Los medios nacionales hacen correr el rumor de que podría irse de candidato nacional junto a Scioli. Ayer participó del 91° Aniversario de la Fundación de la localidad de Tartagal, y en su discurso aseveró firmemente: «Yo soy un hombre de palabra y el 10 de diciembre voy a asumir como Gobernador de todos los salteños».
Luis Beder Herrera, quien le brindó el aopoyo al mandatario salteño, lo definió como «representante del proyecto nacional».
Pero todos sabemos que la política no tiene ni una ni dos caras. Sino mil. ¿Es Scioli el candidto de Cristina? No se olviden que en la cancha prevalece el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner.
Si bien Scioli hizo todos los deberes para pararse al lado de Cristina, no cuenta con una total aprobación de sus pares. ¿Quiénes lo son, en realidad?
Lo cierto es que el periplo del gobernador a lo largo y ancho del país, en busca de la tan preciada unión (que se traduce en apoyos políticos, claro está), marca la profunda vocación que tiene Urtubey por estar en todas partes. Pero no deja muy en claro que si sólo le interesa posicionarse a nivel local, por qué anda cual Ulises de viaje en viaje, para cosechar imagen nacional. Es decir, parece estar jugando a dos puntas…
La épica del gobernador debe traducirse en caminar Salta, en recorrer las escuelas, en mejorar la calidad de vida de los salteños, en asistir a los pobres e indigentes. Por qué no trabajan en un informe serio de la pobreza que no es como dice su aliada política. Salta tiene necesidades básicas sin cubrir, tiene altos índices de pobreza, tiene desnutrición infantil. ¿Qué pasa con el aumento del combustible? ¿Y con las paritarias? ¿Es en Salta más importante los caballos que la gente? Aquí, la discusión pasa por si Urtubey es o no es candidato de Scioli, lo cual desvía los problemas centrales de la provincia. Mostrarse amigo o aliado no es más que lo que se llama oportunismo. ¿Qué lectura crítica hace el gobernador del proyecto de Cristina? ¿Qué le ha pedido el gobernador para esta Salta recordada en los auspicios y en la porpaganda política, y olvidada en la trata de personas, el narcotráfico y las muertes sin justicia? ¿Qué le ha pedido Urtubey a la presidenta para terminar con la brecha social, y cuál fue el apoyo financiero y los proyectos viables, que se han establecido?
Este jueguito del si se va o no se va, nos hace pensar, entre líneas, que podríamos perder un tesoro. Los reemplazos de los cargos públicos están siempre a mano como respuestos de talleres vip. No existen ni personalidades únicas ni insustituibles.
Hoy Scioli está bien posicionado en las encuestas y nada más. Su respondedera al kirchnerismo y a la Cámpora hacen mutis por el foro. De qué nos sirve alguien que tiembla para decir lo que tiene que decir, y ni siquiera supo defenderse cuando lo atacaron. Su blandura lo ubica más bien detrás de las polleras de Cristina y no como un hombre que necesita el país. ¿Es esta la figura que respalda Urtubey, montado en un caballo, cual jinete de Güemes? Lejos, muy lejos del bravío hombre de armas llevar…
Hay que gobernar para el adentro y no para el afuera. Que venga el riojano a refregarnos en la cara que nos gobierna un hombre importante de relevancia nacional… es un insulto a la racionalidad. Entre ellos, no hacen más que pasarse alabanzas y posar hermandados para las fotos.
La pregunta del millón, para cerrar mi reflexión dominguera es la siguiente: ¿quién iría a extrañar a Urtubey?
Juan Manuel Urtubey y el jueguito de que no asuma el 10 de diciembre
Totalmente de acuerdo con tus palabras Rominas.