Inmediatamente después del intenso terremoto y los subsecuentes tsunamis ocurridos el 11 de marzo de 2011 en la región nordeste del Japón, la sede central de la Soka Gakkai en Tokio estableció centros de emergencia regional en las más diversas localidades del archipiélago nipón para coordinar la recolección de información concerniente a los damnificados, el contacto de los afectados y el impulso de las labores de rescate.
Por otro lado, los miembros de la Soka Gakkai han iniciado una campaña de base popular para confirmar el bienestar de los integrantes de sus respectivas comunidades, ayudar a las personas que requieren de resguardo y cobijo, y buscar a quienes se encuentran en estos momentos en lugares relativamente accesibles.
Los centros culturales y comunitarios de la Soka Gakkai de las regiones afectadas, en especial los siete locales que se encuentran en las zonas más afectadas de la ciudad de Sendai en la prefectura de Miyagi, han abiertos sus puertas a la comunidad para brindar asilo y alimentos a los necesitados.
El Centro Cultural de Tohoku de la Soka Gakkai ha sido designado cuartel principal de emergencia desde donde se están coordinando todas las labores humanitarias que emprende la Soka Gakkai en la región de Tohoku. En la misma noche que ocurrió el seísmo, el 11 de marzo, unas seiscientas personas fueron resguardadas en dicho centro. Al día siguiente del terremoto, los voluntarios de la organización budista ofrecieron desayuno desde las 06.30 a.m. a las víctimas que permanecieron en dicho local, y posteriormente ofrecieron durante todo el día, una serie de meriendas y comidas a todos los que buscaron refugio ahí, incluidos snacks y donuts para los menores. El centro de Tohoku cuenta con una amplia playa de estacionamiento que ha sido puesta a disposición de los cuerpos de bomberos locales. Actualmente, dicho estacionamiento se ha convertido en la central de veinticinco camiones de rescate de los bomberos.
La sede central de la Soka Gakkai, y todos los miembros de la Soka Gakkai de la prefectura de Yamagata y de las regiones de Shinetsu y Kansai han enviado ya varios camiones de artículos de emergencia, agua, víveres, mantas, frazadas, artefactos de calefacción e inodoros portátiles.
Inmediatamente después del impacto telúrico, la División de Jóvenes de Yamagata, de la costa noroeste que ha sido menos dañada, recolectó medicamentos y víveres (plátanos, embutidos, té, suplementos nutricionales, etcétera) y logró transportar dichos artículos en furgonetas y camiones al Centro Cultural de Tohoku, haciendo su sano arribo allí a las 02.00 a.m. del 12 de marzo.
El señor Akihiko Morishima, coordinador regional de la Soka Gakkai de la prefectura de Miyagi, comentó: “Estamos verdaderamente agradecidos por el aliento y el apoyo que estamos recibiendo de todo el Japón y de todo el mundo. Ahora estamos trabajando duramente para salvar a los sobrevivientes. Con el orgullo de la consigna de los miembros lugareños –con la convicción de nuestro “espíritu indomable”—, no importa cuán difíciles sean las circunstancias, no nos rendiremos. Estamos poniendo todas nuestras fuerzas para transformar esta terrible situación”.
El 12 de marzo, el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, hizo público un mensaje dirigido a todos los afectados por el terremoto. El mensaje ha sido publicado en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai de la Japón. A continuación se recopila íntegramente el mensaje:
Expreso mi más sentida solidaridad y apoyo a las personas afectadas por el movimiento sísmico masivo que asoló la región nordeste del Japón. Mi esposa Kaneko y yo estamos enviando un daimoku poderoso para que todos ustedes, mis preciosos camaradas, puedan sentir, en este momento preciso, una clara y certera protección del Buda y de las deidades celestiales.
Nichiren Daishonin declara: “Myo significa ‘revivir’; es decir, volver a vida”. (END, pág. 156) Tal como afirman estas palabras, este es el preciso momento de revelar el inquebrantable poder de la fe y la práctica, de manera tal que podamos poner de manifiesto el ilimitado poder del Buda y de la Ley, mientras nos unimos en el esfuerzo y superamos juntos este momento de gran sufrimiento y prueba.
Les expreso, una vez más y desde lo más hondo de mi corazón, mi solidaridad a los afectados.
[Fuente informativa y fotográfica: Seikyo Shimbun. Un artículo relacionado fue publicado en dicho periódico el 13 de marzo de 2011.]