Este es el castigo a la sojización y el que así no lo quiera entender, que se embrome. En Tartagal pasó lo mismo, allí estuve viendo los efectos del desmonte y de la acción desertizante de los herbicidas que han puesto en peligro a la población.
También son víctimas de dicho flagelo los pueblos originarios allí residentes, y nadie le hizo caso porque queda lejos y son pobres. Pero ahora el problema está en casa y a quejarse a otro lado. El sistema de siembra directa de los transgénicos con herbicidas como el Round-Up, son nefastos para la supervivencia de las especies. Este país tiene 20 millones de has sembradas con transgénicos y ni los agricultores, ni la gente del INTA, ni nuestra presidente tienen cabeza y menos corazón. Ella se reunió recientemente en el Council de NY con la gente de Monsanto para recibir su bendición…
Sólo la solidaridad y el amor nos puede salvar de los efectos de tanto egoísmo amontonado por todas partes. Ya asquea tanta ignorancia junta. Sólo saben utilizar la represión para acallar todo reclamo popular. Pero jamás escuchan a nadie, cuando hace una advertencia sincera; siempre hablamos después de la crisis, como ocurre con los ferrocarriles, porque la prevención requiere de tener la conciencia bien despierta y de poner el egoísmo de vacaciones… La ganancia basada en la especulación tiene mecha corta, pronto explota en complicaciones que a veces se tornan incontrolables.
Deberíamos preguntarnos si nuestros abuelos trabajaron así la tierra para producir agrocombustibles… O si la trabajaron con amor y sabiduría, con métodos orgánicos para el cuidado y desarrollo de las futuras generaciones. ¡Qué poca memoria tenemos! La tecnificación del agro es el mayor generador de marginalidad que se haya conocido, haciendo migrar a la gente desde las zonas rurales hacia las grande urbes, y terminan cayendo en lo indeseable sin poder darse cuenta. Multiplicar la corrupción social es una arma peligrosa, incluso hasta para quien cree que la maneja desde los organismos del poder.
Lo mismo ocurre con la minería a cielo abierto, también avalada por esta mujer, que los lleva a derretir nuestros glaciares para ponerle cianuro y luego sonreír efusivamente con un lingote en la mano. Es obvio que tal actitud, sólo le puede producir alegría a gente inescrupulosa, que sólo cuantifica sus bienes sin respetar los ajenos y no sabe nada del valor cualitativo de la Vida. Dijo José Hernández: La prudencia no está reñida con el valor.
– Por Néstor Hugo Almagro
