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domingo, noviembre 24, 2024

La industria del cannabis ofrece hasta comida para aves

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Cremas de belleza, champú, artículos de plomería y alimento para pájaros son algunos de los productos que se pueden comprar sin incurrir en delito alguno. Los consumidores aseguran que, además, esos objetos son ecofriendly.

En la Argentina, existe un mercado legal de la marihuana desde mucho tiempo antes de que la Corte Suprema de la Nación despenalizara el consumo personal y privado. Cremas de belleza, champú, artículos de plomería y hasta alimento para pájaros son algunos de los productos hechos en base a la planta de cannabis que se comercializan en el país. Si bien el mercado no alcanza los niveles de desarrollo que existen en Europa –donde se confeccionan zapatillas, ropa y pañales de bebé–, son varios los locales que se dedican a importar esos artículos y venderlos a los seguidores argentinos de la cultura cannábica, que aseguran que esos objetos, además, mejoran la calidad del medio ambiente.

“Los productos hechos a base de marihuana tienen propiedades importantes. Sucede algo parecido con el aloe vera”, explica a Crítica de la Argentina Andrés Rolando, dueño de Natural Rasta, un local del barrio porteño de Liniers que ofrece champú y acondicionador de cannabis a 70 pesos la unidad. “Antes tenía jabón, a 30 pesos, y cremas antiage, a 90, pero se vendieron enseguida. Son cosas que compran los aficionados”, describe Rolando. Y no se equivoca: los entendidos dicen que estos artículos son recomendables para gente con pieles sensibles o alergias cutáneas porque sus propiedades previenen hongos y pueden funcionar para repeler insectos. Incluso, la ropa de hemp (cannabis) es recomendada para pacientes cuya piel se volvió sensible a los productos químicos y a los colorantes en prendas de vestir, sábanas y toallas.

Por su parte, especialistas en cosmética sostienen que la crema humectante hecha con marihuana combate estrías y celulitis. Bio Sativa es el nombre de una emulsión extranjera que desde 2005 circula en el mercado local. Está compuesta de aceite esencial de cáñamo, que es considerado el más sano porque está hecho en un 80% de ácidos grasos esenciales. “Su poder curativo es altamente beneficioso ya que consigue calmar los dolores de artrosis y combatir alergias. Contiene propiedades hidratantes, reafirmantes y regeneradoras”, asegura Juan Francisco Ibáñez, un dermatólogo que trabaja en Chile, de donde se exporta una buena cantidad de productos hacia la Argentina.

Un estudio de la Universidad de Bonn, Alemania, avala los dichos de Ibáñez: se descubrió que una solución tópica con un componente del cannabis era capaz de reducir las reacciones alérgicas de la piel y regular procesos inflamatorios.

Las plantas de cannabis sativa reciben el nombre genérico de “cáñamo” y de ellas se extrae la fibra que permite el surgimiento de este tipo de productos. Las que son utilizadas industrialmente contienen menos de 0,3% de THC (la sustancia psicoactiva de la planta) y se usan, además, para producir alimentos, cosmética, textiles, autos, cartón, materiales para la construcción y aceites industriales. El uso de estos artículos no produce ningún efecto narcótico.

Aunque muchos plomeros desconozcan el origen de la herramienta, utilizan la fibra de cáñamo para controlar pérdidas y la venden en todas las ferreterías. “Su efectividad es asombrosa”, confirmó uno de ellos a este diario.

MARIHUANA VS. CONTAMINACIÓN. “Los beneficios del cáñamo industrial son ignorados masivamente”, sentencia Sebastián Basalo, director de la revista THC, una publicación dedicada a la cultura cannábica. “En el caso del papel, por ejemplo, el cáñamo industrial produce papel más blanco y no contamina el medio ambiente. Se trata de plantas que crecen anualmente, o sea que no requieren una tala indiscriminada de bosques”, precisa. En el mismo sentido, el dueño del local Natural Rasta agrega: “Esto puede producir una revolución ecológica”.

Los productos hechos con cáñamo industrial son furor en Europa, donde algunos Estados estudian la posibilidad de subsidiar el cultivo para mejorar la calidad del ambiente, a raíz de la producción de oxígeno que genera, y hasta se promueve la construcción de casas con ladrillos de esta fibra.

LOS MOTIVOS DEL ADIÓS. La prohibición de la marihuana tuvo su origen en 1937, en los Estados Unidos, tras el lobby de varias empresas algodoneras y textiles que se vieron amenazadas por la primera máquina cosechadora de cáñamo industrial. Los mexicanos que cultivaban ese cáñamo en el sur de ese país y el norte de México se juntaban al final del día y fumaban parte de la planta. Cuando los yanquis lo descubrieron, los acusaron de “violar a las mujeres blancas por los efectos de la marihuana”. Por entonces, el Congreso aprobó la primera ley federal que prohibió la hierba, aplicando impuestos altísimos sobre compradores, vendedores y productores, con sanciones durísimas para los desobedientes. “Eso hace que hoy sea más caro comprar fibra de cáñamo que otras telas”, explica el director de THC. Y asegura: “Es una fibra mucho mejor que el algodón. Es más resistente y más fresca”.

Ricos chupetines

“Si consumís este producto, no parás de reírte por un rato largo”, asegura a Crítica de la Argentina el vendedor de una tienda de regalos en pleno Picadilly Circus londinense. El hombre se refiere a los Original Cannabis Lollys –chupetines originales de marihuana–, los cuales vende por la módica suma de un euro –cerca de 5,5 pesos– cada uno. Con envoltorio transparente y sabor a una mezcla de limón y café, los chupetines de marihuana sólo se ofrecen en la caja del local, donde el vendedor busca atraer al cliente mejorando el discurso según la ocasión. “Ayer me junté con mis amigos, les llevé un chupetín a cada uno y nos reímos durante horas”, le describe a una mujer, mientras ella se dispone a pagar una réplica del Big Ben, uno de los artículos que se consiguen en esa avenida.

La industria textil europea ya confecciona prendas de cáñamo

Los productos hechos con cáñamo industrial son furor en Europa, donde algunos Estados estudian la posibilidad de subsidiar el cultivo para mejorar la calidad del ambiente, a raíz de la producción de oxígeno que genera, y hasta se promueve la construcción de casas con ladrillos de esta fibra.

– Florencia Halfon-Laksman-Crítica de la Argentina- 8-09-09

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