La Selección Argentina quedó afuera de la Copa América. Qué macana!!! ¿Y si forman un nuevo equipo y la ponen a Lilita Carrió al arco? La línea de atrás (la raya trasera), puede estar formada por Francisco de Narváez (el colombiano a préstamo), Adolfo Rodriguez Saá (un lateral a ras del piso), Eduardo Duhalde (que no levanta la cabeza) y la reciente adquisición cómica, Miguel del Sel, aunque no sepa ni dónde queda la cancha. El mediocampo (la mediocridad total, el pasecito corto, la falta de proyección por los laterales) podría formarse con Ricardo Alfonsín (por su persuación y capacidad para hacer alianzas y juntarse con cualquiera, además de imitar, como la brujita Verón, el estilo de su padre), con Pino Solanas que es un veterano wing de proyección cinematográfica que en el potrero terroso de la política nacional amaga por el sector de la izquierda pero aparece decididamente por la derecha, con Hermes Binner, un stoper bastante aburguesado y aburrido, que recuerda al crach De la Rúa por su tranco lento, jugador proveniente de Unión de Santa Fe, levemente recostado sobre la franja izquierda, capaz de usar las dos piernas pero de pegarle ocasionalmente, aunque prometa socializar el juego, muchísimo mejor con la diestra.
La ofensiva podría ser ocupada por Mauricio Macri que, aunque es un inútil al que ni en el equipo de su propia familia lo quieren siquiera como aguatero, puede escuchar lo que dicen los rivales y mantener entusiasmada a la barra brava «Los cholulos del tablón» que se identifican con su ideología de juego aunque los haga sufrir y, como los hinchas de Racing, nunca tengan satisfacciones. También por Luis Juez, versátil gambeteador atorrante, formado en los potreros de la Docta, de estilo cachafaz, capaz de amagar y hacer cambios de frente e ir de un sector a otro del campo de juego según las conveniencias personales. Nos queda uno para completar los once réprobos que vendrán a reemplazar a Lio Messi, al Kun Agüero, a Carlitos Tévez, etc. Hay quienes lo proponen al jujeño Gerardo Morales (no confundir con Orteguita), de juego muy sucio y radicalizado. Al banco podrían ir Norma Morandini (filósofa que confunde el “Ser” con Del Sel), el rabino Bergman (cabeceador nato), Das Neves (a punto ya de colgar los botines después del último descenso en su provincia), Graciela Ocaña (jugadora que ejerce constante presión y nunca se desinfla), Margarita Scholtbizer (¿así se escribe?) y otros especimenes por el estilo del balompié político criollo.
Como entrenador podría ser propuesto el mismísimo Magneto, actual director técnico del equipo Clarinete, experto en ensuciar la cancha y neoliberar el juego, un técnico que manda a jugar siempre hacia atrás con el propósito de entorpecer a los rivales y sacar buenos resultados para los integrantes de su cuadro, aunque sus dirigidos jueguen sucio y lleven al club nacional a la bancarrota. Hay quienes opinan que este extraño combinado opositor, al igual que la selección que acaba de perder con Uruguay, es también un mero rejunte, pero que tiene además el agravante de que ni siquiera cuenta con individualidades. Pero los muchachos se juntan a cualquier precio, se amontonan en el campito porque saben que están quedándose afuera del césped de la historia.
El único riesgo, con un equipo así, es que la Argentina, como River Plate, se puede ir rápidamente al descenso. Como árbitro (referí), sin dudar un segundo, yo lo elegiría a Fito Páez que es el único capaz de sacarles la tarjeta roja y decir verdades, aunque se arme una gran trifulca en la tribuna.
– El autor es integrante de Carta Abierta Salta.