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jueves, marzo 6, 2025

La Educación Prohibida ataca a la escuela pública

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El reciente estreno del documental “La educación prohibida” (que en Quimilí , aún no hemos logrado proyectar) decepciona, en sus conclusiones y aburre mientras te va llevando.

En 2 días la vieron más de 500.000 personas dentro de los cuales me encuentro, no hay casí críticas, pareciera que estamos preparados para abandonar un sistema educativo que resistió dictaduras genocidas, noches de bastones largos y de los lápices, reformas neoliberales y ataques privatistas.

La película se promociona como una defensa de las experiencias alternativas en educación, pero en realidad sólo se corresponde con un paradigma educativo: el espontaneismo pedagógico. Entonces nos sumerge en relatos, sumamente repetitivos, se centran en la misma concepción pedagógica, expresada en una decena de educadores de distintos países de habla hispana entrevistados.

Este paradigma tiene muchas limitaciones . Supone que todo nace del niño, que no debe haber institución o autoridad que corte su libertad, que sólo hace falta regar su creatividad ilimitada. Yo creo en la libertad, pero no en el rescate de lo “salvaje civilizado”.

Al redundar en este paradigma, la película pierde la oportunidad de resaltar muchas otras ideas pedagógicas alternativas.

Las expresiones de la educación popular, como la pedagogía practicada por las escuelas agroecológicas campesinas (que no comparto y me parece nefasta), la pedagogía anarquista, y otras experiencias de la pedagogía social o de la educación de gestión social, que son especialmente excluidas, porque atentan contra la lógica de la película de una pedagogía alternativa, espontanea y elitista.

Las expresiones pedagógicas que reclamo como necesarias para la discusión de una reforma educativa que entregue la escuela a su verdadero dueño “EL PUEBLO”; sólo aparecen nombradas, obviando experiencias que rescatan la identidad y la creatividad crítica desde un lugar no espontaneo, basado en la historia y la memoria.

Todo esto no sería motivo de crítica, muy por el contrario asume una posición que solo puedo criticar su no blanqueamiento en la promoción de la película.

El gran problema de “La educación prohibida” es su ataque a la escuela pública, desconociendo una historia y un enraizamiento en latinoamérica que la hace generadora de resistencias y nuevas experiencias, que nos han dado una intelligenzia de primer nivel, hoy muy golpeada por la acción de los últimos 40 años de dictaduras y neoliberalismos.

La caracterización de la escuela pública como autoritaria, industrial, disciplinaria y embrutecedora es un alegato que parece sacado directamente de la película “The Wall”, que era propia de la escuela de hace 50 años atrás. Es más puedo compartir, el autoritarismo y el disciplinamiento; lo industrial vino con las corrientes neoliberales que buscaban una mano de obra eficiente y que se adptara con facilidad a los ajustes y flexibilizaciones, el embrutecimiento es resultado de la tinellización y el facebookianismo de nuestra sociedad. Podemos sumar también la libertad de prostíbulo, que hemos permitido configurar para nuestras sociedades. La escuela fracasa porque hemos fracasado como sociedad, una sociedad vinculada al consumo y a la transgénetica es una sociedad sin futuro, el futuro es una ilusión de elites. Si no hay futuro para que educar? Y para que educarse?

“La educación prohibida” no sólo no reconoce las inmensas transformaciones que vivió la escuela pública en nuestros países, abriéndose, democratizándose y generando diversos espacios de aprendizaje a pesar de los embates de la educación privatizadora y patentadora a la que la película viene a abonar. Sus ataques decididos sobre la escuela y los docentes “tradicionales” no dejan de redundar en cierta consonancia con los ideales liberales anti-estado participativo, usando inclusive ideas libertarias, como la educación en el hogar como solución frente a la escuela pública.

Todas las soluciones parecen estar fuera del Estado, fuera de lo público, en lo individual, en los fragmentos. No existe la comunidad con memoria.

La película desconoce las intensas discusiones de sociología de la educación, que muestran el rol complejo y muchas veces contradictorio de la escuela pública.

Sí, por un lado, la escuela reproduce desigualdades. Y esto debe ser solucionado por el trabajo y el compromiso comunitario.

Pero también está claro que quienes asisten a la escuela tienen muchas más oportunidades de desarrollo que quienes no lo hacen. Por eso no existe organización social que no refuerce sus medios alternativos y las escuelas comunitarias.

La escuela es una institución que salva y dignifica vidas.

Favorece facultades cognitivas, estimula el pensamiento, la palabra frente a la violencia, la construcción de saberes compartidos que promueven la democracia, entre muchas otras cuestiones.

Con innumerables problemas, limitaciones y contradicciones, la escuela es un espacio a mejorar y proteger, no a eliminar. Se convierte en el último reducto de la práctica comunitaria y el compartir; en un mundo donde lo individual y el consumo se glorifican, donde las multinacionales nos dicen NO COMPARTAS!

