Es el único país en el cual, las víctimas de horribles crímenes, son las culpables de haber «provocado» su propio suplicio y posterior muerte.
La Argentina, tiene cosas únicas, evidentemente. Por ejemplo, es el único país donde son las paredes las que orinan a los perros. También es el énico país donde los «periodistas», reemplazando a fiscales y jueces, acusan y dictan sentencias mucho antes de que los jueces se enteren siquiera del crimen. Asimismo, es el único país en el cual, las víctimas de horribles crímenes, son las culpables de haber «provocado» su propio suplicio y posterior muerte. Eso por lo menos, es lo que parecen querer decir, día tras día, el abogado defensor del portero asesino, el adefesio de leguleyo que tiene como colaborador y la horda (piara, recua o banda) formada por los «periodistas»: Viale, Helplung, Feyman y Kaplan. Como el portero es humilde, está sufriendo y se muestra preocupado, hay qué meter a la cárcel a la joven asesinada por él. Es ella la culpable de su propio martirio y, sobre todo, del «sufrimiento» del pobre portero.
La «saga» del portero inocente- convertido en criminal por influencia de las malas artes de una adolescente malìgna – montada por las bandas de chimenteros de los canales de la TV porteña, constituyen, a mi manera de ver, un ataque grosero a la condición femenina. Que ninguna jueza (es mucho pedir que lo haga un juez) haya tratado de imponer respeto y moralidad a esta banda armada, armada del carnet de «periodista», es una muestra más que la Argentina no será nunca otra cosa que un país maradoniano.
Por otra parte, y como dijo Dualde, tenemos «la mejor policía del mundo». De eso, no cabe duda alguna. Basta ver cómo, la «mejor policìa del mundo», cuida la escena del crimen. Ni una cinta, ni una barrera, nada. En la TV se ve cómo circulan, policías, seudopolicías, periodistas, mirones y curiosos, sin control alguno, como en una plaza. Una vez adentro de la escena del crimen, canas, mirones y periodistas, a la vista de fiscales y policías, seguro que hacen de todo: orinan, escupen, se llevan recuerdos, y quièn sabe qué más. Exactamente eso es lo que se hizo en la casa de los Carrascosa, en ocasión del crimen de la esposa del tipo. En esa ocasión, fue especialmente «admirable» y «profesional» el trabajo del médico forense: no se dio cuenta que la señora tenía 5 tiros en la cabeza y «diagnosticó», alegremente, que había muerto como consecuencia del golpe que sufrió al resbalarse en la bañera.
En vista de esas muestras de «profesionalidad», y habiendo escuchado las declaraciones de Dualde, en los corredores de la Policía Federal Argentina y, también, en la que creó Macri, siempre hay una procesión de detectives y agentes de la CIA, del FBI, lda Suretè francesa, de Scotland Yard y hasta de la nueva KGB (la de Putin), mentandosé la madre entre ellos para llegar primeros a que alguno de los policías de la mejor policía del mundo, les enseñen algo de criminalística.
– Por Síndico (lector de Salta 21)