La novedad tecnológica del siglo está apoyada en los soportes mediáticos con que el Imperio maneja el mundo, desparramando “universalmente” la mentira mediática.
Las nuevas generaciones nacieron en esta época conocida, preferentemente, como sociedad del conocimiento/la era de la Globalización/ La sociedad digital o en el último de los casos La sociedad de la Información, de la conectividad, de las redes sociales y cualquier otro término que alude a esta mundialización de las comunicaciones.
Todo se resume a la aplicación de las nuevas tecnologías avanzadas y su influencia en la sociedad, lo que constituye una verdadera revolución en esta etapa de la postmodernidad, nada menos que la incorporación de los sistemas técnicos digitales a la manipulación, transporte y recepción de la información. Los soportes digitales de información y los vehículos que la transportan, los servidores que la almacenan y los terminales que la transforman son ya muy variados y todos ellos contribuyen a ese fenómeno peculiar y novedoso de la digitalización de nuestras vidas. Los satélites artificiales, la televisión digital temática, los nuevos sistemas de gestión del conocimiento, y tantas otras aportaciones tecnológicas, configuran un mundo complejo en el que Internet, constituye el paradigma, el corazón esencial de los desarrollos del nuevo proceso.
Lo anecdótico
Herbert Marshall McLuhan (21 julio1911 – 31 diciembre 1980), fue un filósofo, erudito y educador canadiense, y ha pasado a la posteridad como uno de los grandes visionarios de la presente y futura sociedad de la información. Es el creador de numerosos conceptos hoy muy populares acerca de los medios de difusión masiva y la sociedad de la información, tales como la Galaxia Gutenberg, la Aldea global, la diferenciación entre medios fríos y calientes y la descripción de los medios de comunicación como extensiones de la persona.
El pensamiento de McLuhan respecto a los medios de comunicación se inicia a partir de las siguientes ideas:
– 1. Somos lo que vemos.
– 2. Formamos nuestras herramientas y luego éstas nos forman
Para Mc’ Luhan, Medio y mensaje funcionan en pareja, comprometidos más o menos, puesto que uno puede contener a otro: el telégrafo contiene a la palabra impresa, que contiene a su vez a la escritura, que contiene al discurso… y así, por lo que el contenido se convierte en el mensaje del medio continente.
Para Mc’ Luhan la historia de la comunicación abarca 3 fases:
– 1. El estado tribal: equivalente a la comunicación verbal.
– 2. El estado de destribalización: corresponde a la creación de la escritura, que llevó a la civilización a un estado más racional y funcional
– 3. El estado de retribalización: está marcada por la aparición de los medios tecnológicos en el ámbito de la comunicación. La radio, como extensión del oído, y la TV, como extensión de la vista, tienen la capacidad de romper los equilibrios naturales para restituir al individuo la totalidad de sus sensaciones.
En sus propias palabras: «En la edad eléctrica llevamos a toda la humanidad como nuestra piel».
«Situando nuestros cuerpos físicos en el centro de nuestros sistemas nerviosos ampliados con la ayuda de los medios electrónicos, iniciamos una dinámica por la cual todas las categorías anteriores, que son meras extensiones de nuestro cuerpo, incluidas las ciudades, podrán traducirse en sistemas de información».
Corriéndose de la cháchara
Todo lo anterior es pátina, el lado oscuro de la Galaxia Marconi, lo constituye la aplicación de las vanguardias tecnológicas (esencialmente el uso del espacio satelital) al servicio del nuevo Imperialismo mundial y las nuevas y sofisticadas formas de dominación del Planeta; lo que sería la última distribución mundial de la economía. Lo que llamamos Mundialización (Globalización), no es otra cosa que el estilo norteamericano de posesión del Planeta Tierra, bajo su absoluto dominio; hoy expresado (sin eufemismos) en las ocupaciones de los puntos regionales estratégicos energéticos del Mundo.
La novedad tecnológica del siglo está apoyada en los soportes mediáticos con que el Imperio maneja el mundo, desparramando “universalmente” la mentira mediática, para instalar verdades distorsionadas fabulosamente, con el específico interés de bajar los costos de ocupación militar. Movilizar ejércitos representa costos siderales, reemplazados por los “lavados de cerebro a distancia” que ejecuta el Imperio con sus sucursales periodísticas regionales. Nuestro País es dramático testigo de esas planificaciones “mundializadas” por Multimedios nacionales, que están localizadas territorialmente en Argentina, pero que defienden DESVERGONZADAMENTE intereses capitalistas foráneos. El último mosquito que les pica es defender los intereses nacionales y, por supuesto, la verdad de la información.