Invitar a la desescolarización, es peligroso.

“Cuando millares de educadores están preocupados por evitar la deserción escolar, especialmente en el nivel secundario, ‘La educación prohibida’ poco menos que la alienta”.

Yo vengo de Rosario; una ciudad donde se practica desde hace años la experiencia fundada por las hermanas Cossetini y a tenido sus altos y bajos. Mi hijo mayor fue a una Escuela de la Familia Agraria y es también una muy buena experiencia, ambas incluyen y siguen prácticas ligadas a una historia educativa ligada a la historia de nuestros pueblos como comunidad.

Es clave contar con políticas transformadoras de la carrera docente, nuestro trabajo como colectivo es hackear la práctica docente y tomarla, recuperarla para la práctica comunitaria; para lograr mayores espacios de experimentación bien conducidos y con una fuerte influencia de la comunidad a través de la asamblea de los actores educativos PADRES/ DOCENTES/ AUTORIDADES, produciendo contenidos responsables y sustentables. Las escuelas “libres” no surgen de la nada, las reclamamos desde hace décadas pero salvo que se piense en ellas como salidas para unos pocos, la propuesta de “La Educación Prohibida” es un debate necesario, para llegar al verdadero horizonte una educación comunitaria defendida en esos antros defenestrados por la película.

Esta exaltación del aislacionismo, que es otra versión del “sálvese quien pueda”, propuesto por los monopolios desde Microsoft a su socio Monsanto, reduce al Estado a un gobierno ineficiente y, al hacerlo, desconoce cómo se construyen y defienden los derechos sociales, cuyo garante central es el Estado, un Estado entendido como pueblo reunido frente al cabildo, un pueblo arrasando su propia tierra para no dejar nada al invasor, un pueblo desaparecido, un pueblo militante, un pueblo comunitario.

Cree en los movimientos convergentes, en la educación alternativa que toma la mano de la escuela pública y camina en conjunto. Que busca transformar sin olvidadar.

Hagamos de la educación un hackeo permanente. Que cada escuela sea una hackuela, una generadora de Educación libre, crítica y comunitaria; donde la Educacion Prohibida sea sólo un mal título…

– Partido Pirata


Vea la película completa:

5 COMENTARIOS

  1. La Educación Prohibida ataca a la escuela pública
    «Salvaje civilizado»? Dios mío! Durante la película no vi en ningún momento la intención de eliminar la escuela, esa es una construcción propia del autor del artículo. Es una lástima que en Salta no haya habido, aún, una proyección seguida de debate donde volcar e intercambiar ideas, opiniones y percepciones para hacer conclusiones más ricas y menos prejuiciosas. Saludos.

    • La Educación Prohibida ataca a la escuela pública
      absolutamente de acuerdo con vos Eugenia…la escuela tanto pública como privada se qedaron atrás en muchos conceptos contenidos y argumentos….no tienen la capacidad de generar ni siqiera entusiasmo y ganas de estudiar por el contrario son EXPULSORAS del mismo sistema educativo….aburren y son hasta siniestras en sus metodologías y sus objetivos d ser y enseñar….mis hijos odian la rutina d la escuela se aburren y no acuerdan con ningun precepto ni idea fundante d la misma (pública y privada)…hay q dar un serio debate y actuar en consecuencia….por ellos ..

  2. La Educación Prohibida ataca a la escuela pública
    Vi la pelicula (en dos tramos ya que me quede dormido) y coincido bastante con este escrito. La sensacion que me queda de guetto elitista que promueve es espantosa.
    Santiago Alvarez

  3. La Educación Prohibida ataca a la escuela pública
    Crítica a «La educación prohibida». Unas palabras de Néstor Rebecchi, integrante del equipo IIPMV – CTERA:

    La Educación Prohibida y los niños ricos que tienen tristeza

    Al terminar de ver el film «La Educación Prohibida» me surgió un interrogante que yo mismo debía responder: ¿por qué una película con la que comparto varios de los enunciados que en ella se manifiestan, me produjo un particular rechazo?

    Aceptar los enunciados no implica la aceptación del enunciante, me dije. Y si los enunciados son del tipo “estamos a favor de una escuela democrática”, “se debe terminar con el autoritarismo”, “los alumnos merecen respeto”, “es necesario generar espacios para la creatividad”, “la docencia es un acto de amor” (*), difícilmente puedan ser rechazados. Y en otro orden, que se sostenga la necesidad de generar espacios para el trabajo colectivo, que se cuestione la gradualidad, que se busque atender los tiempos de aprendizaje de cada alumno, que se instale el eje caducidad-significatividad de los conocimientos, que se tome posición en contra de la fragmentación de los mismos, me parece de importancia y para tener en cuenta en el debate que nos debemos dar para el mejoramiento de las escuelas públicas.

