Del 4 al 28 de agosto – Centro Cultural Borges, Viamonte 525, Buenos Aires.
LA DANZA DEL VIENTO
A partir del próximo 4 de agosto el Centro Cultural Borges exhibirá la serie fotográfica La danza del viento, de Claudia Marcu. La exhibición consta de 10 imágenes en blanco y negro sobre lienzo que retratan el trabajo, el andar o la música sobre la que se mueve el viento en distintos escenarios: una cortina se escurre por fuera de una ventana; una ola rompe con fuerza contra las piedras y un pastizal se revuelve en la oscuridad de la noche.
En línea con su serie previa, La danza de lo efímero, el lente de Marcu rescata los momentos en los que nada y todo ocurren al mismo tiempo. La Danza del Viento se compone de una decena de instantes en los que lo cotidiano manifiesta toda su belleza.
ACERCA DE SU FORMACIÓN
Claudia Marcu es graduada en la Universidad de Buenos Aires como Diseñadora de Imagen y Sonido. Comenzó a exponer a los 17 años y en sus primeros pasos su trabajo pasó por salas del Centro Cultural Recoleta y del Centro Cultural Ricardo Rojas. En 2003 y 2007 obtuvo el “Premio Bienal AAGA a las Artes Visuales”. Participó del Festival de la luz en 2006 (con la instalación fotográfica “Sonría, lo estamos vigilando”), y en 2008, año en que además fue seleccionada para el “Premio Bienal Fotografía Arte x Arte”. En la actualidad se dedica a trabajos personales, a la fotografía de estudio y comercial, editorial, de bandas y espectáculos y a la docencia tanto de fotografía como video.
TALLER DE PADRE E HIJA
Desde los 13, Claudia Marcu experimentó con distintas expresiones artísticas. Llamaron su atención la cerámica, la pintura, la danza y el teatro hasta que a los 14 descubrió la fotografía. En ese momento pidió a su padre, Michel Marcu -ingeniero de profesión y fotógrafo por placer-, que le enseñe a mejorar sus capturas. La inquietud de la hija revivió el entusiasmo del padre por la fotografía, que terminó por dejar su trabajo de ingeniero para dedicarse de lleno a la vocación compartida con Claudia.
Desde hace ocho años trabajan juntos dictando talleres en su estudio en el microcentro porteño. En un ambiente cálido y descontracturado, los fotógrafos buscan la máxima participación de quienes se acercan al taller. Además de las clases grupales, se organizan cursos intensivos y jornadas de salidas para aprender fotografía en exteriores. “Enseñar es, para nosotros un acto de compromiso, significa asumir la responsabilidad de transmitir conocimientos y experiencias sin mezquindad y, fundamentalmente, respetar el valor del tiempo de quienes confían en sus maestros”, explica Claudia. Transmitir conocimientos y experiencias, entienden ambos, es mucho más que ofrecer información bajo el aspecto de tablas, recetas o tips. “Podríamos decir que es compartir el proceso mismo por el cual nosotros, como maestros, incorporamos aquellos conocimientos y experiencias”, concluye la fotógrafa.
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