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viernes, enero 10, 2025

La “dronización” de las noticias

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Un novedoso modo de mirar la realidad, que gana cada vez más espacio en los medios, abre un interesante debate sobre la herramienta.

¿Herramienta que llegó para quedarse o moda pasajera? Como fuere, el uso de pequeños aviones no tripulados –llamados drones– gana creciente espacio en los medios de comunicación, que encontraron en ellos una forma más de mostrar la realidad.

Hay que reconocer que nacieron con mala fama: fueron utilizados por fuerzas militares para atacar objetivos sin poner en riesgo a sus pilotos.

Hoy, bajo la forma de helicópteros a control remoto y con cámaras livianas montadas, los drones permiten al periodismo extender la mirada más allá de una foto estática.

Desde el lado bueno, una revisión rápida de sus ventajas permite añadir:

En caso de desastres, posibilitan el acceso a lugares inaccesibles para los humanos y son capaces de posibilitar salvatajes.

Para el marketing y la publicidad, logran tomas que, de otro modo, serían imposibles.
Para el periodismo, deseoso de encontrar siempre formas novedosas para el relato, incorpora una nueva manera de proyectar cualquier evento.

Ejemplos sobran.

Rosario. El 6 de agosto de 2013, una explosión de gas provocó el estallido y derrumbe de un edificio, con el saldo de 22 muertos y 66 heridos.

Un día después, un video subido a YouTube mostró la verdadera magnitud del desastre.

Pero también, en algunos lugares del mundo los drones fueron puestos en uso para el control de incendios e inundaciones.

Deliveries. En los últimos días, Coca-Cola apeló a un dron para sorprender con una campaña que muestra cómo se les hacen llegar gaseosas a trabajadores que operan en un rascacielos de Singapur.

Los drones serán utilizados próximamente por Amazon para entregar sus productos.

De su parte, la red social Facebook anunció que los utilizará para llevar Internet a lugares remotos.

Shows. Durante el Cosquín Rock, en marzo pasado, La Voz del Interior filmó videos desde el aire durante el festival.

Curiosamente, Charly García se enojó y amenazó con irse del escenario si el dron seguía en el aire.

El resultado fueron impresionantes imágenes panorámicas que mostraban el público, los escenarios y todo el predio desde el aire.

En Mendoza, en tanto, el diario Los Andes utilizó un dron para transmitir imágenes de la Fiesta de la Vendimia, con alto impacto

Es evidente la multiplicidad de funciones que pueden cumplir estos pequeños helicópteros no tripulados. Sólo queda librado a la imaginación de los periodistas encontrar nuevos ángulos para que los hechos noticiosos puedan ser vistos por la audiencia como nunca antes.

Sin embargo, su generalización abre un debate a varias puntas sobre el riesgo de su uso:

Vuelo seguro. Para ponerlos en el aire, sin riesgo para quienes se encuentran debajo, se requiere mucha pericia y conocimiento sobre principios de aeronavegación. Dicho de manera vulgar, no cualquiera puede volar un dron.

Además, no se debería volar bajo techo o en un ambiente que no puede ser controlado, aun cuando el aparato cuente con sistemas de posicionamiento global (GPS) que permiten un tránsito seguro.

Ni siquiera en Estados Unidos hay reglamentación al respecto. De hecho, el Centro Knight para el Periodismo en las Américas ofreció un completo reporte sobre la polémica después de que la Agencia Federal de Aviación estadounidense amenazara con multar con hasta 10 mil dólares a medios y periodistas que utilizaron drones para cubrir un reciente tornado en Arkansas.

El anuncio generó polémica entre las autoridades y los medios de comunicación, ya que esos aparatos a control remoto se han convertido en eficaz herramienta para captar imágenes de accidentes, desastres naturales y hasta para informar sobre las rutas más congestionadas, detalla el Centro Knight.

A tal punto llega la discusión que, a falta de regulaciones, muchos medios consideran que las multas irán en contra de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que consagra la libertad de prensa.

Además, podría ponerse en tela de juicio su uso indiscriminado en lugares sensibles, por razones de seguridad pública.

Privacidad en juego. Este es el otro punto central en la discusión: cómo evitar que el uso de las imágenes captadas por un dron afecte el derecho de la intimidad de las personas.

Este es un punto central, considera el periodista William Márquez en un artículo reproducido por el diario La Nación, de Buenos Aires.

La discusión sobre la invasión a la intimidad no es nueva: ya Google Maps Street fue advertido por autoridades europeas porque en sus imágenes aparecían frentes de casas, vehículos con sus chapas patentes y hasta personas identificables. Pero fue más grave aún: Google admitió que tomaron datos de servicios de wifi particulares.

Como fuere, la utilización de drones avanza todos los días. Los medios que se animan a la experimentación lo han puesto en su radar.

Por cierto, los drones sirven para tener una mirada más amplia de un hecho, pero nunca jamás podrán suplir lo que un par de pies sobre la tierra, un diálogo cara a cara y el corazón puesto en funcionamiento ofrecen a la audiencia.

– Por Julio Perotti
@jperotti
Especial para Adepa

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