    Llegué a la conclusión entonces, que lo que molestó de la película es “lo que hay por debajo”.

    Mi primera observación, seguramente condicionada con mi práctica docente en contextos vulnerados por más de veinte años, es que en el film no aparecen los pobres. Parafraseando a Menem, quien en un viejo spot publicitario sostuvo que gobernaría “para los niños ricos que tienen tristeza”, sostengo que este es un film centrado “en los chicos clase media que son infelices”. Uno que viene trabajando con jóvenes con adicciones, judicializados, como así mismo con alumnas madres, alumnos que además trabajan, se propone, entre otros objetivos, que los mismos SE HAGAN VISIBLES. Esta invisibilidad de “los nadies”, como diría Eduardo Galeano, nos impide en el film, poder escuchar su palabra y ampliar el debate democrático a cerca de la importancia de la escuela en sí. Y recordé un escrito de Rodolfo Kusch, donde establece una diferencia entre el saber lúcido y el saber tenebroso. Si dos más dos son cuatro para el saber lúcido, sostiene Kusch, no lo es para el saber tenebroso, vinculado con la totalidad de la vida; pues no es lo mismo cuatro chocolatines para niño hambriento, que para un niño satisfecho. Y con la valoración de la institución escuela, sucede algo parecido.

    En segundo lugar observé especialistas (que en el film abundan) y docentes demasiados cómodos, en lugares bellos o embellecidos por el director. Uno que supo embarrarse para buscar alumnos que faltaban a la escuela, o mojarse para acompañar a padres que perdieron fatalmente a sus hijos, o simplemente remontar el peso de la diaria, puede sostener que la docencia no es cómoda, entendida dentro de los parámetros pequeñoburgueses. Lo que no implica ni resignación, ni claudicación, en la disputa por las mejoras de las condiciones laborales.

    También observé el retorno a la concepción, que en algún momento se la consideró perimida, de LA FAMILIA TIPO. Creo que habrá coincidencia plena, en que si un niño o joven cuenta con una familia que lo cuide, lo acompañe, lo ame, está en mejores condiciones que aquel que no la tiene. Pero los niños y jóvenes que no tienen familia tienen el mismo derecho social a la educación. Y un niño o joven puede no tener familia, pero siempre tiene una comunidad. Se es pobre, huérfano, chico de la calle, en una comunidad. Y es esa comunidad conjuntamente con el Estado la que debe encargarse de ellos. En tal sentido, la escuela como institución comunitaria, no puede desentenderse.

    Así mismo, en el film se relaciona la felicidad con la satisfacción de los deseos individuales. Lo que implica toda una concepción del otro. Sin entrar en disquisiciones filosóficas, no sólo considero que podemos ser felices con los otros, sino, que no podríamos ser felices sin los otros. Por lo que se hace necesario educar para el compromiso social. De lo contrario, estamos cimentando la construcción de una sociedad individualista.

    En otro orden, podemos aceptar que en algunas escuelas públicas predominen prácticas reproductoras. Pero generalizar que todas las escuelas son reproductoras es un despropósito. En las escuelas o dentro de una misma escuela, coexisten prácticas reproductoras conscientes o inconscientes, con prácticas liberadoras, críticas. Esta tensión que puede verse como perturbadora, es enriquecedora. Los objetivos democráticos, populares y liberadores, se construyen dentro de ese marco. Así mismo podemos afirmar que existen escuelas públicas que más allá de innovar en cuanto a los formatos, han sabido construir culturas institucionales basadas en la consideración del alumno como sujeto de derecho, la relación con la comunidad, la democratización de las decisiones y la resolución de los conflictos, el respeto, la ética, la aceptación de la cultura juvenil desde la consideración de la escuela como espacio de resignificación cultural, el pensamiento, la escucha, etc. Es decir lo innovador, no es patrimonio exclusivo de lo privado como sucede en la película, sino que se da también en lo público.

    Por último el sustrato político del film. Es de temer. Si estas experiencias educativas consideradas exitosas se dan en el ámbito de lo privado, puede leerse que podemos prescindir de lo público. La invisibilidad del efecto desbastador del neoliberalismo para los pueblos, generador de algunos fenómenos antes mencionados (pobreza, desestructuración familiar, individualismo, degradación de lo público), hace que esta película en primera instancia, sea su aliada por omisión, más allá de Ivan Illich y su Sociedad Desescolarizada por la que trasunta uno de los entrevistados. Si el origen de la educación como su evolución responde a distintos momentos históricos, nuestro presente está ligado a la presencia del Estado como restaurador de derechos. Y son los pobres, y no los ricos, los que necesitan del Estado. Necesitamos más maestros como aquel apasionado Sr. Bernard, que al pequeño indigente Albert Camus, le hizo sentir que era digno de descubrir el mundo, y no un laissez faire educativo que profundice las diferencias, porque el mundo de los hombres no se rige por sí mismo.

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