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jueves, mayo 15, 2025

La estupidez del suicida

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¿Qué sucede con nuestros chicos que se matan antes de empezar a vivir?

¡Poné huevo pendejo!

Dicen algún que otro experto en suicidología y adolescencia, que estos temas hay que tratarlos con pinzas, sin mediatizar y con extremo cuidado como para no estimular el avispero.

La realidad es que los casos de adolescentes que se matan desborda el sigilo mediático y periodístico superando los planes de contención elaborados y llevados a cabo tanto por las ONG como por el Estado…al menos en el medio local.

Muertes inesperadas con el solo aviso de “no se preocupen por mí, me voy de casa y voy a estar bien…” siendo que a los dos días se encontró al desdichado joven colgando de un árbol en el parque industrial y para colmo de males, a cien metros, otro más y nada que ver entre ambos… solo la coincidencia de matarse. Posibles pactos suicidas como el resonante caso de las amigas del B° S. Carlos, donde todos los cercanos creían que ese fatídico día sería un día más.

Hermanos que se ahorcan de manera escalonada en un espacio de tiempo de alrededor de dos años como es el infortunado hecho de Villa Asunción y así cada lector podrá sumar sus casos conocidos en estos últimos días y que lo dejaron absorto ante tamaña decisión de estos niños que no lograron pasar la etapa de la madurez inicial que lo lleva al uso de su libertad, es decir al uso de su voluntad para lograr objetivos en la vida, que en un principios se suponen conquistas para ser feliz.

¿Qué sucede con nuestros chicos que se matan antes de empezar a vivir? ¿Es que no tienen la más mínima esperanza de ser felices que se auto eliminan? ¿Cuál es el mensaje que quieren dejar a la sociedad?

Sin ser un expertos en la temática nos permitimos hacer la siguiente reflexión:

La cultura social actual está rotando estrepitosamente, muchas veces hacia rumbos poco claros, promete intensivamente, entre otras cosas, un mayor uso de la libertad hasta el ideal de autoconstruirse según los deseos de cada uno y al parecer cuando el deseo de cada uno es desconocido uno se autodestruye tomando del menú, que se sirve a mano, lo más conveniente para tamaña decisión: drogas, delincuencia, suicidio, etc…tamaña decisión, no en cuanto a lo admirable y valeroso sino en cuanto a lo asombroso y cobarde.

Muchas veces se cataloga el acto suicida como “una decisión de gran valor por hacerse tanto daño y a la vez de tremenda cobardía por no seguir hacia delante, por perder las esperanza de conquistar felicidad cayendo en un fatalismo absoluto”. El suicida cree dejar una lección a la sociedad. Lección de escarmiento porque expresa el desprecio por todo lo que lo rodea ya que matarse es decir “nada vale la pena. Todo lo que hay en esta vida para mí es nada. Todo lo que hacen por mí es nada y se los digo de esta manera para que compartan mi experiencia de total frustración con el total desprecio”…nada más engañoso para estos pequeños que creen que este pensamiento funcionará y en realidad se querrá poner en el olvido lo antes posible esta actitudes de auto criminarse.

Esta estupidez del pensamiento suicida, que por lo general es inducido y para nada genuino, en realidad quiere llenar agujeros vacíos que no tienen fondo porque se dejó de lado la esperanza. Es una fantasía de la muerte.

Quizás otros pibes que se fueron por sus propias manos quisieron huir del dolor de la nada existencial y sencillamente se matan pensando en que ya no sentirán más sufrimiento. Las personas que tiene fe dirán algo más o menos así, “el dolor eterno es mayor, Dios lo tenga en su misericordia”. Y un agnóstico o un ateo, al no creer en Dios o lo relativizan totalmente con nuestra existencia, están en una posición peligrosa ante el nihilismo y por lo tanto un grado de existencia bajísima al creer que la vida es tan efímera como los pocos años que vivimos y luego nada más. Estos sacarán alguna conclusión psicológica o sociológica que de hecho dará vueltas alrededor del eje de la debilidad humana y por lo tanto una especie de selección natural lleva a que los más débiles se autodestruyan o sean destruidos por orquestadores de la muerte.

El acto suicida tiene un enorme contenido de egoísmo. El chico que se mata ni se entera que se mató. El mensaje inútil queda entre los vivos, el dolor sin sentido también, la desazón y la incomprensión de estas vidas desperdiciadas invade el corazón de los seres cercanos: familiares, amigos y conocidos que se conmueven con mayor intensidad. La sociedad ciertamente busca poner en el olvido estas tragedias, aunque puntuales son endémicas, como cualquier otra tragedia natural o humana. Solo se intenta rescatar la experiencia para tomar distancia y protegerse de estas situaciones que no hacen más que incomodar la existencia.

Esta es la estupidez del suicida, el extremo acto del egoísmo ante los seres que lo rodean, acto cargado de falsa arrogancia e ilimitada cobardía y por supuesto una actitud, que por más que muchos la imiten es totalmente banal…es mucho mejor quedarse a pelearla cueste lo que cueste como lo hacen tanto jóvenes en condiciones inferiores a la mayoría de los suicidas. Lucha por la felicidad y por la vida que de hecho siempre deja algo a los demás, un camino marcado, un mayor testimonio de esperanza, un ejemplo de valentía y en definitiva una lección que nos fortalece, favorece y nos conmueve a todos infinitamente más que un suicidio que de pronto pasará al olvido sin penas no gloria.

Carina y Hugo Daher

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