarta tampoco acabar con 112, lo que le otorgaría la mayoría absoluta cualificada (2/3 partes). Ya sea una u otra, el vuelco es total en la Asamblea, controlada hoy con mano de hierro por Diosdado Cabello, el jefe del ala militar del chavismo, y sus 100 diputados.
En su alocución a la nación nada más conocerse los datos, Nicolás Maduro insistió en culpabilizar a la «burguesía parasitaria» y al «capitalismo salvaje» de la «brutal guerra económica» desatada contra el pueblo. «No ha triunfado la oposición, sino la contrarrevolución», acusó el «hijo de Chávez», que no dudo en calificar de «malas artes» las empleadas por la MUD.
Una narrativa que no ha sido comprada por los votantes venezolanos, hastiados de la crisis económica que golpea a su país: 217% de inflación (la primera del planeta), recesión de -9% del PIB y escasez y desabastecimiento por encima del 60%. La peor economía de los países petroleros, pese a contar con las mayores reservas de oro negro.
«El terror económico inhibió» a nuestros votantes, aseguró Maduro, quien volvió a compararse con Salvador Allende. «Supimos que nadábamos contra corriente y dimos la cara», añadió el presidente, quien estuvo escoltado por Cabello y su mujer, Cilia Flores, convertidos en nuevos diputados.
Maduro es sin duda el gran derrotado de unas elecciones parlamentarias que también se convirtieron en un plebiscito sobre su gestión.
De esta forma, la revolución deja de controlar todos los poderes del estado (ejecutivo, judicial, económico, militar, los medios de comunicación y, hasta ahora, el legislativo).
Mientras Maduro hablaba al país, los opositores entonaban el himno venezolano, «Gloria al bravo pueblo», en su comando de campaña. «Una nueva mayoría se expresó, Venezuela puso un alto en el camino de la destrucción. El pueblo habló claro», resumió Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD.
El secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Chuo Torrealba, mostraba su satisfacción por los resultados y dedicaba la victoria a los presos políticos, como Leopoldo López, a los que «devolveremos los derechos». «Esto es una victoria para los que han sido perseguidos, apresados. Les devolveremos sus derechos», aseguraba.
La mujer de López, la opositora Lilian Tintori, también recordaba a su marido y aseguraba tras hacerse oficial la vitoria de la alianza opositora que «cuando llegue a casa le voy a decir a mis hijos que ha ganado la libertad».
«El país quiere cambio», resumió el gobernador Henrique Capriles, quien insistió en que Maduro no había entendido la voluntad popular.
En 2010, el chavismo conquistó 98 escaños frente a 65 de la oposición, pese a que la diferencia entre ambos fue de sólo el 089% puntos, unos 103.000 votos. Gracias a la ley electoral, diseñada a la medida del chavismo, la victoria de hoy.
En las elecciones presidenciales de 2013, Maduro superó a Capriles en poco más de 200.000 votos. Unas elecciones denunciadas por sus irregularidades.
– El Mundo