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domingo, noviembre 24, 2024

La batalla cultural

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Por suerte esta década le permitió al pueblo argentino, tener la mejor opción Presidencial, en una mujer, exuberantemente, brillante en toda su extensión.

Mi amiga Elsa Martina, como el resto de las jubiladas del grupo de la Asociación, son anti K recalcitrantes, pero como la general de la ley, no disponen de argumentos evidentes que refrenden sus dichos, más bien descubren un oposicionismo cerrado y una reacción burda a una situación de género: no soportan (por su machismo tradicional) que una mujer con sobradas razones de inteligencia personal, pueda estar al frente del país y lleve competentemente su gestión administrativa del modelo federal. Esta convicción surge a partir de que se borra “irracionalmente” todos los programas nacionales de realización. Entiéndase: actualización jubilatoria semestral/Plan conectar/ Plan progresar/ Plan procrear/ Plan pro-creauto…etc. Sin entrar en la recuperación de los hábitos recreativos del pueblo obrero (vacaciones todo el año). Martina, que trata (inútilmente) de argumentar una posición decorosa, termina aceptando que en todas esas cosas, me avala la razón; con el resto de mis coetáneos pasivos es más difícil, porque su rechazo es a la persona Presidencial, en su condición de mujer.

Martina, reconoce que las bibliotecas populares (barriales/escuelas) están muy bien provistas de libros, pero que el personal docente (sobre todo en el tema de las computadoras) no está actualizado. Por supuesto, que en la necesidad de distanciarme de la “estupidez” reactiva, le reconozco manifiestamente su criterio, porque tiene razón y, no cabe dudas de que el nivel general de nuestros maestros, está en decadencia si lo comparamos con la excelencia de nuestros maestros originarios. Me ha tocado en la ruta, acercar a maestros rurales y debo decirlo, sin ambages, que muchos de ellos, son decadentes y el fenómeno va en aumento. Quizá se trate de retomar un reforzamiento en la selección de personal, porque (como en todas las cosas) para determinadas funciones, se necesita un mínimo de requisito y no tiene porqué molestar. No muy lejano, en mi colegio de trabajo, éramos todos profesionales y los puestos (en el futuro) se fueron cubriendo con técnicos egresados, de muy buenas intenciones pero con esa carencia universitaria del estudio superior.

Es indudable que el futuro político se va a tener que ir puliendo en un progresivo perfeccionamiento de recursos humanos, que estén a la altura de los tiempos y de las nuevas generaciones. La batalla cultural es un campo de batalla perpetuo del cual la militancia no debe bajar la guardia. En ese sentido, los medios hegemónicos son un ejemplo deplorable de la decadencia “intencionada”, con la sistemática banalización de la realidad y el eje puesto en la criminalización social. La realidad para estos medios se centraliza en una mancha de sangre, operada, direccionalmente, por equipos de discusión que jerarquizan estos fenómenos, como si todo pasara por la hegemonía de la violencia. Más aún, se opera con programas novelados que acentúan el delito y naturalizan la violencia. A éste fenómeno se le dio en llamar la “Tinelización” de los hechos sociales. En una Democracia todo tiene cabida, pero no se puede uniformar la cultura en esa unidirección.

LA E D U C A C I Ó N

La batalla cultural, ante todo, es del orden educativo. En ese plano, fundamentalmente, está esta batalla. Por suerte esta década le permitió al pueblo argentino, tener la mejor opción Presidencial, en una mujer, exuberantemente, brillante en toda su extensión y que absorbe como un esgrimista los embates y rencores enfrentados de una clase social (privilegiada) en sus logros y desagradecida (y contradictoria) en sus respuestas. El deterioro educativo (general) está a la vista, visible en el comportamiento externo de los jóvenes y sus intereses, en un proceso paulatino de desculturización, con notable semianalfabetismo, incluidos nosotros los adultos mayores, ante la imposibilidad de ajustarnos a los avances, irrefrenables, de la tecnología. Pero esa no es la cuestión principal, plano en el que también deben poner su eje los gobiernos, pero la potencia debe estar puesta en las nuevas generaciones, para que no se produzca como “conejos” mano de obra barata para los supermercados. Las aspiraciones deben ser un poco más ambiciosas.

El Psicoanalista Antonio Gutiérrez, propone:” Un nuevo proyecto, una nueva concepción de la escolaridad, una verdadera revolución educativa que implique reales cambios en la formación docente y en la transmisión del conocimiento, un plan intensivo mediante el arte, la literatura, la música, la historia, la creación de centros educativos culturales en todos los barrios de la ciudad (des) y de las provincias, son necesarios y urgentes para detener la destrucción civilizatoria y atenuar, aunque sea en parte, los estragos causados por las pésimas políticas en educación en las últimas décadas.” Me queda agregar, modestamente, la necesidad en esta misma dirección de la renovación de los cuadros dirigenciales, que consideran a la Política una carrera hereditaria, para su bien y el de su familia. Los mismos Apellidos se repiten por secula seculorum en un enroque interminable.

Nota de Redacción: el contenido divulgado en esta nota es responsabilidad de quien la escribe y representa exclusivamente la opinión del autor, de la cual se excluye la línea editorial de Salta 21. Este medio reivindica a los trabajadores de la educación quienes vienen siendo objeto de una mal encarada política nacional y provincial. Quien quiera sostener que la presidenta es brillante que lo haga, pero para nada permitiremos que se menoscabe la formación profesional de un maestro. Quien dirige y edita Salta 21 es maestra, pertenece a una familia donde las mujeres fueron educadoras y creemos que, en el ámbito de la educación, hay tanta brillantez como puede haber en cualquier ámbito. Ser maestro argentino es un orgullo, una elección y un destino. Reivindicamos a Evo Morales por su amor y reconocimiento a sus maestros y porque lejos de sentirse brillante, desde su humildad y carisma, se convierte en genial. Quien conduce y edita Salta 21 es una obrera que no tiene vacaciones todo el año, como no la tiene ningún obrero argentino. Celebramos que los hombres K reconozcan que hay una mujer a la que respetan, siguen, emulan, admiran y obedecen. Los felicitamos y rogamos que el fenómeno sea expansivo y reproductivo.

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