Cerca de 300 personas se dieron cita en la segunda edición del Ciclo Diálogos – Entrevistas Culturales, para ver y escuchar a Juan Carlos Saravia, y disfrutaron un encuentro memorable cuando, inesperadamente, se sumaron a la charla Polo Román y Pancho Figueroa. Así fue como, gracias a una iniciativa de la Secretaría de Cultura, los tres Chalchaleros de más larga trayectoria en el grupo, luego de su emotiva despedida de los escenarios se volvieron a reunir públicamente en Salta, el pasado sábado 17, en horas de la mañana, en el Hall de la Casa de la Cultura.
La apertura de la charla estuvo a cargo del secretario de Cultura Mariano Ovejero, quien destacó que el propósito del Ciclo es “revalorizar el diálogo, por considerarlo una herramienta fundamental para seguir creciendo como sociedad.”
Juan Carlos Saravia llegó junto a Polo Román, dispuesto a revivir el camino recorrido junto a Los Chalchaleros. Patricia Patocco, a cargo de la entrevista, dio la bienvenida a los artistas y obsequió a cada uno, un ejemplar del libro Centrales de Artenautas, editado por la imprenta Crear.
Saravia habló del transcurso del tiempo: “No es cuestión de vejez, es que el tiempo pasa muy rápido. Fueron 54 años en un abrir y cerrar de ojos. Lo que pasa es que la vida es un torbellino Nunca nos consideramos artistas”- reflexionó Saravia- “porque lo importante es ser gente. Entonces buscamos ser buena gente. La aptitud artística es un don que nos da Tata Dios, entonces hay que saber que le pertenece a él”.
Los integrantes del célebre conjunto rememoraron su paso por Alemania, Suecia, España, Colombia, Perú. “En Alemania nos querían comprar los ponchos”, rememoró Román, “si hubiéramos sabido, llevábamos cuatro más cada uno.”
También recordaron a Atahualpa Yupanqui. “El coya nos decía: ustedes han conseguido una afinación casi perfecta, porque al no decir la última frase, el que la escucha, lo hace mentalmente, como si la afinación fuera perfecta”, cuenta Saravia. “Yupanqui siempre me decía, que el adentro mío, era del tono de la canción que iba a cantar.”
Fue en ese momento cuando Pancho Figueroa irrumpió súbitamente en el escenario, generando un encendido aplauso y gran arrebato en el público.
Figueroa contó sobre las sanciones que se imponían a los que llegaban tarde. “Si te demorabas más de diez minutos, te multaban. Una vez, nos teníamos que juntar en Cafayate para ensayar. Había que juntarse los lunes y los miércoles, para una presentación que era un jueves y yo me confundí de día. Caigo a la casa de Juan, me atiende la señora y me dice: Los muchachos cantaron anoche. ¡Zas! Y entonces me pusieron una buena multa. La norma era la siguiente: si faltabas, lo que nos correspondía cobrar por lo cantado más otra cantada se la repartían entre ellos y después se burlaban de uno, largo tiempo.”
“Cuando cantábamos mal, que a veces pasaba, Juan Carlos decía: paremos y empecemos de vuelta y así hacíamos”, contó Pancho. “Nosotros fuimos transmisores de los paisajes de nuestro pueblo, de su cultura, de sus tradiciones. Pero nunca nos dimos cuenta de que nos podían querer tanto. Creo que se lo devolvimos con la seriedad del conjunto y con el canto nuestro”, reflexionó.
“El éxito se forjó en la medida que empezamos a cantar, no al principio. Ahí éramos cuatro changos que no sabíamos ni tocar el timbre. A Estelita Terán se le había ocurrido hacer algo en el Hotel Salta y Saravia y yo empezamos a cantar. Luego se sumaron los otros y seguimos. Fue Cabeza quien le dio un vuelco musical al conjunto”, narró Saravia.
Una vez concluida la segunda reunión de Diálogos – Ciclo de Entrevistas Culturales, se realizó la presentación del libro Mi Salta Chalchalera, escrito por Raimundo Goyane y Alejandro Grand y editado por Mundo Gráfico. El mismo fue declarado de interés cultural y los autores donaron algunos ejemplares a las Bibliotecas Populares.
La tertulia se prolongó hasta avanzadas horas de la siesta, amenizada por unos ricos vinos salteños y sabrosas empanadas. Los asistentes querían disfrutar de la conversación cara a cara con Saravia y él, fiel a su costumbre, se quedó entregándose al cariño de su gente. “A veces me paran en la calle”, había contado durante la entrevista “y como yo ya no tengo apuro de hacer nada, siempre me quedo charlando”.
Inolvidable encuentro con Los Chalchaleros
que lindos son!!!!! gracias por haber sido siempre más «gente» que «artistas».
Y como dice Facundo Saravia: si hay grandes entre los grandes, Juan Carlos Saravia ya tiene su lugar!!!!!!!
El canto de los Chalcha siempre nos acompapañará, aunque no tengamos la dicha de verlos a los 4 en un escenario.
ABrazo chalchalero
MONICA